Se estima que el síndrome del intestino irritable (o SII) afecta a uno de cada cinco estadounidenses— lo que representa a alrededor de 64 millones de personas. El síndrome se asocia con molestias abdominales, con síntomas que van desde cólicos e inflamación hasta diarrea y constipación.
En la mayoría de los casos suele ser resultado del exceso de estrés. Por lo general, comienza durante la adolescencia y, en muy pocos casos, después de los 50 años. La buena noticia es que es controlable. La clave, por supuesto, es elegir bien lo que come y bebe…
1. Evite los atracones de comida
Mientras más abundante sea el menú, más le costará a su organismo digerirlo. Para una persona normal, consumir demasiada comida de una sola vez implica todo un desafío para su sistema digestivo—es como pedirle a un fisicoculturista que levante una pesa de 50 kg. Lo logrará, pero no será nada fácil.
Las personas con SII tienen mayores dificultades a la hora de digerir mucha comida de golpe. Es por eso que deberían tratar de comer varias comidas livianas a lo largo del día. En lugar de hacer las tres comidas típicas, deberían tener entre cinco y seis.
2. Tómese su tiempo para comer
Es probable que cuando era pequeño, mamá y papá le decían que comiera despacio y masticara bien la comida antes de tragarla. Esto es clave para evitar ahogarse y resulta muy útil para las personas con síndrome del intestino irritable.
Verá, tomarse el tiempo de comer le facilita a su organismo el proceso de digestión. Llenarse la boca de comida no es sano y lo hará sentirse pesado. Su cuerpo, y las maestras, manejarían mejor la situación si todos se movieran despacio y de forma metódica.
3. Coma desayunos completos
Es probable que le hayan dicho varias veces que el desayuno es la comida más importante del día. Existen muchas razones para afirmarlo. Una de ellas es que las personas que desayunan tiene menos probabilidades de comer de más durante el día, lo que reduce la ingesta total de calorías y permite mantener un peso saludable.
Además, un desayuno rico en fibras es muy beneficioso para las personas con síndrome del intestino irritable. Este componente estimula el colon y hace que los alimentos se trasladen con mayor eficacia por el sistema digestivo.
4. Evite las comidas repletas de grasas
Existen muchas razones para evitar los productos grasosos, como las hamburguesas de los restaurantes de comida rápida, los productos horneados, las papas fritas y el chocolate. En primer lugar, nos hacen subir de peso (aunque no todos los expertos están de acuerdo con esta afirmación).
Para las personas con síndrome del intestino irritable, evitar el exceso de grasas es importante para promover la salud del estómago y de los intestinos y así evitar los cólicos, la diarrea, la constipación y demás molestias.
5. Cuidado con el exceso de fibra
Todos los productos ricos en fibra se jactan de ser extremadamente saludables. En parte es cierto, ya que este componente ayuda a expulsar los alimentos del organismo con mayor facilidad.
Sin embargo, el exceso de fibra puede representar un problema para las personas con síndrome del intestino irritable. Esto se debe a que sus organismos tienen dificultades a la hora de digerir la comida, en particular si se trata de fibras insolubles. El truco no es evitar la fibra, sino consumirla con moderación. No pretenda sentirse súper bien al día siguiente si se le fue la mano con el cereal con fibras…
6. Lleve un registro de su alimentación
Cada persona es distinta—a algunas ciertos alimentos les causarán problemas digestivos, mientras que otras los digerirán sin mayores inconvenientes. Es por eso que resulta importante que los individuos con síndrome del intestino irritable lleven un registro detallado de su alimentación para saber qué alimentos son problemáticos y cuáles no.
¿Acaso esas alas de pollo le dieron náuseas? ¿Le sorprendió saber que el nuevo cereal que probó no le generó malestar? Tome nota de estas cosas y evalúe su registro de forma regular.
7. Visite a su doctor con frecuencia
No sufra en silencio. Si piensa que puede llegar a tener síndrome del intestino irritable, consulte a un profesional. Realícese un control físico completo y descríbale a su médico detalladamente los síntomas que experimenta. No se avergüence— recuerde que es el único que puede ayudarlo a sentirse mejor y aliviar las molestias.
Tenga en mente que el especialista puede solicitarle análisis complementarios para descartar que los síntomas sean consecuencia de un tumor, una infección o inflamación. Entre estos se incluyen pruebas de heces y rayos x.
8. Consuma productos lácteos libres de lactosa
Muchas personas que deben lidiar con el SII aseguran que experimentan molestias después de consumir lactosa, que se encuentra presente en la mayoría de los productos lácteos, como leches, quesos y yogures.
Es por eso que resulta muy útil recurrir a productos libres de lactosa. Muchas tiendas venden leches, quesos y yogures sin lactosa. Quizás sean más costosos que los tradicionales y su sabor no sea el mismo, pero es una forma fácil y simple de evitar las molestias estomacales.
9. Reduzca su consumo de sodas o bebidas con gas y cerveza
Las bebidas carbonatadas (como las sodas) y la cerveza son una amenaza para las personas con síndrome del intestino irritable. Esto se debe a que llenan de gas los intestinos, lo que aumenta la inflamación y las molestias abdominales.
No tiene que eliminar por completo estas bebidas de su dieta, pero vale la pena limitar su consumo para comprobar si se reducen los síntomas asociados con el SII. Además, cabe aclarar que las sodas o bebidas con gas y la cerveza suelen contener grandes cantidades de azúcares y carbohidratos.
10. No se aguante las ganas
Las personas con síndrome del intestino irritable tienen sistemas digestivos muy sensibles. Es por eso que lo mejor que pueden hacer es obedecer a sus organismos cuando estos necesiten expulsar desechos. ¡No se aguante las ganas de ir al baño!
Si no lo hace, corre riesgos de generar constipación. Esto, en sí, es todo un problema porque las personas con SII tienen dificultades para procesar laxantes correctamente, en especial los más potentes (y hasta se pueden volver dependientes a ellos). Así que ya sabe qué hacer. Si tiene que ir…vaya.