Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que amamantar hasta los seis meses de edad es suficiente para que su hijo crezca sano, en algún momento su bebé sentirá curiosidad por probar alimentos sólidos.
Existen dos formas de hacer que un niño pequeño comience a comer: una es dejar que pruebe lo que le interesa del plato de papá y mamá y otra es darle puré, para que pueda experimentar texturas más desafiantes de forma gradual. A continuación, le presento siete alimentos seguros y saludables que su pequeño puede degustar. Recuerde supervisarlo mientras come y si no está seguro acerca de qué darle de comer, consulte a su pediatra de confianza.
1. Mini zanahorias
Las zanahorias aportan una cantidad significativa de vitaminas A, B6 y C y hierro. Esta última es la que beneficia la salud visual. Las mini zanahorias son perfectas para los pequeños, siempre y cuando se cocinen de tal forma que queden sabrosas y puedan cortarse con las manos.
Si bien no hace falta hacerlas puré, le recomiendo que corte la verdura en trozos lo suficientemente pequeños como para que el niño no se ahogue. Lo ideal es ir dándole de a pocos pedacitos, para evitar que la criatura se abrume o ingiera demasiados bocados a la vez.
2. Bananas
Las bananas son uno de los alimentos más nutritivos y deliciosos que existen, al menos eso dicen los vendedores. Estas frutas están repletas de potasio, vitaminas C y B6, entre otras. La clínica Mayo también señala que son una fuente rica de probióticos que promueven la digestión.
Por supuesto, a su hijo deberá darle la fruta pelada y cortada en pedacitos para que le cueste menos tragarla. Otra buena opción es cortar la banana a la mitad para que el niño pueda sostenerla con mayor firmeza hasta decidir si comerá o no.
3. Brócoli
Los niños tienden a desarrollar aversión por el brócoli al crecer, así que dejar que lo prueben de pequeños hará que se acostumbren a comerlo cuando sean más grandes. Este vegetal no suele ser el alimento preferido de las personas, aunque está repleto de vitamina C y de fibra soluble (que hace que los bebés puedan expulsar sus desechos con mayor facilidad).
Sin embargo, muchos expertos afirman que los bebés pueden y deben comenzar a comer brócoli entre los 8 y 10 meses de edad, así no les produce tantos gases. Una forma eficiente de lidiar con las flatulencias es hervir el vegetal antes de dárselo a los niños.
4. Cereales
No se confunda, no estamos sugiriéndole que le dé a su hijo cereal con azúcar, sino uno que sea rico en fibra y nutrientes. El cereal de arroz puede combinarse con leche en polvo o con leche materna para que sea más fácil de digerir.
La cínica Mayo sugiere que incorpore puré de frutas y reduzca la cantidad de leche a medida que el bebé se acostumbra al cereal. Si bien el proceso es engorroso, deje que el niño experimente con la cuchara a fines de aumentar su coordinación y mejorar sus habilidades motrices. Los expertos sugieren que al incorporar pequeñas cantidades de frutas y vegetales distintos es posible detectar alergias alimenticias.
5. Pasta
¿Alguna vez ha visto una fotografía de un bebé con el rostro lleno de fideos y con manchas de salsa en su babero? Bien, tenga a mano su cámara, ya que es muy probable que comience la lluvia de espagueti apenas su hijo agarre la cuchara.
La pasta no sólo es saludable, saciante y relativamente barata, también se puede conseguir en distintas formas fáciles de comer con la mano. Sin embargo, si cocina para toda la familia, asegúrese de cortar los fideos en pequeños pedacitos. Además, el sabor de la salsa, que también es muy nutritiva, resulta irresistible para los pequeños.
6. Pan tostado
El tradicional pan tostado forma parte de cualquier hogar y es probable que su bebé lo saboree con mucho entusiasmo. El sistema de salud de la Universidad de Michigan sugiere que le quite la corteza a la tostada y que la corte en pedazos pequeños.
Los expertos de dicha universidad recomiendan evitar el pan blanco, ya que no es tan saludable como otras variedades y puede resultarle difícil de tragar a la criatura. Las tostadas francesas con yema de huevo son otro menú apto para bebés según los nutricionistas.
7. Sandías
Las sandías son un 90% agua pero, lo más sorprendente, es que contiene una gran cantidad de vitaminas y nutrientes esenciales, entre los que se incluyen las vitaminas A, D, C, B6, el hierro y el magnesio. Esto las convierte en bocadillos exquisitos y saludables que resultan fáciles de cortar y masticar gracias a su textura suave.
Si bien algunos expertos aseguran que la sandía causa sarpullidos en los más pequeños, los niños pueden aprovechar sus beneficios a partir de los seis meses. A partir de los 8 meses de edad, puede incorporar otras opciones como melón. Recuerde remover las semillas de la fruta antes de servírsela al niño para evitar que se ahogue.