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Diez causas de ictericia en adultos

8 min read

By ActiveBeat Español

La ictericia se refiere a la decoloración de la piel, la esclerótica del ojo y las membranas mucosas provocada por la bilirrubina. El nombre de la enfermedad proviene de la palabra francesa “jaune”, que significa amarillo. La bilirrubina es un pigmento amarillento que se encuentra en la bilis, un fluido segregado por el hígado durante la degradación de la hemoglobina de los glóbulos rojos reciclados. Dicho fluido circula por la sangre de dos maneras — indirecta (no conjugada) o directa (conjugada). La ictericia ocurre cuando los niveles de bilirrubina en sangre superan los 2,5 y 3 mg/dL y, en adultos, se desarrolla por una gran variedad de complicaciones tanto leves como severas.

A continuación, las diez causas de ictericia más comunes…

1. Anemia hemolítica

La anemia hemolítica destruye y remueve los glóbulos rojos del torrente sanguíneo antes de que su ciclo de vida normal concluya. Dicho ciclo dura alrededor de 120 días. Por lo general, el término anemia hace referencia a la disminución de glóbulos rojos aunque también puede tratarse de la hemoglobina, una proteína que permite que los glóbulos rojos transporten oxígeno. La anemia hemolítica se caracteriza por elevar los niveles de bilirrubina indirecta en el torrente sanguíneo.

Las causas son muy diversas pudiendo ser hereditarias o adquiridas. En cuanto a las hereditarias se incluyen enfermedades como deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD), una de las deficiencias enzimáticas más comunes en los seres humanos; la esferocitosis hereditaria (un defecto en las proteínas de la membrana de los glóbulos rojos) y la anemia de células falciformes (niveles anormales de hemoglobina en los glóbulos rojos). Entre las adquiridas se encuentran el uso de fármacos tales como paracetamol, penicilina y anticonceptivos orales; infecciones como malaria y enfermedades autoinmunes como el lupus.

Red Blood Cells

2. Hepatitis

La hepatitis es la inflamación del hígado. Las causas más comunes incluyen infecciones virales (hepatitis A, B, C, D y E), consumo excesivo de alcohol y enfermedades autoinmunes. La afección puede resultar en la elevación de una o ambas formas de bilirrubina. Las hepatitis A y E, por lo general, son producidas por la ingestión de alimentos o agua contaminados. Las B, C y D se desarrollan por medio del contacto con fluidos corporales infectados.

El exceso de alcohol da lugar a la hepatitis alcohólica. La relación entre el alcohol y la hepatitis es compleja. No todos los bebedores empedernidos sufren hepatitis alcohólica; esta también puede darse en individuos que beben de forma moderada. La hepatitis autoinmune (HAI) ocurre cuando el sistema inmunológico produce anticuerpos que atacan al hígado. Existen dos tipos de HAI, el 1 y el 2, y suelen estar vinculados con otras enfermedades autoinmunes como la tiroiditis, el lupus, la esclerodermia, la artritis reumatoidea y la diabetes de tipo 1.

Hepatitis C

3. Síndrome de Gilbert

El síndrome de Gilbert es una afección muy común e inofensiva que afecta al hígado. Es hereditaria y se desarrolla en alrededor del 5% de la población estadounidense. Los individuos que la padecen sufren una deficiencia parcial de la enzima glucuroniltransferasa, que permite catalizar la transformación de bilirrubina en el hígado. Este síndrome se caracteriza por generar episodios intermitentes de elevación de bilirrubina indirecta en el torrente sanguíneo, lo que se conoce como hiperbilirrubinemia no conjugada. Los episodios suelen ser leves y se intensifican con factores como deshidratación, periodos prolongados de ayuno, enfermedades, sometimiento a entrenamientos intensos, falta de sueño y menstruación.

La ictericia puede ocurrir por la elevación de bilirrubina no conjugada en la sangre. Alrededor del 30% de los pacientes con síndrome de Gilbert no experimenta ningún tipo de síntoma y se lo detecta de forma casual cuando en controles de rutina del hígado se observan niveles elevados de bilirrubina indirecta en sangre. No requiere ningún tipo de tratamiento y también se lo conoce como disfunción hepática constitucional o ictericia familiar no hemolítica.

liver

4. Cálculos biliares

Los cálculos biliares son formaciones sólidas en la vesícula, un órgano pequeño con forma de pera que se localiza en el lado derecho del abdomen, justo debajo del hígado. Sirve como depósito de bilis (que facilita el proceso de digestión) producida por el hígado. Los cálculos pueden ser pequeños como un grano de arena o grandes como una pelota de golf y se forman por el vaciamiento incorrecto de la vesícula o por la presencia excesiva de colesterol o bilirrubina en la bilis.

Los tipos de cálculos más comunes son los de colesterol. Por otro lado, los pigmentos pueden adquirir tonalidades marrones o negras. Los factores de riesgo incluyen género femenino, obesidad, embarazo y pérdida de peso abrupta. Los individuos que padecen este tipo de complicaciones experimentan dolor intermitente en la región superior derecha del abdomen. Además, la ictericia puede desarrollarse cuando los cálculos bloquean el conducto biliar (un conducto que se inicia en la vesícula o hígado y termina en el intestino delgado).

gallstones

5. Síndrome de Dubin-Johnson

El síndrome de Dubin-Johnson es una enfermedad hereditaria que afecta el metabolismo de la bilirrubina. No es muy peligroso, pero se caracteriza por provocar niveles elevados de bilirrubina directa en el torrente sanguíneo, lo que se conoce como hiperbilirrubinemia conjugada. Además, hace que el hígado adquiera una tonalidad negra. En términos generales, es una afección genética muy poco común que ocurre cuando se hereda de ambos padres una copia del gen defectuoso (herencia autosomal recesiva).

Los pacientes con el síndrome de Dubin-Johnson experimentan ictericia leve a lo largo de sus vidas, que empeora durante el embarazo, al consumir píldoras anticonceptivas o alcohol y al desarrollar infecciones. El problema no se manifiesta hasta la adolescencia o en la adultez y suele ser el principal síntoma de la afección. Otro indicador es la hepatomegalia, el aumento patológico del tamaño del hígado. El síndrome no requiere ningún tratamiento específico y los individuos que lo padecen tienen una expectativa de vida normal.

Black Liver

6. Pancreatitis

La pancreatitis es la inflamación del páncreas, una glándula de gran tamaño que se ubica detrás del estómago, que segrega enzimas digestivas en el intestino delgado. Además, libera hormonas de insulina, que reducen los niveles de azúcar en sangre, y glucagón, que eleva la glucosa. La pancreatitis puede clasificarse como leve o crónica y hacen que las enzimas digestivas, que normalmente está inactivas, se activen mientras estén en el páncreas y causen la irritación o inflamación de la glándula.

Las causas más comunes de la afección son la ingesta excesiva de alcohol y los cálculos biliares. Entre los síntomas se incluyen dolor abdominal superior, fiebre, ictericia, taquicardia (aumento del ritmo cardiaco), náuseas y vómitos. Las molestias abdominales suelen empeorar después de comer. La ictericia vinculada con la pancreatitis, por lo general, resulta del bloqueo del conducto biliar común (que conecta la vesícula o el hígado con el intestino delgado). La tasa de mortalidad de la pancreatitis ronda el 5 y 10%.

Pancreatitis

7. Síndrome de Cringler-Najjar

El síndrome de Cringler-Najjar es una afección hereditaria muy poco común que afecta el metabolismo de la bilirrubina. Quienes la padecen heredan dos copias del gen defectuoso, lo que eleva considerablemente los niveles de bilirrubina indirecta (hiperbilirrubinemia conjugada). Los genes normales controlan una enzima que convierte la bilirrubina en una forma que puede removerse con facilidad del organismo. El individuo afectado hereda una copia defectuosa del gen de cada padre, lo que se define como herencia autosómica recesiva.

La ictericia vinculada con el síndrome de Cringler-Najjar se hace evidente durante el nacimiento o en la infancia. El síndrome se manifiesta de dos formas: el tipo 1 (CN1) es muy severo y puede provocar daños cerebrales y la muerte debido a la acumulación de bilirrubina en el cerebro y en el tejido nervioso. El tipo 2 (CN2) menos severo y muchos individuos sobreviven hasta la adultez. Los pacientes con CN1 carecen de actividad enzimática, mientras que los de CN2 tienen menos del 20% de función enzimática normal.

C-section births

8. Cáncer de páncreas

Este tipo de cáncer se desarrolla en los tejidos del páncreas, una glándula que se localiza detrás del estómago en el abdomen. Este órgano segrega enzimas que facilitan la digestión y hormonas que regulan el metabolismo de glucosa, un monosacárido que aporta la mayor cantidad de energía que el organismo necesita. Según el National Cancer Institute, el cáncer de páncreas ocupa el puesto número cuatro entre los más letales. Los factores de riesgo incluyen tabaquismo, obesidad, diabetes, pancreatitis crónica y factores hereditarios.

Los síntomas de la afección no se hacen evidentes hasta que la enfermedad alcanza un estado avanzado y entre ellos se encuentran el dolor abdominal superior, la ictericia, la falta de apetito (anorexia), la pérdida de peso y el desarrollo de coágulos de sangre. La ictericia vinculada con el cáncer de páncreas no suele provocar dolor. Este tipo de cáncer suele presentar muy pocas posibilidades de recuperación, por más que su diagnóstico sea temprano. Según la American Cancer Society, el 52% de los pacientes sufre metástasis.

liver pain

9. Cáncer de vesícula

Esta enfermedad se desarrolla en los tejidos de la vesícula, un órgano pequeño con forma de pera que se localiza en la región superior derecha del abdomen, justo por debajo del hígado. Se encarga de almacenar bilis, un fluido digestivo segregado por el hígado. Este tipo de cáncer es muy poco común y no se detecta hasta que se encuentra en una etapa avanzada y los síntomas son evidentes. La American Cancer Society estima que, al momento del diagnóstico, el 80% de los casos de cáncer de vesícula ya se ha extendido a otros órganos. La tasa de supervivencia de 5 años es del 7 u 8%.

El cáncer de vesícula suele ser producto de la inflamación crónica. En la mayoría de los pacientes, la etiología de la inflamación crónica son los cálculos biliares de colesterol. Los síntomas del cáncer de vesícula incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, ictericia, falta de apetito (anorexia), fiebre y pérdida de peso. Los porcentajes más altos de este cáncer en los Estados Unidos se da en los nativos americanos y en las poblaciones mexicanas.

Gallbladder

10. Síndrome de Rotor

El síndrome de Rotor es una enfermedad hereditaria caracterizada por la presencia de niveles elevados de bilirrubina directa en la sangre, lo que se conoce como hiperbilirrubinemia conjugada. El síndrome es inofensivo y se hereda como un rasgo recesivo autosomal, lo que significa que los individuos cuentan con dos copias del gen defectuoso (una obtenida de cada progenitor). Se lo suele confundir con el síndrome de Dubin-Johnson, aunque la pigmentación del hígado de un paciente con el síndrome de Rotor es normal en lugar de negro.

Esta afección es muy poco común y sólo 50 casos han sido registrados en la literatura hasta el momento. El principal síntoma es la ictericia recurrente leve o moderada sin comezón. El diagnóstico es por exclusión o por medio de una biopsia del hígado. Como esta enfermedad no pone en riesgo la vida del paciente, no requiere ningún tratamiento específico.

Liver

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