Últimamente se ha vuelto muy común ver que los padres les gritan a sus hijos (en especial en espacios públicos). Sin embargo, por más que la tolerancia ante estas prácticas violentas sea cada vez menor, el comportamiento de sus hijos parece estar lejos de corregirse.
Las rabietas en medio del centro comercial son agotadoras y bochornosas, entonces…¿qué debemos hacer para controlarlas cuando ya ningún método de disciplina funciona? Según los expertos, el secreto está en comportarse como le gustaría que su hijo se comportara y ser para él un buen modelo a seguir, que rescate lo positivo de cada momento difícil. A continuación, le mostramos seis alternativas pacíficas para controlar a los más pequeños…
1. Sea astuto a la hora de elegir sus batallas
Todos los niños tienen momentos en los que se sienten cansados, estresados o que simplemente quieren poner a prueba los límites de los adultos. Esto resulta en un tira y afloja agotador al querer manejar a su pequeño. Sin embargo, si este escenario se repite cada vez que su hijo no se comporta de forma adecuada, es probable que termine agotado.
La revista Parenting sugiere que concentre su energía en todos esos momentos que realmente marcarán una diferencia en la vida del niño. Por ejemplo, si su hijo se niega a usar la camiseta que usted eligió para que vaya a la escuela o a un campamento, quizás lo mejor sea dejarlo tomar esa decisión por sí mismo (siempre y cuando la elección no sea descabellada o poco práctica). La revista explica que si el niño corre riesgo por sus acciones, como adulto, no podrá dejar de intervenir. Por ejemplo, si lo abofetea o golpea a otro niño a propósito, deberá explicarle por qué su comportamiento no es el adecuado. Si su pequeño les lanza comida a sus abuelos, de inmediato deberá poner un freno.
2. En lugar de “excluir”, “incluya”
Muchos padres recurren al método tradicional de enviar a sus hijos a un rincón a que reflexionen acerca de lo que han hecho mal. El problema es, según la revista TIME, que muchos niños interpretan esas órdenes como una forma de rechazo. Les hace creer que papá y mamá sólo quieren estar con ellos cuando se portan bien— y eso no es cierto.
El artículo sugiere que se siente a conversar con su hijo acerca de lo sucedido. Esto le demostrará que no lo está rechazando por haberse equivocado al dibujar una flor en la puerta del mueble de la cocina. Si directamente lo excluye, el pequeño nunca entenderá cuál es el motivo del castigo.
3. Evite sobreactuar ante cosas insignificantes
Puede que su hijo esté atravesando una etapa en la que sabe que está portándose mal pero desea sobrepasar los límites de paciencia de mamá y papá. Un artículo de la Academia Estadounidense de Pediatría señala que los padres que logran mantenerse en calma cada vez que sus hijos tienen una rabieta, logran disminuir la cantidad de veces en las que estos episodios ocurren.
Aha! Parenting agrega que es normal que los niños expresen sus sentimientos por medio de escenas, por lo que no debería darles el gusto de enojarse. Si se enfada cada vez que su hijo se comporte de forma incorrecta y acaba gritándole, con el tiempo la criatura dominará sus estrategias y cada vez le costará más ponerle límites, señalan los expertos.
4. Tómese un momento para recuperar la calma
Gritar es una reacción instintiva cuando estamos muy enojados o enfadados (excepto en casos en los que el niño esté en peligro— en esas situaciones se puede decir que está bien levantar la voz). Esto ocurre porque actúa de inmediato ante un episodio y no da tiempo a que su presión sanguínea baje; todo lo contrario a lo que haría con su pareja, por ejemplo. Antes de afrontar la situación haría algo para relajarme, ¿cierto?
Al igual que con su pareja, explica Empowering Parents, debería respirar hondo antes de tomar medidas con sus hijos. Si no lo hace, puede acabar reaccionado de más y otorgando un castigo injusto que no se corresponde en absoluto con la infracción. En lugar de perder la paciencia, la revista sugiere que se tome unos minutos para reflexionar a fines de poder hablar con su hijo de forma racional.
5. Sea un modelo positivo a seguir
Según un artículo del Huffington Post, al mantener una actitud positiva incluso en los peores momentos, le bridará refuerzo positivo a su hijo. Ellos lo adoran e imitan sus acciones, por lo que andar por la vida estresado y enfadado todo el tiempo, de alguna manera, impactará en el comportamiento de los más pequeños.
Una de las características principales de un buen modelo a seguir es ser fiable, explica el artículo. Si le prometió a su hijo que saldría a pasear con él a determinada hora del día, cumpla con su palabra. Si lo decepciona, hará que “flaquee” en sus obligaciones en el futuro. Otros rasgos destacables de los modelos positivos incluyen ser atento (una buena forma de hacerlo es dejar su teléfono celular por un rato para estar con su familia), ser leal con sus seres queridos y ¡cuidarse a sí mismo!
6. Recompense los buenos comportamientos
Si bien algunos padres recurren a las prohibiciones (como ver televisión o jugar a los videojuegos) cuando los niños no se comporten correctamente, puede darle a esto un giro positivo. La revista Parents señala que, en lugar de privar a su hijo de algo, recompénselo por haberle hecho caso.
Existen muchas maneras de reconocer los buenos comportamientos, explica Parents. Esto incluye desde un simple “gracias” por colocar su ropa sucia en el cesto hasta un abrazo sentido por ayudar a servir la mesa. Sin embargo, la revista sugiere que no se sobrepase con los halagos, para que su hijo sepa que de verdad está siendo sincero.