Si mide el largo de sus viajes en base a cuántas paradas al baño hace antes de llegar a destino o se despierta miles de veces por la noche a hacer pipí, es probable que su vejiga no esté funcionando de forma óptima. Sus ganas incontenibles de orinar puede deberse a diversos factores— desde la cantidad de agua que consume (o no) hasta diabetes o problemas renales.
A continuación, le presento los motivos más comunes de la micción frecuente…
1. Vejiga hiperactiva
Según la Dra. Betsy Greenleaf, una uroginecóloga de Nueva Jersey, la vejiga hiperactiva afecta principalmente a mujeres de edad avanzada con deterioro en las células nerviosas. Otro factor de riesgo según la Dra. Greenleaf puede ser que la vejiga no se vacíe completamente al orinar.
Si sospecha que padece esta afección (necesita ir al baño más de una vez por hora o más de ocho veces al día), debería consultar a un especialista para que le recomiende un tratamiento (medicamentos) que le permita relajar la vejiga para que elimine completamente la orina.
2. Ciertos medicamentos
Algunos medicamentos recetados pueden hacerlo orinar en exceso, explica la Dra. Tamara Bavendam, directora de la División de Enfermedades Renales, Urológicas y Hematológicas en el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales.
La Dra. Bavendam pone como ejemplo los fármacos para tratar la hipertensión, como diuréticos o píldoras de agua y los fármacos para la ansiedad y la depresión, como los anticolinérgicos. Todos estos han sido vinculados con la producción excesiva de orina en los riñones y con la retención de líquidos en la vejiga.
3. Está deshidratado
No es lo que esperaba, ¿eh? Lo lógico es que cuando consume demasiados líquidos debe orinar con mayor frecuencia. Sin embargo, la deshidratación también puede ser uno de los culpables de que vaya muchas veces al baño, aseguran los expertos de la clínica Mayo.
Al haber menos líquido en el organismo, la orina se vuelve más concentrada, irrita la vejiga y causa esa sensación insoportable de tener que orinar todo el tiempo (disuria). La clave es beber las cantidades suficientes de agua para que la orina sea de color amarillo pajizo— esto indicará que el nivel de hidratación es el correcto como para diluir la orina y, por ende, no irritará la vejiga, que es lo que hace que vaya al baño cada 20 minutos.
4. Diabetes
La repentina e incontrolable necesidad de orinar suele estar vinculada, en la mayoría de los casos, con la diabetes. Según la revista Diabetes Self Management, esta afección trae una serie de complicaciones en la vejiga.
Por ejemplo, los desajustes en los niveles de glucosa pueden provocar deseos incontenibles de orinar o pueden dificultar el vaciamiento de la vejiga. De hecho, la hiperglucemia afecta la capacidad de los riñones de procesar el exceso de glucosa— lo que hace que se produzca más orina.
5. Esclerosis múltiple
Aunque crea que el principal motivo de tener que ir mil veces al baño es que tiene una vejiga pequeña, WebMD señala que los cambios abruptos en la frecuencia con la que orina puede indicar la presencia de alguna enfermedad subyacente, como la esclerosis múltiple (EM).
Una investigación llevada a cabo por dicho sitio web explica que la EM causa daños en los nervios, que dificultan el control de todos los músculos, incluidos aquellos que se conectan con la vejiga. Otras enfermedades que afectan dicho órgano son tumores que presionan el abdomen y las hernias de disco.
6. Músculos del suelo pélvico debilitados
Con el paso del tiempo, los músculos se van debilitando, incluso los de la vejiga. Una investigación llevada a cabo por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago señala que muchas mujeres sufren el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico al envejecer— en especial si han dado a luz, lo que provoca el estiramiento y daño de los tejidos de la vejiga.
Sin embargo, los ejercicios de Kegel ayudan a endurecer los músculos del suelo pélvico, lo que le brinda apoyo a la vejiga para controlar las urgencias urinarias y evitar accidentes vergonzosos. Para ejercitar los músculos del suelo pélvico, contraiga y relaje los músculos como si estuviese tratando de frenar el flujo de orina. Repita el procedimiento durante 10 segundos, luego descanse y haga una serie de 10 o 15 contracciones al día.
7. Cálculos e infecciones renales
Uno de los síntomas más reveladores de las infecciones urinarias es la micción frecuente. Si alguna vez sufrió este tipo de problema, entenderá lo horrible y molesto que se siente en la parte baja del abdomen. Según los expertos de la clínica Mayo, tanto los cálculos renales como las infecciones urinarias generan irritación en la vejiga y disuria.
Una infección en el tracto urinario puede distinguirse por la necesidad urgente de orinar al igual que el dolor y la quemazón al ir al baño. Sin embargo, los cálculos renales provocan puntadas insoportables en la espalda baja o a los costados.