No hace falta ser Andre Agassi o Maria Sharapova para acabar teniendo codo de tenista. De hecho, es posible que acabe padeciendo esta dolorosa afección (causada por la tensión repetitiva de los músculos del antebrazo, el brazo y la mano, los cuales penetran en el codo) incluso aunque nunca haya movido una raqueta de tenis.
Así que, antes de encogerse de hombros ante ese dolor sordo y crónico en la parte posterior del antebrazo, tenga en cuenta estas causas, síntomas y opciones de tratamiento del codo de tenista. A continuación le presentamos seis datos que ayudan a identificar el dolor del codo de tenista…
1. ¿Qué es el codo de tenista?
El codo de tenista es una condición médica que se conoce clínicamente como “epicondilitis lateral”. Sin embargo, no hay que confundirse y pensar que esta condición sólo afecta a los tenistas. El codo de tenista puede afectar a cualquier persona que haga un uso excesivo de los tendones del antebrazo, cerca del codo (lo que explica la localización del dolor).
La tensión repetitiva de los tendones del antebrazo suele causar daños (o pequeños desgarros) en los tendones del antebrazo, así como una inflamación crónica. El dolor puede llegar a ser tan intenso que torne doloroso doblar la muñeca o agarrar objetos con la mano.
2. ¿Por qué se llama “codo de tenista” a la epicondilitis lateral?
Como ya se ha dicho, no es necesario practicar el deporte del tenis (ni siquiera haber movido nunca una raqueta de tenis) para desarrollar el codo de tenista. Los médicos de WebMD especifican que la epicondilitis lateral puede ser el resultado de cualquier tipo de esfuerzo repetitivo de los extensores de la muñeca.
Por ejemplo, los jugadores de tenis suelen sobrecargar los tendones de la muñeca y el antebrazo cuando golpean la raqueta. Sin embargo, las tareas laborales (por ejemplo, pintar, cocinar o teclear en el ordenador) o las actividades recreativas (por ejemplo, enviar mensajes de texto) también pueden provocar un caso doloroso de codo de tenista.
3. Síntomas primarios del codo de tenista
Según la fisioterapeuta neoyorquina Bridget Dungan, la mayoría de los pacientes con codo de tenista buscan un diagnóstico una vez que el dolor, en la prominencia ósea (conocida como “epicóndilo lateral”) del borde exterior del codo, se ha vuelto insoportable.
Este dolor afecta, en realidad, a los tendones anexados al epicóndilo lateral, pero los pacientes se quejan de un dolor sordo o de una sensación crónica de ardor en el codo. Evidentemente, los movimientos con peso suelen exacerbar el dolor y disminuir la fuerza de agarre (por ejemplo, al abrir tarros o manijas de puertas).
4. Aliviar el dolor del codo de tenista
Estirar las zonas inflamadas y doloridas suele ayudar a reducir la sensación de dolor y ardor asociada al codo de tenista. Los fisioterapeutas suelen recomendar ejercicios de estiramiento dirigidos a los flexores y extensores de la muñeca.
Puede estirar -sin riesgo- los extensores de la muñeca (y aliviar un poco el dolor), enderezando el brazo completamente frente a usted con la palma de la mano hacia abajo. Doble la mano por la muñeca y utilice el brazo contrario para empujar el dorso de la mano hacia abajo (hasta que sienta un buen estiramiento en la parte superior del antebrazo). Para estirar los flexores de la muñeca, voltee el brazo estirado con la palma hacia arriba y empuje la mano hacia atrás, doblando la muñeca y estirando la parte inferior del antebrazo. Mantenga ambos estiramientos durante 10 segundos y repita con el brazo contrario.
5. Favorecer la curación del tendón
Muchos médicos y fisioterapeutas también recomiendan darse un masaje con hielo para tratar el dolor y reducir la inflamación asociada al codo de tenista. La sensación de enfriamiento que produce la aplicación de una bolsa de hielo en la zona contrae el flujo sanguíneo.
Un masaje con hielo (aplicado con movimientos circulares, utilizando hielo envuelto en una toalla suave o congelado en un vaso de papel) disminuirá la inflamación, atenuará el dolor y fomentará la circulación de la sangre, al tiempo que contraerá y dilatará alternativamente los vasos sanguíneos, lo que provocará una afluencia de sangre fresca a la zona y favorecerá la curación del tendón.
6. Disminuir la tensión repetitiva
Para fomentar la curación, es importante una rutina de estiramientos y masajes para aumentar el flujo sanguíneo y limitar la tensión repetitiva en la zona inflamada y dañada. Para disminuir, en gran medida, la tensión repetitiva y prevenir un mayor daño a los tendones, se puede emplear asistentes terapéuticos y dispositivos de atletismo.
Por ejemplo, llevar una banda de contrafuerza prescrita por el médico (la cual es una banda elástica que rodea el antebrazo con fuerza por debajo del tendón lesionado) puede reducir el dolor y las lesiones posteriores. El fisioterapeuta también puede pedirle que evite los movimientos que le causan dolor (como agarrar objetos o balancear el brazo).