Estoy segura de que antes de que lea una sola palabra de este artículo se quejará e intentará posponer la alarma de su despertador. No obstante, debe saber que las ventajas de aprovechar este momento del día para ejercitarse se extienden durante el resto de la jornada.
A continuación, le presento seis motivos por los que hacer ejercicio antes de que sus hijos se despierten es una idea magnífica…
1. A las 5 a.m. ya se habrá desocupado
Levantarse de la cama “antes de que el planeta se despierte” significa que su teléfono no sonará y que no habrá eventos pendientes en su agenda (espero). Busque un momento bien temprano por la mañana en el que no tenga otra cosa para hacer. Esta será la oportunidad perfecta para ejercitarse y comenzar el día como el súper padre o madre que seguramente es.
Al concretar este “encuentro con el sudor” no sólo acabará con su primera obligación del día— también aumentará su agudeza y se preparará mejor para su jornada de trabajo. El Dr. John Ratey, autor de Spark: The Revolutionary New Science of Exercise and the Brain, afirma que la actividad física establece las bases del conocimiento en el cerebro para mejorar el humor, reducir la ansiedad, aumentar la atención y prevenir el estrés.
2. Se sentirá de mejor humor
Por si no lo sabía, la manera en que da comienzo a su día también puede mejorar o empeorar por completo el día de su hijo. Una vez que haya acabado con su rutina de entrenamiento, se habrá olvidado de todo ese malhumor matutino y estará más alerta y activo para atender a sus pequeños. Al equilibrar su estado de ánimo y sus hormonas, tendrá la claridad mental que necesita para satisfacer las necesidades de los niños de forma tangible (dándoles palabras de aliento, por ejemplo). Muchos padres no son conscientes del estrés y la angustia que se provocan a sí mismos a lo largo del día. Así que reservarse un par de horas para disfrutar de una actividad que le resulta placentera puede darle el plus de confianza que tanto necesita.
Además de todo eso, la adrenalina que recorre su cuerpo después de cada entrenamiento le permitirá concentrarse más en sus obligaciones. Recordará que debe firmar el permiso de la escuela, regresar esa pila de libros a la biblioteca y hasta enviar a los niños a la escuela con calcetines del mismo color. Eliminar el estrés matutino con actividad física hará que todos estén más felices y saludables.
3. No tiene que sentirse culpable
Oh, la culpa de ser padres. Ya sabe a qué me refiero. Ese momento en el que se pone a hacer algo que le gusta y empieza a tener dudas y a sentirse egoísta y su voz interna le sugiere que pase más tiempo en casa o con su hijo/pareja. Muchos caen en esa trampa. Esto funciona como la máscara de oxígeno de los aviones; los adultos deben hacerse cargo de ellos mismos primero antes de poder asistir a sus hijos. Por esa razón, esas primeras horas de la mañana en las que sus pequeños no lo necesitan son la ocasión perfecta para mimarse y ocuparse de usted mismo.
Sé que todos tenemos buena voluntad. Queremos cumplir con nuestras obligaciones y estar con los demás. Sin embargo, cuando esto no funciona es justamente cuando la culpa entra en juego. Al encontrar un momento en el que nadie lo necesite, eliminará las presiones y la culpa de su vida que, por lo general, hacen que se salte su rutina de ejercicio para atender otros asuntos. Hay que aprender a priorizar, ¿sí?
4. No, no descansará menos
Todo padre debe lidiar con la falta de sueño. Atrás quedaron los días en que podía dejar su teléfono celular sobre la mesa de luz y olvidarse de él hasta que sonara la alarma. Los niños son expertos en provocar caos a cualquier hora. Ya sea por la gripe intestinal, algún accidente nocturno, una pesadilla o hambre, usted también deberá levantarse para asistirlos. Entonces, ¿cómo puede uno levantarse más temprano que de costumbre, ser un padre activo y aún así lograr descansar?
En un estudio llevado a cabo por la National Sleep Foundation un grupo de investigadores descubrió que 150 minutos de ejercicio físico de moderado a vigoroso a la semana mejoraban en un 65% la calidad de descanso de los individuos. Además, dicho estudio notó que los participantes de la investigación que se ejercitaban con frecuencia se sentían menos cansados a lo largo de la jornada—que los que no lo hacían.
5. Le tomará menos tiempo de lo que pensaba
¿Alguna vez notó lo rápido que se acaba la batería de su celular o móvil después de que llega al 4%? Ese 4% no es mucho pero sorprendentemente (a menos que sea un genio de las matemáticas) equivale a tan sólo UNA HORA de su día. Sacrificar 60 minutos de descanso puede parecer muchísimo, en especial si ya es un padre o madre agotado. Sin embargo, después un tiempo, verá que no es tan malo.
Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan que los adultos realicen de entre 75 y 100 minutos de actividad aeróbica (de moderada a vigorosa) por semana y que 2 o más días a la semana se concentren en fortalecer los grandes grupos musculares. Reservar apenas un 4% de su día para ponerse en movimiento es más que suficiente para cumplir con estos requisitos.
6. Ejercitarse por la mañana activa el metabolismo
Este maravilloso plus se denomina consumo excesivo de oxígeno pos ejercicio o EPOC, por sus siglas en inglés. Después de hacer actividad física, su cuerpo aumenta el índice metabólico por alrededor de 16 horas. Algunos informes indican que el EPOC sigue siendo efectivo hasta 38 horas después de un entrenamiento.
Queridas mamás, este incremento en el metabolismo es la solución perfecta para bajar los kilogramos que subió durante el embarazo. Sabe bien que ese peso extra que llegó junto a su bebé recién nacido no se irá sin un poco de sacrificio. Por otro lado, papá podrá bajar todo lo que ha subido por culpa de los bocadillos y el helado de la noche. Así que anímense a poner el despertador más temprano y a cumplir con una rutina libre de culpas antes de que los pequeños se levanten de la cama.