El comienzo de la primavera es sinónimo de días más largos, soleados y cálidos y de abundancia de alimentos naturales, ¡en especial, vegetales!
A continuación, le presento seis razones convincentes por las que debería decirles sí a sus verduras en esta primavera…
1. Reducen los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares
Un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad Tulane, en Nueva Orleans, ha demostrado que existe un vínculo sólido entre la reducción de los riesgos de sufrir enfermedades cardiacas y seguir una dieta rica en folato o vitamina B9, que se encuentra en las espinacas y los vegetales de hojas verdes como la lechuga romana.
La investigación descubrió que apenas dos tazas de lechuga picada ofrecen alrededor del 40% de la ingesta diaria recomendada de folato. La fibra adicional en los vegetales de hojas verdes también reduce el colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad) o “dañino” y disminuye los riesgos de padecer accidentes cerebrovasculares.
2. Previene la diabetes tipo 2
Según una investigación realizada por la American Diabetes Association, el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 aumenta cuando hay deficiencias crónicas de magnesio. Por fortuna, la espinaca y la rúcula son vegetales primaverales que aumentan la ingesta de dicho componente.
El estudio afirma que el magnesio funciona como “un cofactor clave para las enzimas encargadas de metabolizar la glucosa.” Las dietas que permiten la ingesta diaria de magnesio por medio de vegetales de hojas verdes, granos enteros y frutos secos previenen la diabetes al mejorar la sensibilidad a la insulina.
3. Mejora el funcionamiento muscular
Si busca nuevas formas de mejorar el funcionamiento de sus músculos, este estudio de origen sueco llevado a cabo en 2011 le brindará algunas respuestas alentadoras. Dicho estudio midió el desempeño (consumo de oxígeno) de un grupo de participantes que utilizaron bicicletas de ejercicio después de consumir una pequeña dosis de nitrato inorgánico.
Los resultados demostraron que tanto el desempeño como la eficacia de las mitocondrias (lo que significa que los músculos necesitaron menos oxígeno) mejoraron en aquellos que recibieron los suplementos de nitrato inorgánico. Los investigadores señalan que dicho componente puede obtenerse de forma segura por medio de vegetales de hojas verdes como las espinacas.
4. Reduce los riesgos de desarrollar cáncer de mama
¿Cuándo fue la última vez que disfruto de una crujiente ensalada de berros? Quizás sean uno de los vegetales de primavera menos conocidos, pero son ricos en fenetil isotiocianato (PEITC), un isocianato natural que se jacta de prevenir el desarrollo de cáncer.
Los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, descubrieron que el compuesto vegetal PEITC en los berros bloquea la producción de células cancerosas en las mamas e interrumpe el crecimiento de tumores.
5. Promueve la salud ocular
¡Momento, zanahorias! Han sido destronadas en el reino de la salud ocular. Una investigación de AllAboutVision.com señala que los vegetales de hojas verdes tales como la lechuga romana y de hojas rojas y la espinaca contienen zeaxantina, vitamina A y luteína, tres componentes clave para gozar de buena visión.
Estos carotenoides esenciales mejoran la función ocular al filtrar los daños causados por los radicales libres, ayudan a que los ojos se adapten mejor al pasar del brillo a la oscuridad y hasta previenen la arterioesclerosis (la acumulación de depósitos de grasa en las arterias), que pueden provocar un ataque al corazón.
6. Mejoran la salud ósea
Si quiere que sus huesos estén fuertes y desea prevenir la osteoporosis y el deterioro óseo a medida que envejece, este estudio de la Universidad Tufts de Boston lo convencerá de que debe comer más vegetales de hojas verdes.
El estudio asegura que el berro, la achicoria y la espinaca promueven la salud ósea gracias a su alto contenido de vitamina K. Los resultados señalan que las mujeres que ingieren cantidades deficientes de dicha vitamina presentan menor densidad mineral ósea y son más propensas a sufrir fracturas de cadera.