¿Acaso el lugar en donde vive le transmite paz y tranquilidad? O, por el contrario, ¿está lleno de desorden y eso le genera muchísimo estrés? El movimiento zen ha llegado al mundo para convertir nuestros hogares en santuarios; en una suerte de lugares de descanso, relajación y alegría. En otras palabras, es el primer sitio para empezar a deshacerse de todo lo que no sirve y concentrarse en lo que de verdad importa.
Solemos acumular muchísimas cosas a medida que pasan los años; a algunas las usamos con frecuencia y a otras sólo las tenemos para juntar polvo. Si en su hogar abundan las últimas, es hora de abrir armarios, cajones y cajas y deshacerse de las porquerías. Si no sabe por dónde empezar o qué desechar primero, a continuación le mostramos una guía de doce ítems que no vale la pena seguir amontonando…
1. Tarjetas de agradecimiento/felicitaciones
Ya sea por su cumpleaños, un aniversario, el nacimiento de su bebé…o lo que sea, siempre es lindo saber que alguien se acordó de nosotros. Pero, ¿qué debemos hacer con esas tarjetas una vez que las hemos leído y apreciado? Muchos piensan que lo correcto es desecharlas después de ha pasado un tiempo (el tema de debate es cuánto tiempo) mientras que otros prefieren conservarlas para siempre.
Si bien comprendemos esta decisión, estamos de acuerdo con que llega un momento en que es hora de enviarlas al tacho o cubo de basura. Pero antes de hacerlo, asegúrese de que los materiales con que estén hechas sean completamente reciclables. Ciertos elementos decorativos como la brillantina, los lazos y el papel aluminio no son reciclables pero pueden preservarse y usarse en un collage, álbum o, mejor aún, en una nueva tarjeta para obsequiar. ¡Esa sí que es una buena manera de darles nueva vida útil a sus pertenencias!
2. Celulares o móviles viejos y accesorios
Nunca es mala idea contar con un celular o móvil adicional por si algo le ocurre al suyo (seamos realistas, los accidentes ocurren) pero si cuenta con una colección cronológica de todos sus móviles desde la época del modelo Zach Norris, definitivamente es hora de hacer una buena limpieza. Lo mismo se aplica para aquellos viejos cargadores, fundas o accesorios para modelos celulares que ya siquiera se fabrican.
Por fortuna, las personas se han vuelvo mucho más conscientes acerca de la necesidad de cuidar el ambiente y la mayoría de las compañías de celulares ahora cuenta con programas de cambio para que los usuarios entreguen sus teléfonos usados para que sean restaurados o donados a los más necesitados y, a cambio, reciban créditos para comprar dispositivos nuevos.
3. Especias
Si le gusta cocinar, es probable que cuente con un gran arsenal de especias. Después de todo, cada tipo de gastronomía exige su propia combinación de hierbas, ¿o no? Pero póngase a pensar cada cuánto utiliza algunas de ellas…¿cuántos años lleva el tomillo atrapado ahí adentro?
La vida útil promedio de las especias es de apenas 12 meses. Después de eso, pierden frescura y, gradualmente, su sabor se deteriora. Deshágase de todo lo que está vencido y retenga algunos de los envases de vidrio para lavarlos y reutilizarlos. Muchos supermercados y tiendas naturistas venden condimentos y especias por cantidad para que pueda comprar sólo lo que le hace falta para rellenar los viejos recipientes.
4. Artículos de oficina
Parece que en todos los hogares hay un cajón de porquerías y si el suyo es como el nuestro, debe de estar repleto de rotuladores, lápices, marcadores y hasta pinturas viejas. Muchos han sido “tomados prestados” de hoteles o restaurantes durante alguna odisea por el mundo y es probable que más de la mitad ni siquiera funcione.
De todos modos, nadie necesita 30 rotuladores y lápices, así que un par de veces al año tómese el tiempo de deshacerse de todos los marcadores y resaltadores secos y de todas los lapiceros que no sirvan. Si tiene pedacitos de pinturas para colorear viejas, hay miles de formas creativas de darles nuevo uso, como donarlos a Crazy Crayons, una organización que se encarga de fabricar pinturas nuevas reciclando las viejas.
5. Calcetines impares
¿Quién no ha oído hablar del monstruo de los calcetines? Es la criatura responsable de dejar a miles de prendas sin compañero. El resultado de estas desapariciones misteriosas es un cajón lleno de calcetines solitarios que ocupan lugar valioso en el armario. Por más que los guardemos con la esperanza de que su compañero algún día regrese, nueve de cada diez súplicas no reciben respuesta.
Entonces, cuando no sepa por dónde empezar a limpiar el armario, comience por los calcetines impares. Si no quiere desecharlos, hay muchas formas de darles nuevos usos: sirven para quitar el polvo de los muebles, especialmente en esos espacios difíciles de alcanzar y también son súper útiles para lustrar o limpiar zapatos. También puede armar una marioneta de calcetín para entretener a sus hijos.
6. Joyería rota
Otro sitio para ir en busca de objetos inútiles son los joyeros. Todos tenemos algún arete sin compañero del que nos cuesta tanto deshacernos, un brazalete con la hebilla rota o un collar al que le falta una perla. Es difícil no aferrarse a las joyas que amamos (por más rotas que estén), pero es importante recordar cuál es su propósito actual. Si no puede responder a esa pregunta, es hora de decirles adiós.
No, no nos referimos a las costosas piedras preciosas (esas sí que merecen ser reparadas), hablamos de la joyería de fantasía, a la que puede darle miles de usos alternativos. Pinterest está lleno de ideas, desde decorar lámparas con brazaletes y aretes y convertir viejos broches en imanes hasta usar viejos brazaletes para amarrar cortinas.
7. Revistas y catálogos
Las revistas sólo sirven para hojearse una o dos veces, después de eso, lo único que hacen es ocupar espacio valioso en las repisas y estantes. Lo mismo ocurre con los catálogos (aunque estos cada vez son menos populares gracias al aumento en la popularidad de los medios digitales).
En lugar de seguir acumulándolos, una vez que los haya leído puede donarlos a algún hospital u hogar de ancianos. A los pacientes y adultos mayores les encantará tener material de lectura nuevo. También puede obsequiárselos a sus amigos y, si todas las alternativas fallan, directamente envíelas al tacho o cubo de basura. Por fortuna, al ser papel, se reciclan con mucha facilidad.
8. Accesorios para el cabello rotos
Todas las mujeres del planeta tienen una reserva de accesorios para el cabello de un tamaño bastante considerable y la colección parece agrandarse más y más a medida que pasan los años. Pero si lleva un tiempo sin echarles un vistazo a sus pertenencias, se sorprenderá al ver que son muy pocos los artículos que puede seguir utilizando. Invisibles oxidadas, hebillas partidas y bandas elásticas estiradas que sólo sirven para juntar polvo.
Si lo desea, puede pulir las hebillas y accesorios oxidados con vinagre blanco aunque le recomiendo que todo lo que esté roto vaya directamente a la basura. Si tiene rizadores o alisadores que ya no usa, puede donarlos a alguna tienda de artículos de segunda mano; por otro lado, los que no funcionen pueden reciclarse en cualquier sitio que acepte electrodomésticos pequeños.
9. Medicamentos y vitaminas vencidos
Los suplementos vitamínicos y los medicamentos vencidos son otros artículos hogareños que muchos acumulan en los cajones y repisas de los baños. Lamento decirle que esto puede representar una gran amenaza para su salud. En primer lugar, corre el riesgo de que alguien use los fármacos vencidos para fines recreativos. En Norteamérica se ha visto un incremento significativo en las tasas de mortalidad vinculadas con abusos de drogas recetadas en los últimos 10 años, así que es importante que se deshaga de estos artículos cuanto antes.
Trate de no tirar las píldoras y los suplementos en el inodoro, a menos que se especifique en las instrucciones. Esto puede traer consecuencias severas en el ambiente, ya que puede contaminar los suministros de agua con químicos potencialmente dañinos. La Agencia de Protección Ambiental de Estadounidense recomienda que este tipo de productos se disuelvan en agua tibia y luego se desparramen en piedras para gatos o residuos de café para evitar que los niños o animales entren en contracto con ellos una vez que hayan sido desechados.
10. Productos congelados o enlatados
Si ha sido bendecido con un congelador enorme, le sugiero que se tome unos minutos para ver si allí adentro hay algo en mal estado. Los compartimentos de los congeladores son un sitio preferido para almacenar sobras y alimentos echados a perder, en especial cuando es difícil ver qué se esconde en su interior. Una buena idea es revisar las alacenas cada tres meses para asegurarse de que no haya productos vencidos o que estén a punto de caducar.
Si encuentra productos que hayan caducado, asegúrese de desecharlos de manera apropiada. Abra las latas y vacíe el contenido en el tacho de basura o en un compostaje y luego enjuague el recipiente para poder reutilizarlo. Si su congelador es grande, lo ideal sería limpiarlo en profundidad cada 4 meses. Deshágase de todo lo que no sirva, que esté quemado por el frío o que no pueda descifrar qué es.
11. Maquillaje y productos de belleza viejos
Al igual que con los accesorios para el cabello, las mujeres tienden a acumular toneladas de maquillaje y miles de productos de belleza con el paso de los años. Así que si ha tenido la misma sombra de ojos y el mismo labial durante décadas o ha acumulado sombras para ojos y polvos faciales que ya están deteriorados, es hora de hacer limpieza.
Muchas personas no saben que el maquillaje debería reemplazarse cada un par de meses, en especial las máscaras para pestañas y los productos faciales, ya que pueden desarrollar bacterias por su uso prolongado. Le sugerimos que haga una limpieza completa de productos de belleza al menos una vez al año y que se deshaga de todo lo que esté vencido o en mal estado.
12. Recibos y facturas viejos
Lo último que le sugerimos que revise son sus archivos. Con frecuencia acumulamos facturas, recibos y otros documentos en papel con la idea de que algún día puedan servirnos pero lo cierto es que sólo ocupan espacio útil.
Por ejemplo, hoy en día muchos manuales de uso de aparatos y dispositivos electrónicos están disponibles en los sitios web de los fabricantes en formato digital, así que no dude en reciclarlos. Haga lo mismo con las facturas mensuales, a menos que planee revisarlas cuando deba lidiar con sus impuestos. Cualquier factura médica que ya haya sido abonada ya puede desecharse, aunque recuerde retener documentos legales y declaraciones de impuestos que tengan menos de siete años de antigüedad. Hoy en día, con tantos inconvenientes con la privacidad y las falsificaciones, trate de que todo lo que envíe al basurero esté hecho añicos, para que nadie pueda tener acceso a su información personal.