El colesterol es una sustancia espesa que reside en la sangre. Si bien ayuda a construir células saludables, la clínica Mayo asegura que el exceso de colesterol puede impactar de forma negativa en el corazón y provocar diversas enfermedades. En algunos casos, la grasa se acumula en los vasos sanguíneos e impide que la sangre fluya a través de las arterias.
Por lo tanto, no se puede negar que tener el colesterol alto es muy peligroso para su salud. La buena noticia es que existen diversas maneras de controlarlo, aunque antes de hablar de tratamientos es importante conocer las causas…
1. Mala alimentación
Una dieta rica en colesterol dañino (o LDL) puede provocarle complicaciones cardiovasculares. Es por eso que insistimos tanto en evitar las grasas trans, que están repletas de colesterol LDL. Hamburguesas, donuts, tortillas y tartas; la comida chatarra es la principal aliada de las grasas trans.
Para controlar sus niveles de colesterol, intente incorporar granos integrales (en forma de pan o pasta) a su plan de alimentación, junto con frutas y vegetales. Además, los expertos en nutrición les sugieren a sus pacientes que sustituyan las carnes rojas por pescados — como bacalao, atún y halibut — ya que aportan ácidos grasos omega 3 que protegen su corazón.
2. Exceso de peso
El exceso de peso suele ser sinónimo de colesterol alto. Muchas personas con obesidad consumen grandes cantidades de colesterol dañino LDL presente en la comida chatarra. Los expertos han demostrado que hacer ejercicio es una solución viable para este problema. Esto se debe a que la actividad física moderada eleva los niveles de lipoproteína de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés) o lo que se conoce como colesterol “bueno”.
De todos modos, es importante consultar a su médico de confianza antes de involucrarse en entrenamientos físicos muy demandantes. Si desea bajar de peso y reducir sus niveles de colesterol, considere hacer ejercicio suave, como andar en bicicleta o caminar.
3. Tabaquismo
No debería ser una sorpresa que fumar perjudica su salud, en especial, al hablar de colesterol. Al reducir los niveles de lipoproteína de alta densidad (HLD o colesterol “bueno”), las paredes de los vasos sanguíneos se debilitan. Con el tiempo, se producen coágulos y se produce el endurecimiento de las arterias (arterioesclerosis). Cabe aclarar que los fumadores pasivos — es decir, las personas que aspiran el humo del cigarrillo de otras personas — también están en riesgo.
Por lo tanto, tenga o no el colesterol alto, debe dejar de fumar de inmediato. Miles de investigaciones, incluso un estudio llevado a cabo por Web MD, aseguran que las partes afectadas del organismo no tardan en regenerarse una vez que la persona abandone el mal hábito.
4. Edad
A medida que envejecemos, las probabilidades de desarrollar colesterol alto aumenta. Esto se debe a que los adultos tienen rutinas más sedentarias (en algunos casos por problemas de movilidad). Un estudio llevado a cabo por el National Cholesterol Education Program en los Estados Unidos ha demostrado que los hombres mayores de 45 años y las mujeres de más de 55 son los principales grupos de riesgo.
La buena noticia es que existen miles de soluciones para revertir la situación. Si el ejercicio no es una alternativa viable, llevar una alimentación saludable (rica en granos integrales, frutas y vegetales), dejar de fumar y perder peso son medidas igual de efectivas.
5. Sexo
Un estudio reciente que analizó a 40.000 hombres y mujeres menores de 60 años demostró que los hombres son más propensos que las mujeres a tener colesterol alto y, consecuentemente, a sufrir ataques cardíacos.
Es por eso que los hombres deben comenzar a hacerse revisiones o chequeos médicos frecuentes a partir de los 45. Si sus niveles de colesterol llegasen a ser elevados, debería modificar algunos aspectos de su estilo de vida, como su peso, su alimentación y sus hábitos.
6. Antecedentes familiares
Algunas personas comen sano, cuidan su peso, hacen ejercicio de forma regular, no fuman y aún así se les diagnostica colesterol alto. En muchos casos, se debe a la hipercolesterolemia familiar o, en otras palabras, al colesterol hereditario.
Al menos una de cada 500 personas (unos 13 millones de individuos) en los Estados Unidos padece este tipo de complicaciones y está en riesgo de desarrollar cardiopatías isquémica o de sufrir ataques cardiacos en el futuro. Es por eso que tanto hombres y mujeres — independientemente de su edad, tamaño o nivel de actividad — deben realizarse chequeos médicos con frecuencia.