Llegó la época del año más temida por todos — los mosquitos salen de sus escondites después de una larga temporada de frío, nieve y humedad. ¡Lo cierto es que no se irán a ningún lado hasta que las bajas temperaturas regresen! Sin embargo, nos encantaría saber qué es lo que hace que estos insectos tengan preferencia por ciertos individuos e ignoren a otros. ¿Habrá alguna forma de mantenerlos alejados?
Desde tipos de sangre y peso hasta porcentajes de alcohol en el organismo, todos parecen tener distintas teorías acerca de las preferencias alimenticias de los mosquitos. A continuación, le presentamos un mix de mitos absurdos y verdades sobre la picadura de estas criaturas…
1. Realidad: lactato en la piel
Seguramente alguna vez escuchó hablar de la “piel dulce” que atrae a los mosquitos. Si bien “dulzura” no es el término científico correcto, existe cierto grado de verdad detrás de la idea de que los químicos “dulces” presentes en su organismo captan la atención de estas criaturas tan molestas. Los mosquitos se sienten atraídos por el lactato, una sustancia producida en grandes cantidades al hacer ejercicio, aunque se ha comprobado que el cuerpo siempre genera lactato en menor o mayor proporción. La función principal de este es suministrarle energía al individuo mientras realiza actividad física.
Según la American Mosquito Control Association, los mosquitos son capaces de descifrar señales químicas, como las del ácido láctico, a una distancia de entre 25 y 35 metros. Así que después de cada entrenamiento, ya sea en el gimnasio, en su casa o en el parque, es mucho más probable que reciba más picaduras que en cualquier otro momento del día. Además, determinados alimentos estimulan la producción de dicho ácido, como los yogures y los productos fermentados como el kimchi.
2. Mito: niveles de glucosa en sangre
Existen muchísimas creencias erróneas que vinculan las picaduras de mosquitos con la composición de nuestra sangre. En realidad, tiene sentido pensar de esta manera, ya que estos insectos perforan la piel y succionan sangre. Sin embargo, no disponemos de mucho rigor científico para avalar la teoría. El mito más común es que los mosquitos prefieren a las personas que tienen niveles altos de glucosa.
Muchos suelen pensar que estos insectos buscan sangre sabrosa. No obstante, lo único que hacen es ir por la vida tratando de conseguir un lugar seguro donde depositar sus huevos para reproducirse. En lugar de azúcar, los mosquitos necesitan hierro y proteínas que contribuyan con la creación de huevos. Por más que le parezca que sólo lo pican a usted, los más afectados por las picaduras son los animales.
3. Realidad: olor corporal
Como sucede con el lactato, el olor corporal también atrae a los mosquitos. De hecho, la transpiración despierta el interés de las criaturas. Después de cada entrenamiento, es común terminar empapado de sudor; para evitar ser un blanco fácil de los chupa sangre, le recomendamos ducharse cuanto antes.
Lamento comunicarle que los mosquitos aman el sudor producido al hacer ejercicio, debido a que combina lactato y niveles elevados de dióxido de carbono por respirar de forma agitada. La ecuación es simple: a mayor temperatura corporal, mayor cantidad de picaduras.
4. Mito: embarazo
Quédese tranquila, los mosquitos no la perseguirán por estar embarazada. ¡No hay necesidad de quedarse bajo techo durante las barbacoas en esos nueve meses! Es posible que sólo se trate de un viejo mito que inventaron nuestras abuelas, ya que no existe evidencia científica que lo avale.
Uno de los posibles orígenes del mito es que las mujeres embarazadas liberan más dióxido de carbono que la persona promedio. Sin embargo, liberamos mucho más cantidades del compuesto en otras actividades cotidianas como subir las escaleras. Futuras mamás, no se alarmen. ¡No son un blanco fácil para los chupa sangre!
5. Realidad: genética
Tanto científicos como expertos en salud coinciden con que la genética y el olor corporal influyen de manera considerable al hablar de víctimas frecuentes de picaduras de mosquito.
Según un entomólogo de la Universidad de Florida, las personas que liberan mayores cantidades de ácido úrico son más vulnerables a los ataques de estos insectos. De la misma manera, algunas bacterias presentes en la piel nos vuelven más o menos atractivos para estos pequeños vampiros voladores.
6. Mito: grupo sanguíneo
Durante muchos años, los científicos han tenido opiniones encontradas con respecto a este tema. Un mito común es que las personas con grupo sanguíneo 0 resultan mucho más atractivas para los mosquitos que los tienen otros tipos de sangre. No podemos desacreditar del todo esta teoría, ya que no disponemos de evidencia científica suficiente para hacerlo. Por el momento seguirá siendo sólo un mito.
En 2004, una investigación publicada por los National Institutes of Health descubrió que un grupo de pacientes con tipo de sangre 0 atraían a muchos más Aedes Albopictus (un tipo de mosquito) que otros con grupos A,B y AB. De hecho, los primeros fueron picados alrededor de un 84% más que los de tipo A. Aún así, no podemos sacar conclusiones debido a que existen más de 3.500 especies de mosquitos en todo el mundo.
7. Realidad: liberación de dióxido de carbono
Las personas a las que les encanta estar al aire libre y practicar deportes en la temporada de proliferación de mosquitos se viven quejando de las picaduras. Ya hemos dicho que el sudor que los humanos producen al ejercitarse aumenta los riesgos de ser atacado por los insectos. Sin embargo, la evidencia científica sugiere que esta preferencia se debe principalmente al dióxido de carbono.
Como sucede con otros olores y químicos corporales, el dióxido carbono es el favorito de muchos insectos. La cantidad que libere de este gas dependerá de su genética y de su tamaño. Según un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine, los individuos más corpulentos suelen ser los blancos predilectos de los chupa sangre, ya que éstos liberan más CO2 y ofrecen terrenos de ataque más extensos.
8. Mito: alimentos ricos en potasio
Así como muchos piensan que comer ajo repele a los mosquitos o previene sus picaduras, también están aquellos que creen que los alimentos ricos en potasio, como las bananas, funcionan como repelente. Si bien evitar ciertos productos ayuda a mantener alejadas a estas criaturas tan molestas, la ciencia ha intentado no ser tan categórica al respecto.
Lo curioso es que otro grupo asegura que las bananas en realidad atraen a los chupa sangres. De hecho, Susan Paskewitz, una entomóloga de la Universidad de Wisconsin, ha dedicado su carrera al estudio de la biología de esta especie y ha intentado elaborar medicinas para prevenir las picaduras. Las investigaciones de Paskewitz aún no han concluido, por lo que la relación directa entre el consumo de ciertas frutas y el aumento de los ataques de los insectos sigue siendo una gran incógnita.