Para algunos puede tratarse de una habilidad natura pero, para otros, aprender a andar en bicicleta es un gran desafío. Para lograrlo, es necesario aprender a realizar varias tareas de forma simultánea — controlar el equilibrio, pedalear, girar, detenerse. Para los niños es muy frustrante aprender a coordinar tantas partes de su cuerpo de una sola vez.
Con mucha práctica y paciencia, la mayoría de los pequeños aprende a pedalear con éxito entre los 5 y los 6 años, aunque no hay una edad determinada. Como sucede con cualquier habilidad nueva, lo mejor es esperar a que llegue el momento indicado. A continuación, le presentamos cinco consejos para darle más seguridad a su hijo al andar en bicicleta…
1. Primero un triciclo
La versión de tres ruedas les brinda a los niños mucha más comodidad. Al no tener que preocuparse por el equilibrio, pueden focalizarse en los pedales y en el manubrio.
Además, los triciclos están más cerca de la tierra y, en caso de que ocurra alguna caída, el impacto será mucho más suave que con una bicicleta. No obstante, esto no significa que no haga falta usar cascos al andar en triciclo. La seguridad es clave y debe estar presente en todo momento.
2. Use una bicicleta de entrenamiento
Las bicicletas de entrenamiento son un invento asombroso, ya que no tienen pedales ni engranajes. De esta manera, su hijo podrá concentrarse tanto en el manejo del manubrio o manillar como en lograr el equilibrio, una de las habilidades más importantes al andar en bicicleta. Para que cumpla con su objetivo, la bicicleta debe ser pequeña, así el niño pueda apoyar bien los pies en el suelo y sentirse cómodo en el asiento.
Una vez que su hijo logre sentirse seguro, el próximo paso será aprender a trasladarse en distancias cortas. Una vez que el niño domine la bicicleta de entrenamiento estará listo para subirse a una verdadera bicicleta.
3. Consiga ruedas de soporte
El objetivo de las ruedas de soporte es mantener rígida a la bicicleta para que al niño le resulte más fácil mantener el equilibrio y pueda concentrarse en pedalear, controlar el manubrio o manillar y detenerse. Muchos han aprendido a andar en bicicleta gracias a este maravilloso invento; no obstante, algunos expertos afirman que las ruedas de entrenamiento detienen el proceso de aprendizaje, ya que evitan que la bicicleta se incline e inhiben la acción de los frenos.
Una vez que le retire las ruedas de entrenamiento, el pequeño deberá aprender a mantener el equilibrio sin contar con apoyo adicional. Para muchos niños es muy frustrante tener que dar un paso tan grande y hasta puede que no quieran volver a intentarlo hasta que se sientan preparados.
4. Acompáñelo en una bicicleta doble
Esta no sólo es una forma grandiosa de pasar tiempo de calidad con su hijo, sino que también le permite al pequeño ganar seguridad para después poder andar en bicicleta por su propia cuenta. De esta manera, la bicicleta del pequeño está unida a la suya pero tiene sus propios pedales. Usted siempre estará a cargo del equilibrio, de doblar y de pedalear, pero el niño podrá practicar de forma segura todo el procedimiento.
Como los niños se suelen frustrar con facilidad, este método reforzará su confianza. Con mamá o papá junto a ellos, podrán concentrarse en desarrollar las habilidades para andar en bicicleta, sin pensar en las caídas. No obstante, tanto los pequeños como los adultos deben utilizar cascos y demás elementos de protección por más que se trate de una bicicleta doble.
5. Enséñele con una verdadera bicicleta
El método de enseñanza tradicional es hacer que el niño directamente aprenda en una bicicleta verdadera. Parece obvio pero, al haber tantos avances tecnológicos, los padres cada vez tienen más alternativas para facilitar el proceso. Cabe aclarar que esta forma de enseñanza puede requerir un par de apósitos más que el resto, pero es mucho más rápida.
La cosa funciona más o menos así. Mientras el niño se sienta en la bicicleta y maneja los pedales, el padre corre detrás de él e intenta ayudarlo a mantener el equilibrio. Una vez que el pequeño comienza a pedalear a una velocidad apropiada, el padre deja que el niño continúe hasta que se frene o, en el peor de los casos, se caiga. Esta técnica puede parecer un poco brusca, pero muchos han aprendido así. Un enfoque más novedoso recomienda buscar una colina con césped y dejar que el pequeño se desplace lentamente y eleve sus pies a medida que desciende. Una vez que se sienta seguro con este ejercicio, permítale incorporar el pedaleo.