Según las estadísticas más recientes de la American Heart Association, el 28% de los adultos estadounidenses sufre de hipertensión y está en riesgo de padecer un ataque cardiaco, una aneurisma, un derrame e incluso fallas renales. Ciertos medicamentos recetados constituyen una opción un tanto riesgosa para combatir el problema, debido a los efectos secundarios asociados como el insomnio, los calambres en las extremidades, los mareos y, en algunos casos, los desmayos. Para algunos pacientes, el remedio suele ser peor que la enfermedad.
Si no depende por completo de algún medicamento, consulte a su médico acerca de las siguientes alternativas naturales para estabilizar su presión arterial…
1. Disminuya el consumo de sodio
Los nutricionistas del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU. afirman que existe un grupo de riesgo —- en el que se incluyen individuos con descendencia afroamericana, personas con antecedentes familiares de hipertensión y adultos mayores — que puede verse afectado por la ingesta excesiva de sal. Por desgracia, la sensibilidad al sodio es algo que los médicos no pueden evaluar por medio de pruebas.
Por esta razón, disminuir los niveles de sodio en su dieta es esencial si sufre de hipertensión. Con esto me refiero a no ponerles sal extra a sus pochoclos o a sus vegetales al igual que a dejar de lado los bocadillos procesados, las salsas enlatadas y las mezclas de especias, los aderezos para ensalada y los alimentos enlatados. Aprenda a leer en detalle las etiquetas de los productos, ¡no todo lo que brilla es oro!
2. Opte por café descafeinado
A pesar de que la controversia se centra alrededor de la influencia que tiene la cafeína en la presión arterial, ciertos estudios médicos de gran prestigio aseguran que este alcaloide puede llegar a ser un causante de la hipertensión. De hecho, un grupo de investigadores del centro médico de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte, afirma que 3 tazas de café de 239 ml al día pueden elevar la presión arterial de un individuo en 4 mmhg (o milímetros de mercurio) incluso ya pasada la hora de dormir.
Los investigadores de la Duke aseguran que determinadas bebidas —como las sodas, el café y los tés con cafeína — intensifican la respuesta al estrés al hacer que los vasos sanguíneos se estrechen y bombeen más sangre, lo que hace que el ritmo cardiaco se incremente. Así que tenga cuidado; si ya ha sido diagnosticado con hipertensión, la cafeína puede tener un impacto negativo en su salud.
3. Relájese con un poco de música
Los resultados de una investigación realizada por la Universidad de Florencia, en Italia, ¡serán música para sus oídos si sufre de hipertensión! Un grupo de científicos monitoreó los efectos de la música clásica, india o celta en 28 pacientes con presión alta que se encuentran bajo tratamiento.
Los participantes del estudio pasaron de una semana a un mes escuchando música durante 30 minutos al día mientras se relajaban y trabajaban su respiración. Cuando los expertos a cargo midieron la presión sistólica de los pacientes al cabo de una semana descubrieron que ésta había disminuido 3,2 puntos en promedio. Después de un mes de tratamiento musical, la presión sistólica de los mismos individuos era 4,4 puntos más baja en promedio.
4. Dígales adiós a los odiosos ronquidos
Si es un roncador crónico (pregúntele a su pareja o compañero de cuarto), es probable que padezca del síndrome de apnea obstructiva de sueño (SAOS), una enfermedad vinculada con niveles elevados de la hormona aldosterona y con la hipertensión.
Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Alabama especula con que al menos la mitad de los pacientes con apnea suele tener niveles de presión sanguínea elevados. Esto es causado por las interrupciones en la respiración al dormir y, a su vez, resulta en problemas para conciliar el sueño, en fatiga y en desequilibrios en el peso y de tipo hormonales.
5. Ingiera más papas
En primer lugar, permítame aclarar que no todas las papas (o, mejor dicho, todas las presentaciones del vegetal) se someten al mismo proceso de preparación. Esta no es excusa para comerse todas las papas fritas que pueda en una sola sentada. No obstante, si incorpora versiones saludables (horneadas, cocidas o asadas) a su plan alimenticio, puede reducir sus niveles de presión arterial.
De hecho, un grupo de expertos del sector de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern asegura que mientras mayor sea la ingesta de potasio, más estabilizada estará su presión sanguínea. Dentro de las fuentes adicionales de este mineral se incluyen las pasas de uva, las ciruelas deshidratadas, las batatas, las bananas y los tomates.
6. Ejercítese
La American Heart Association recomienda que las personas hipertensas se ejerciten diariamente. El tipo de ejercicio debe ser vigoroso pero no de alto impacto si no está acostumbrado a realizar actividad física. De hecho, las caminatas de 30 minutos de duración, el aquafitness, el yoga, el chi kung, el ciclismo o las clases aeróbicas (como Zumba, por ejemplo) son excelentes formas de perder peso mientras controla su presión arterial de manera saludable.
Si bien es importante ir a su propio ritmo, ejercitarse diariamente facilita el intercambio eficiente de oxígeno al corazón y reduce la presión ejercida sobre el mismo al bombear la sangre. Además, a medida que se acostumbre a llevar una vida activa, podrá incrementar la duración, la intensidad y la velocidad de su entrenamiento.
7. Beba moderadamente
¿Recuerda lo que dije acerca de las papas? Bien, sucede que beber alcohol (de forma moderada, claro) también puede impactar positivamente en su salud cardiovascular. Un estudio realizado por el Hospital Brigham y de Mujeres de Boston descubrió que las mujeres con hipertensión que ingerían cantidades moderadas de bebidas alcohólicas (alrededor de 147 ml de vino) experimentaban una reducción considerable en su presión arterial en comparación con quienes no bebían nunca.
Por supuesto que existe una línea muy delgada entre tomar una copa y absorber cual esponja más de 44 ml de bebidas espirituosas, 145 ml de vino y 350 ml de cerveza en una sola sentada, queridas damas. Los expertos aseguran que la ingesta apropiada no debe superar las dos copas en los hombres y la copa en las mujeres si desea obtener los beneficios mencionados anteriormente.
8. Evite trabajar horas extras
Todos sabemos qué impacto tienen las horas extras en nuestros organismos. De repente, nos vemos obligados a devorar nuestro almuerzo de camino a la oficina, a estar sentados todo el día en el mismo lugar y a realizar muy poco ejercicio…y, a veces, nada. Está de más decir que trabajar en exceso aumenta los niveles de estrés y fomenta la hipertensión, la obesidad, los infartos y los accidentes cerebrovasculares.
Cuando un grupo de investigadores de la Universidad de California, en Irvine, estudió los hábitos laborales de 24.205 californianos, se llegó a la conclusión de que aquellos que trabajaban más de 41 horas a la semana incrementaban un 15% sus posibilidades de desarrollar hipertensión. Así que recuerde, a pesar de que quiera pasar de largo, tómese un descanso a las 5 p.m. para poder comer comida casera y saludable y, de esa manera, cuidar su corazón y asegurarse más años de vida.