Para los niños de esta generación, socializar implica usar redes sociales y ser activos significa jugar a videojuegos de deportes. Si bien no tiene nada de malo permitirle a su hijo que se relaje con este tipo de pasatiempos (siempre y cuando el juego no sea muy violento), existen muchísimas formas fáciles de promover su buena salud sin que haya un dispositivo electrónico de por medio.
El desarrollo tanto físico como mental es importante para garantizarles que tengan una vida adulta exitosa. No obstante, motivarlos a pasar tiempo al aire libre y a hacer nuevos amigos puede ser todo un desafío para cualquier padre moderno. Aclaración: las recompensas deberían ser los logros en sí, no los “sobornos”. A continuación, le presento seis formas de ayudar a su hijo a aceptar nuevos desafíos…
1. No confunda sus ambiciones con las del niño
Deberá tener un par de ideas claras sobre los objetivos que desea que su hijo alcance, ya sea tomar lecciones de baile o unirse al equipo de hockey de la escuela. Sin embargo, por más que a usted le hayan fascinado estas actividades en la niñez, no significa que a su pequeño le ocurra lo mismo.
Empowering Parents señala que lo más recomendable es separar sus propios deseos de los del niño antes de motivarlo a ponerse en marcha. Hágale preguntas sobre lo que le gusta hacer y si no puede responderle, guíelo con preguntas adicionales. Enfóquese en lo que realmente le está diciendo, no lo que desearía oír.
2. Muéstrele el lado positivo de ser una persona activa
Es probable que su hijo piense que hacer ejercicio es difícil e inútil—igual que cuando los obliga a comer coles de bruselas. Sin embargo, si le muestra lo mucho que favorece a su estado de ánimo pasar tiempo al aire libre, seguro se entusiasmará.
WebMD recomienda que jueguen al tenis o den un paseo en bicicleta juntos. De esta manera, no sólo pasarán tiempo de calidad padre e hijo, sino también podrá ver de cerca cómo su pequeño poco a poco se vuelve más activo. De vez en cuando pregúntele cómo se siente y ajuste la intensidad de la actividad a sus necesidades.
3. Incúlquele valores
Según Psychology Today, esto consiste en que los padres les expliquen a sus hijos por qué piensan que determinado comportamiento es positivo— o indeseado. Por ejemplo, puede enseñarle por qué pasarse el día sentado frente al televisor no es algo valorable.
Dicha fuente virtual afirma que los niños escucharán estas lecciones y (sorprendentemente) hasta querrán ser como usted. En lugar de evaluar su nivel de autoridad o ignorarlos cuando se comporten de forma equivocada, transmitir valores es un método mucho más efectivo que su hijo recordará por el resto de su vida (también es muy útil predicar con el ejemplo).
4. Recurra al refuerzo positivo
Para esta técnica antigua no hace falta recurrir a castigos. La premisa básica es que el niño se acostumbre a ver el lado bueno de cada actividad y que las recompensas no sean obsequios costosos.
Las recompensas implican hacerle saber a su pequeño lo bien que está haciendo las cosas, darle un abrazo o hacerle un cumplido— es importante que se sientan orgullosos de sus logros. Esto los motivará a querer llegar más lejos y a reforzar su autoestima.
5. Haga que la actividad parezca simple
Quizás su pequeño esté luchando con la confianza en sí mismo y hasta puede que no haya querido levantarse del sillón antes porque pensaban que no eran buenos para ninguna actividad física. En lugar de insistirle, póngale los patines y enséñele a deslizarse o agarre un cuaderno y demuéstrele lo fácil y divertido que puede ser hacer una obra de arte.
Como señala WebMD, usted es el principal modelo a seguir de su hijo, por más interesado que parezca en las estrellas pop del momento. Al ver que usted desempeña bien la actividad, es mucho más probable que el pequeño se anime a poner a prueba sus habilidades, asegura dicha fuente virtual.
6. Ayúdelo a visualizar resultados positivos
PsychCentral sugiere que ayude a su hijo a acostumbrarse al carácter impredecible de la vida a través de un contexto motivacional. Para que su pequeño se acostumbre a los altibajos, enséñele a visualizar resultados positivos de cada acción; de esta manera, evitará que el niño se sienta abrumado y desmotivado por miedo a fracasar.
Esta técnica puede usarse con frecuencia para que su hijo convierta esta forma de pensar en un mantra personal. Una buena opción es llevarlo a un evento deportivo y alentarlo a que participe diciéndole que hasta puede anotar el gol o el touchdown ganador algún día. Si de verdad nota que su hijo no está motivado con el pasatiempo que eligió, quizás sea hora de evaluar otras alternativas.