Hoy en día, la medicina complementaria y alternativa ha experimentado un “boom” de popularidad. Según la clínica Mayo, alrededor del 40% de los adultos recurre a este tipo de técnicas. Los expertos en salud suelen incorporar técnicas de medicina alternativa a sus tratamientos tradicionales, lo que se conoce como medicina integral. Los tratamientos complementarios y alternativos incluyen técnicas milenarias de sanación como el ayurveda (de origen chino e indio), la homeopatía y la naturopatía. Las hierbas y los suplementos dietarios no se regulan de forma tan estricta como los fármacos, por lo que, no requieren de la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos.
A continuación, le presentamos doce tratamientos naturales populares…
1. Equinácea
La equinácea es una hierba de origen norteamericano y es una de las más utilizadas en los Estados Unidos. Deriva de las hojas, las flores y las raíces de la equinácea púrpura. Los pueblos originarios de los Estados Unidos fueron los primeros en darle uso medicinal a este producto natural, a fines de curar desde problemas respiratorios hasta mordeduras de serpientes. En este último tiempo, ha comenzado a usarse cada vez más como tratamiento para resfríos comunes (al igual que infecciones de las vías respiratorias superiores).
Algunas investigaciones recientes han demostrado el nivel de efectividad de la equinácea al tratar dichas infecciones respiratorias. Si se consume cuando apenas han empezado los primeros síntomas del resfriado, puede reducir la duración de la enfermedad hasta en uno o dos días. La equinácea no sirve como método preventivo de las afecciones respiratorias. Las dosis recomendadas varían considerablemente y se conseguir en gotas, cápsulas, tabletas e infusiones. Los efectos adversos típicos del uso de equinácea son molestias estomacales, náuseas y mareos. Hasta el momento no se ha reportado ningún inconveniente al usarla en conjunto con otros medicamentos.
2. Coenzima Q10
La coenzima Q10 (CoQ10) es una sustancia similar a una vitamina que está presente dentro del organismo. Es clave para llevar a cabo numerosas funciones vinculadas con el metabolismo y se encarga de aportarles energía a las células. Se encuentra en grandes concentraciones en los tejidos del corazón, el hígado, el cerebro, el páncreas y los riñones. Ha sido utilizada para tratar diversos problemas de salud. Se consigue en suplementos dietarios de casi 100 formulaciones orales.
Los estudios han revelado que esta sustancia es muy efectiva a la hora de tratar enfermedades mitocondriales (que limitan la producción de energía en las células), la enfermedad de Parkinson y las migrañas. Además, ha demostrado ser una solución maravillosa para las insuficiencias cardiacas congestivas, la hipertensión y la diabetes. El efecto adverso más común de la coenzima Q10 son las molestias estomacales. Debido al riesgo de reducir la glucosa en sangre y la presión arterial, este compuesto natural debería usarse con precaución en aquellos pacientes que deban consumir medicamentos para la diabetes y la hipertensión.
3. Arándanos
Los arándanos son frutas típicas de Norteamérica. Por lo general, crecen en pantanos en la zona de Massachusetts y Wisconsin. En el siglo 17, los pueblos originarios de los Estados Unidos solían utilizar la fruta madura para curar heridas, problemas urinarios y hepáticos, vómitos y diarrea. En la actualidad, los suplementos de arándano han comenzado a utilizarse como tratamiento para las infecciones urinarias y otras provocadas por Helicobacter pylori (una bacteria que suele causar úlceras estomacales).
En un estudio de 12 meses de duración, se llegó a la conclusión de que los productos a base de arándanos son muy efectivos a la hora de prevenir infecciones urinarias. En investigaciones previas, se ha demostrado que disminuyen el efecto de la bacteria H. pylori durante la formación de úlceras estomacales. Los suplementos a base de arándano se consiguen en forma de gotas, cápsulas o tabletas. Algunos efectos adversos típicos incluyen molestias estomacales, mal sabor en la boca y diarrea. Estos medicamentos naturales no interfieren con el uso de otros fármacos.
4. Actaea racemosa
La actaea racemosa, de la misma familia que el ranúnculo, proviene de Norteamérica. En un principio era utilizada por los pueblos originarios de los Estados Unidos para tratar el reumatismo (la artritis y el dolor muscular), los síntomas de la menopausia, las irregularidades en la menstruación y el síndrome premenstrual y para inducir el parto. En la actualidad, sirve para aliviar los síntomas de la menopausia como los calores, la resequedad vaginal, los sudores nocturnos, la depresión, los cambios de humor, el insomnio y los problemas para dormir.
En los Estados Unidos, el producto más común derivado de la actaea racemosa es el Remifenin. La dosis recomendada es de una o dos tabletas de 20 mg dos veces al día (se necesitan entre 4 y 8 semanas para lograr la efectividad máxima). Los efectos adversos típicos de la hierba incluyen molestias estomacales, sarpullidos y dolores de cabeza. La hierba no interfiere con el uso de otros fármacos. En términos generales, es un producto natural inofensivo y muy efectivo para tratar los síntomas de la menopausia.
5. Ajo
El ajo es el bulbo comestible de una planta perteneciente a la familia de las liliáceas. Ha sido utilizado por cientos de años no sólo como condimento, sino también con fines medicinales. Tradicionalmente, el ajo solía usarse para tratar ciertas infecciones y mordeduras de serpientes. Además, se cree que contiene grandes propiedades anticancerígenas y antibacteriales. En la actualidad, el ajo se usa como suplemento dietario para tratar la hipertensión, el colesterol alto y las enfermedades cardiacas.
Ciertos estudios han demostrado que el ajo reduce los niveles de colesterol y la presión arterial (en especial, en pacientes con hipertensión). Los datos preliminares sugieren que el ajo bloquea el desarrollo de enfermedades cardiacas. Lo ideal es consumirlo crudo o cocinado, deshidratado o en polvo, tabletas o cápsulas, como aceite o en extractos. La dosis más efectiva aún no ha sido determinada. El efecto adverso más común del ajo es el aliento fuerte y el mal olor corporal. Este producto natural reduce la acción del saquinavir, un fármaco utilizado para tratar infecciones por VIH.
6. Ácidos grasos omega 3
Los ácidos grasos omega 3 constituyen un grupo de grasas poliinsaturadas esenciales para controlar funciones corporales tales como la actividad muscular, la fertilidad, la coagulación sanguínea, el desarrollo cerebral y la división y el crecimiento celular. Ciertos pescados (como el salmón y el atún) y los aceites de pescado son fuentes ricas de ácidos grasos omega 3. Entre los aceites que aportan ácidos grasos omega 3 se incluyen el de colza, de linaza y de nuez. Se cree que estos ácidos naturales combaten la inflamación, los coágulos sanguíneos y las arritmias cardiacas (alteración de los latidos cardiacos).
En ciertos estudios, los ácidos grasos omega 3 han demostrado ser muy efectivos a la hora de reducir las muertes repentinas causadas por arritmias y por cualquier otro trastorno cardiaco. Además, han sido utilizados para tratar a pacientes con colesterol alto, hipertensión y artritis reumatoidea. Dichas afecciones suelen tratarse con dosis altas, que suelen complementarse con suplementos de aceite de pescado. Entre los efectos adversos más comunes de este producto natural se incluyen el mal sabor en la boca, las náuseas, la hinchazón y los gases. Hasta el momento, no se han reportado inconvenientes por combinar los ácidos grasos omega 3 con fármacos.
7. Jengibre
El jengibre es una hierba que proviene de la misma familia de plantas que incluyen al cardamomo y la cúrcuma. La parte que los humanos consumen se denomina rizoma o tallo subterráneo. Este suele utilizarse para fines culinarios y medicinales. En la medicina tradicional china, ha sido usado para tratar resfriados, fiebre y problemas digestivos como molestias estomacales, náuseas y diarrea. Hoy en día, el jengibre es considerado un remedio muy efectivo para aliviar las náuseas y los vómitos vinculados con el embarazo, al igual que la enfermedad del movimiento y la artritis.
Ciertos estudios han demostrado que el jengibre alivia las molestias durante el embarazo y las náuseas y vómitos posoperatorios. En cuanto a la enfermedad del movimiento y a la artritis, no ha sido posible comprobar su efectividad. El jengibre puede consumirse fresco o desecado, aunque lo más común administración son las cápsulas o el polvo. Los efectos adversos más comunes del jengibre son acidez, diarrea, hinchazón e irritación bucal. El producto no interfiere significativamente con el uso de otros fármacos.
8. Gingko biloba
El gingko biloba es una hierba que se extrae de las hojas del árbol del mismo nombre, uno de los más antiguos sobre la faz de la Tierra. Ha sido utilizado en la medicina china tradicional por cientos de años para tratar todo tipo de problemas como asma, bronquitis, fatiga y tinnitus (o sonidos en los oídos). Hoy en día, se lo suele utilizar en el tratamiento de las primeras fases del Alzheimer y de la claudicación intermitente (dolor en las piernas causado por el estrechamiento de las arterias).
La mayoría de los estudios ha demostrado que el gingko biloba es muy efectivo a la hora de tratar la demencia causada por el Alzheimer, la claudicación intermitente y los tinnitus. No obstante, no ha mostrado ningún beneficio a la hora de mejorar el desempeño cognitivo de los pacientes con demencia. Los extractos de la hierba se comercializan en forma de tabletas, cápsulas e infusiones. Entre los efectos adversos de este producto natural se incluyen dolores de cabeza, náuseas, molestias estomacales, diarrea y mareos. El gingko biloba puede aumentar los riesgos de sufrir hemorragias si se lo combina con warfarin (un anticoagulante), aspirinas y otras hierbas.
9. Té verde
Se obtiene de las hojas frescas de una planta conocida como Camellia sinesis. La infusión ha sido consumida por siglos, gracias a que contiene polifenoles, que aportan grandes beneficios a la salud. Las catequinas y las epigalocatequinas (ECGC) son los tipos más comunes de polifenoles. El té verde y sus derivados contribuyen con la pérdida de peso, previenen el cáncer, ayudan a combatir las verrugas vaginales y mejoran la salud cardiovascular.
La Food and Drug Administration de los Estados Unidos ha aprobado la comercialización de un ungüento hecho a base de té verde, que es muy efectivo para eliminar las verrugas vaginales causadas por el virus papiloma humano (VPH). Las opiniones son muy variadas en cuanto al uso del té verde para bajar de peso, para prevenir el cáncer y para tratar enfermedades cardiovasculares. La infusión se vende en forma de bebidas o puede administrarse por vía oral, en cápsulas. Los efectos adversos típicos del té verde derivan de su contenido de cafeína e incluyen ansiedad, insomnio, molestias estomacales, náuseas y micción frecuente.
10. Probióticos
La palabra probiótico significa “para la vida” y se trata de microorganismos (bacterias y levaduras) que contribuyen con la salud humana, en especial en el funcionamiento del sistema digestivo. Las especies de probióticos más utilizadas son los lactobacilos y las bifidobacterias. Ciertas levaduras como los sacaromicetos suelen usarse como probióticos. Cada vez se los incorpora a más alimentos, aunque los yogures y los suplementos dietarios son los más comercializados.
Estos microorganismos han demostrado ser muy efectivos a la hora de prevenir los casos de diarrea vinculados con infecciones bacteriales. Los síntomas del síndrome del intestino irritable también pueden aliviarse por medio de probióticos, en especial el dolor abdominal y la hinchazón. Además, ciertos estudios han demostrado que los probióticos previenen la dermatitis atópica o eccema en niños. Los efectos secundarios más comunes son el exceso de gases y las molestias abdominales. Los probióticos pueden consumirse sin problemas junto con otros fármacos.
11. Hierba de San Juan
El uso medicinal de la hierba de San Juan data de la época de la antigua civilización griega. Fue nombrada así en honor a Juan el bautista, ya que la planta florece cerca del día de su santo, el 24 de junio. En el pasado, solía utilizarse para tratar problemas mentales, dolores en los nervios y malaria. Además, es un sedante natural y un bálsamo para cicatrizar heridas, picaduras de insectos y quemaduras. Aparentemente, los ingredientes activos en la hierba son la hipericina y la hiperforina.
Muchos estudios han revelado que la hierba de San Juan es un tratamiento natural muy efectivo para combatir los casos de depresión leves y moderados pero no severos. Se suele comercializar en forma de tabletas o cápsulas. Entre los efectos secundarios de la hierba se incluyen hipersensibilidad a la luz solar, molestias estomacales, resequedad bucal, ansiedad, mareos, dolor de cabeza y fatiga. La hierba puede interferir considerablemente en el metabolismo de varios medicamentos.
12. Soja
La soja pertenece a la familia de las leguminosas y ha sido cultivada durante cientos de años. Los granos de soja, la semilla de la planta, es el segundo cultivo más común en los Estados Unidos. La soja constituye una fuente completa de proteína, ya que aporta todos los aminoácidos necesarios para la nutrición humana. Además, contiene un compuesto químico llamado isoflavona, que se parece al estrógeno de los seres humanos.
En pruebas médicas, la soja ha demostrado disminuir los niveles de colesterol, reducir los calores vinculados con la menopausia y prevenir el deterioro óseo en mujeres posmenopáusicas. La soja se comercializa en forma de tabletas y cápsulas. Por otro lado, los granos pueden cocinarse o usarse para preparar tofu, leche de soja u otros productos comestibles. La ingesta recomendada de soja es de 25 gramos y la de las isoflavonas es de 40 a 80 mg por día. El efecto adverso más común de esta leguminosa es la diarrea. Hasta el momento no se han reportado interferencias significativas de la soja con otros medicamentos.