La rivalidad entre hermanos se remonta desde tiempos bíblicos con Caín y Abel— dos hermanos que competían por la aprobación de su padre. Su historia está cargada de emoción, amor, odio y celos además de tener un desenlace doloroso y trágico. Las vidas de Caín y Abel resaltan algunos aspectos únicos de la fraternidad, entre otras cosas. Es un vínculo forjado por la biología y la circunstancia. Los hermanos pueden ser amigos o enemigos, confidentes o competencia; compartir los mismos genes y, a veces, crecer en el mismo ambiente.
Echémosles un vistazo de cerca a todos esos factores que hacen que las relaciones entre hermanos sean tan únicas…
1. Tener hermanos hace bien
¿Conoce el refrán “La sangre es más espesa que el agua”? Este proverbio popular significa que las relaciones familiares son más importantes que la amistad y deberían tratarse de esa manera. Tener un hermano o hermana es bueno para su salud. De hecho, ciertas investigaciones han demostrado que las personas que tienen hermanos son más altruistas.
Además, tener hermanos mejora la salud mental, brinda felicidad y mejora la expectativa de vida. Un estudio publicado en la revista de PLoS Medicine reveló que las personas sin lazos familiares sólidos vivían unos 7,5 años menos que aquellos que contaban con conexiones familiares estrechas.
2. La fraternidad es la relación más larga de la vida
La relación con los hermanos es una de las más largas, si no la más larga, que tendremos a lo largo de nuestras vida junto con la de nuestros padres. Con ellos compartiremos los primeros años de desarrollo al igual que la intimidad de sus propias relaciones padre e hijo. También hablará de sus primeras inseguridades, sus miedos, sus triunfos y sus conocimientos con ellos.
Los hermanos conocen tanto sus debilidades como sus fortalezas y viceversa. Lo han visto triste y feliz— ya que han estado con usted en los buenos y malos momentos. Se han visto en buenas y malas épocas. Se han transformado en adultos maduros juntos. Ninguna otra relación, ni la que mantendrá con su pareja, durará tanto. La relación con sus hermanos y hermanas tiende a ser la más larga que experimentamos en la vida.
3. La empatía aumenta cuando tenemos hermanos
Los niños que crecen con hermanos y hermanas tienden a desarrollar mayor empatía por los demás. Deben aprender a compartir sus cosas— juguetes, amor y atención de los padres, alimentos, ropa, etc. Quienes tienen hermanos aprenden a controlar sus emociones, ya que los más pequeños suelen exhibir un gran espectro de emociones que va desde la ira y los celos hasta el amor y el cariño.
Los hermanos, sin importar la edad que tengan, aprenden del otro. Los hermanos mayores adoptan el rol de ayudantes y promueven el desarrollo de la autoestima y la responsabilidad social mientras que los hermanos menores tratan de imitar a sus hermanos o hermanas mayores, lo que los motiva a probar cosas nuevas.
4. Rivalidad entre hermanos
La rivalidad entre hermanos puede comenzar antes de que nazca el segundo hijo. Es un momento en el que uno o más niños compiten o se alegran por la llegada del nuevo integrante. Los hermanos suelen pasar más tiempo entre ellos que con sus padres a medida que crecen. En esta etapa, luchan y compiten por el tiempo, la atención, los juguetes, los alimentos y otras tantas cosas.
Una investigación llevada a cabo por Judy Dunn reveló que los niños de apenas un año de edad son extremadamente sensibles a cómo los tratan sus padres en comparación con sus otros hermanos. Esto puede tener efectos profundos en la relación que mantiene con ellos en el futuro.
5. Orden de nacimiento
Según el psicólogo Kevin Leman, las diferencias de personalidad entre hermanos puede atribuirse al orden de nacimiento y a las reacciones de sus padres. Los padres primerizos tienden a recurrir a la técnica de prueba y error al criar a su primer hijo, por lo que tienden a ser estrictos y neuróticos. Es por eso que los primeros hijos son más perfeccionistas, ya que tratan de cumplir con las expectativas elevadas de sus progenitores.
Por otro lado, los segundos hijos son criados con un estilo más relajado por padres que tienen más confianza y experiencia en sí mismos. Estos niños recibirán menos atención de sus padres que su hermano mayor, ya que ahora son dos en casa. Esto hace que el segundo hijo siempre intente complacer al resto en lugar de ser perfeccionista como su hermano mayor.
6. ¿Cómo pueden hacer los padres para reducir la rivalidad entre hermanos?
Los padres deberían tratar de incluir a los hermanos mayores en todo lo relacionado con el embarazo del segundo hijo. Deberían mostrarles las fotografías del ultrasonido para que vean cómo el bebé crece en la panza de mamá o hacerles sentir cómo da pataditas su nuevo hermano o hermana. Recordar anécdotas del embarazo de los hermanos mayores evita que estos se sientan excluidos.
Todo sirve para hacerles sentir a los hermanos mayores que son igual de importantes y necesarios en esta nueva etapa. Hasta puede hacer que el hermano mayor se convierta en el ayudante de mamá. Otro paso esencial es asegurarse de pasar tiempo de calidad con el mayor cada vez que pueda. No se olvide de poner límites cada vez que sea necesario, ni de ser positivo y no perder el sentido del humor.
7. Rivalidad entre hermanos en la adultez
Las investigaciones demuestran que para el 33% de la población, los conflictos entre hermanos que surgen en las primeras etapas de la vida duran para siempre. Para estos adultos, tener contacto con sus hermanos inevitablemente resulta en la re-adopción de los roles de la niñez.
Una investigación encabezada por Judy Dunn, que llevó a cabo diversas investigaciones sobre este tema en Estados Unidos y Reino Unido, concluyó que el favoritismo por parte de los padres y la falta de monitoreo de las relaciones entre hermanos son los principales causantes de desarrollo de conflictos durante la niñez. Estos patrones de interacción están tan arraigados en la niñez que a las personas les resulta difícil encontrar el origen del problema cuando son adultos.
8. Cómo mantener vínculos sólidos entre hermanos en la adultez
Las relaciones entre hermanos cambian de forma drástica con el tiempo. Algunas situaciones límite en la vida pueden acercarlos o separarlos por completo. Por ejemplo, la muerte, la enfermedad, los abusos y el desamparo pueden impactar significativamente en la forma en que los hermanos se relacionan.
Los matrimonios también pueden causar rupturas. Un estudio publicado en Psychology Today asegura que el 66% de las personas entrevistadas afirmó que cuando su hermano o hermana contrajo matrimonio, su relación se vio afectada de alguna u otra manera. Esto puede deberse a las diferencias con el nuevo cuñado o la cuñada. La buena noticia es que, a pesar de todo, más del 80% de las personas de más de 60 años goza de vínculos plenos y sólidos con sus hermanos.