Se despierta en mitad de la noche con fiebre, le duele la zona lumbar y tiene el abdomen dolorosamente hinchado y sensible. Y lo que es peor, cuando se levanta para ir al baño, siente tanto dolor al orinar que cree que va a morir.
Usted, lector, es probablemente uno de entre diez norteamericanos que padecen cálculos renales.
Esta insoportable afección se produce cuando una pequeña mota de calcio (procedente de la orina) se forma en el riñón o en el uréter (el conducto que va del riñón a la vejiga) y cuando a dicha formación se le adhieren más minerales, para formar un diminuto cálculo que muchos pacientes describen como algo tan terrible que es “más agonizante que dar a luz”.
Si tiene un cálculo renal, es probable que lo descubra pronto. Sin embargo, hay varias señales de advertencia temprana que pueden alertarlo/a de la formación de un cálculo desde el principio…
1. Micción frecuente
Una de las primeras y más comunes señales de advertencia de que puede tener cálculos renales es un aumento repentino e inexplicable de la frecuencia y la urgencia de la micción. Notará una intensa necesidad de orinar, incluso cuando no haya estado bebiendo cantidades inusualmente grandes de líquido.
2. Dolor de espalda extendido
Un dolor localizado y sordo suele acompañar a los cálculos renales desde sus primeras etapas. Los pacientes suelen decir que este dolor comienza en los costados y la espalda, justo debajo de la caja torácica, donde se encuentran los riñones. A medida que la afección se desarrolla, el dolor puede desplazarse desde la parte baja del abdomen hasta la zona de la ingle y la parte baja de la espalda, presentándose en oleadas fluctuantes de dolor punzante y sensibilidad general. Estas oleadas de dolor pueden durar desde unos minutos hasta unas horas, dependiendo del tamaño y la ubicación de los cálculos renales.
Los hombres con cálculos renales también pueden encontrar que el dolor puede migrar a su escroto y testículos. Algunos de los síntomas de los cálculos renales pueden parecerse a los de ciertas infecciones de transmisión sexual (especialmente el dolor en la región genital y el dolor al orinar). Si tiene estos síntomas, es importante que reciba un diagnóstico rápido y adecuado lo antes posible.
3. Sangre en la orina
Si tiene cálculos renales, además de orinar con más frecuencia y de sentir dolor al orinar, es probable que note cambios en el color y la consistencia de su orina. La coloración es uno de los cambios más notables; en lugar de ser clara o amarilla, la orina puede variar desde el rosa o el rojo hasta el marrón claro u oscuro. A medida que los cálculos renales crecen y obstruyen la uretra, también puede empezar a notar que su orina está teñida de pequeñas cantidades de sangre (una condición conocida como “hematuria”).
La sangre llega a la orina cuando el cálculo renal se aloja en la uretra, raspando el uréter o los riñones. Si esto suena doloroso, es porque esta afección realmente provoca intensas molestias. El grado de dolor que sienta es un buen indicador del tamaño del cálculo renal; los cálculos más grandes causan un dolor más intenso, mientras que los más pequeños producen molestias más leves.
4. Náuseas y vómitos
Algunas personas que padecen cálculos renales reportan sentir náuseas. En algunos casos, estas náuseas pueden llegar a ser tan intensas que provocan vómitos, lo que a su vez puede causar una serie de otras complicaciones que van desde déficits nutricionales hasta deshidratación. Una de las causas de los vómitos es el intenso dolor que la persona experimenta al expulsar un cálculo renal. Algunas personas sienten un dolor tan intenso que vomitan.
Otra razón por la que se producen los vómitos es que los riñones desempeñan un papel muy importante en la eliminación de toxinas y desechos del cuerpo. Los cálculos renales afectan al buen funcionamiento del órgano, lo que significa que es probable que haya niveles elevados de toxinas e impurezas en el contenido del estómago y en el torrente sanguíneo. El cuerpo quiere deshacerse de estas toxinas, pero si la función renal está deteriorada, el vómito puede ser la única forma de expulsarlas.
5. Olor acre de la orina
Los pacientes que padecen cálculos renales también notarán que, junto con la coloración, la orina también aparece turbia y puede desprender un olor acre y desagradable. Aunque es normal que la orina desprenda un olor ligeramente amargo de vez en cuando, no hay que confundir ni pasar por alto el tipo de hedor penetrante que puede producirse si se tienen cálculos renales. Este olor se produce debido a la presencia de una fuerte concentración de sustancias químicas duras y toxinas en la orina.
Como se ha mencionado anteriormente, los riñones desempeñan un papel importante en la eliminación de toxinas e impurezas químicas de su cuerpo. Muchas de estas sustancias se eliminan a través de la orina, pero si el funcionamiento normal de sus riñones se ve afectado, estas toxinas pueden permanecer y cristalizarse en el cuerpo. Esas toxinas cristalizadas son las que componen el cálculo renal, y cuando se liberan en su orina, olerá la diferencia.
6. Fiebre y escalofríos
No es habitual que los cálculos renales no sean tratados, ya que los síntomas que provocan producen niveles muy altos de dolor y malestar. Sin embargo, en una pequeña minoría de casos, los cálculos renales siguen siendo relativamente pequeños y no provocan síntomas intensos. En estos casos, el cálculo renal sigue causando problemas en el tracto urinario, raspando las superficies y creando pequeñas heridas internas que podrían infectarse.
Los cálculos renales conllevan un mayor riesgo de infección del tracto urinario (ITU, por su abreviación), lo que a su vez puede causar fiebre y escalofríos. Otros síntomas del ITU son el dolor abdominal o pélvico y las anomalías en el color, la frecuencia y la consistencia de la orina. La fiebre puede alcanzar niveles elevados, lo que puede poner al paciente en peligro. Siempre hay que consultar al médico si se tiene fiebre alta, especialmente si va acompañada de escalofríos y no está causada por un factor conocido, como un resfriado o una gripe.
7. Hinchazón renal y abdominal
Si los cálculos renales alcanzan un gran tamaño, pueden llegar a bloquear el flujo normal de orina, impidiendo que la orina se desplace a través de la uretra en su camino hacia el exterior del cuerpo. Esto crea una acumulación de orina que da lugar a toda una serie de síntomas potencialmente graves. Una de las primeras señales de que las cosas están llegando a esta fase crítica es la hinchazón intensamente dolorosa de los riñones.
Usted tiene dos riñones, uno a cada lado del cuerpo. Están situados debajo del diafragma, cerca de la parte baja de la espalda. Si se hinchan dolorosamente, notará hinchazón e inflamación en esta zona y en las regiones circundantes del abdomen y la ingle (estas zonas se volverán muy dolorosas al tacto). Si desarrolla estos síntomas, debe buscar atención médica inmediata. Si este síntoma no es tratado, corre el riesgo de que su cuerpo entre en un shock séptico al verse abrumado por las toxinas de la orina que no puede eliminar.
8. Dolor repentino y severo
Reader’s Digest habló con el doctor Douglas Propp, MD, Director Médico y Presidente de Medicina de Urgencias del Advocate Lutheran General Hospital de Park Ridge (Illinois), sobre las señales de advertencia de los cálculos renales. Entre las principales señales de alarma, mencionó el dolor repentino e intenso. Este es el síntoma que lleva a las personas a la sala de emergencias en primer lugar (antes de que se den cuenta de lo que están sufriendo). “El dolor asociado a los cálculos renales suele aparecer de repente y a veces se describe como un dolor tan insoportable como lo son los dolores de parto”, dice el Dr. Propp.
El dolor es tan intenso que a menudo no se puede aliviar, independientemente de la posición en la que se ponga. Incluso puede despertar a alguien de su sueño. Puede ser similar a un dolor de estómago o a una tensión en la espalda que comienza en la parte superior de la misma. El dolor puede bajar a la parte baja de la espalda cuando el cálculo renal se acerca a la vejiga. Reader’s Digest también señala que el tamaño de un cálculo renal no influye mucho en la gravedad del dolor, pero lo más común es que tengan unos cinco milímetros de longitud. Incluso los cálculos más pequeños pueden causar un dolor enervante.
9. Orinar en pequeñas cantidades
Como hemos mencionado anteriormente, los cálculos renales tienen diferentes formas y tamaños. Si bien el cálculo renal medio es de cinco milímetros de longitud, los hay más grandes. Alguien que sufra un cálculo renal más grande podría encontrarlo atascado en su uréter. Healthline señala que esto podría causar aún más problemas, como ralentizar o detener el flujo de orina.
Si ve que no puede orinar o que sólo lo hace en pequeñas cantidades cada vez, acuda al médico inmediatamente.
10. Dolor al orinar
Cuando produzca un volumen normal de orina, es posible que el acto de orinar le provoque un dolor intenso. Esto ocurre si el cálculo renal se desplaza desde la vejiga hacia la uretra. Se producirá un dolor agudo y punzante. También puede desarrollar una ITU a medida que el cálculo renal siga avanzando. Cuando la situación llegue a este punto, lo más probable es que ya haya ido a ver a su médico; si no lo ha hecho, reserve una cita.
11. Inquietud
Esto no es tan sorprendente, especialmente teniendo en cuenta lo doloroso que puede ser un cálculo renal. A alguien que sufre un dolor insoportable le resultará difícil permanecer en un lugar, aunque probablemente no sirva de nada moverse para aliviar sus síntomas. La Biblioteca Nacional de Medicina (National Library of Medicine) afirma que un episodio de dolor por cálculos renales puede durar entre 20 y 60 minutos.
Health.com habló con la doctora Margaret Pearle, MD, PhD, Profesora y Vicepresidenta de Urología del Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas en Dallas, quien afirmó: “La gente no se queda quieta con los cálculos. Se mueven para intentar encontrar una posición más cómoda”.
12. Síntomas parecidos a los de la gripe
Ya hemos enumerado muchos de los síntomas relacionados con esto, pero en general, los cálculos renales pueden causar lo que se describe como “síntomas similares a los de la gripe”, especialmente si el paciente desarrolla una infección. Según LiveStrong, si un cálculo renal se atasca en el tracto urinario, es posible que se desarrolle una infección. Esta infección provocará “fiebre, escalofríos y fatiga. El dolor de espalda (o de abdomen) severo, causado por los cálculos renales, puede provocar malestar estomacal en los pacientes”. Por supuesto, el malestar estomacal también provoca náuseas o vómitos. No dé por sentado que tiene una piedra en el riñón cada vez que tenga una gripe. Compruebe si hay otros síntomas relacionados y (como siempre) asegúrese de consultar a un médico.
13. Factores de riesgo
Cualquiera puede desarrollar cálculos renales, pero su aparición es dos veces más frecuente en los hombres que en las mujeres. De hecho, más de uno de cada ocho hombres estadounidenses sufrirá cálculos renales en algún momento de su vida.
Además del sexo, existen otros factores de riesgo asociados a los cálculos renales. Algunos de ellos son:
- Historial familiar
- Raza caucásica
- Edad media
- Baja ingesta de líquidos
- Dietas con alto contenido en sodio, proteínas animales o alto consumo de azúcar
- Uso de suplementos de calcio
- Diabetes
- Enfermedad arterial coronaria
- Obesidad
- Ciertas infecciones del tracto urinario o anomalías
Hable con su médico sobre los distintos factores de riesgo de padecer cálculos renales y averigüe si tiene una mayor probabilidad de desarrollarlos.
14. Los niños pueden tener cálculos renales
Los adultos de entre 20 y 50 años son los que más riesgo tienen de desarrollar un cálculo renal. Pero ¿sabía que los niños también pueden desarrollarlos? Las causas y los síntomas son los mismos que los de los adultos. El dolor puede durar periodos cortos o largos, y puede aparecer y desaparecer en oleadas.
Las probabilidades de que un niño desarrolle cálculos renales son mayores cuando no puede moverse durante un largo periodo de tiempo, como después de una operación, por ejemplo. Puede evitar que su hijo/a tenga cálculos renales controlando su consumo de sodio, obteniendo la cantidad recomendada de calcio de los alimentos, limitando las proteínas animales y evitando ciertos alimentos a fin de reducir el oxalato en la orina.
15. Diagnóstico de los cálculos renales
Después de comunicar sus síntomas al médico, el siguiente paso es someterse a pruebas. Es posible que le hagan un análisis de sangre para comprobar si hay demasiado calcio o ácido úrico en la sangre (lo que es una causa conocida de los cálculos renales).
Un análisis de orina también puede mostrar si está excretando demasiados minerales formadores de cálculos, o muy pocas sustancias que los previenen. Este proceso puede realizarse durante un par de días. En algunos casos, los médicos pueden solicitar una imagen computarizada para obtener una visión de los cálculos en el tracto urinario.
16. Tratamiento de los cálculos pequeños
En el caso de los cálculos renales pequeños, los médicos intentarán que el cálculo sea eliminado por orina. Esto puede ser realmente incómodo para el paciente, pero es preferible, especialmente si se controla con medicamentos para aliviar el dolor y relajantes musculares. El control del dolor será la principal forma de tratamiento para que los pacientes estén más cómodos hasta que el cálculo pase por su sistema.
17. Tratamiento de los cálculos grandes
No todos los cálculos renales pueden pasar de forma natural por el tracto urinario. Algunos pueden ser demasiado grandes, lo que puede bloquear el flujo de orina. Los médicos pueden romper los cálculos utilizando ondas de sonido o introduciendo un tubo con una cámara a través de la uretra y utilizando herramientas. Esto permitirá al paciente expulsar posteriormente los trozos más pequeños a través de la orina. Por otra parte, otros pacientes pueden necesitar una intervención quirúrgica para eliminar directamente los cálculos del riñón.
18. Posibles complicaciones
Los cálculos renales más pequeños tienen menos probabilidades de causar complicaciones, pero los más grandes conllevan un mayor riesgo. Los cálculos renales grandes pueden provocar hemorragias o daños en los riñones. También pueden causar infecciones urinarias continuas que requerirán más tratamiento. Si un paciente necesita una intervención quirúrgica para tratar los cálculos, esto conlleva su propio conjunto de riesgos y posibles complicaciones que deben ser discutidas con su médico.
19. Prevención de los cálculos renales
Conocer los factores de riesgo puede ayudar a reducir las posibilidades de padecer cálculos renales. Algunas cosas que puede hacer son limitar el consumo de carne, mantenerse hidratado y conocer sus antecedentes familiares. También debe averiguar con su médico si una afección preexistente aumenta sus probabilidades de padecer cálculos renales.
Si tiene cálculos en el riñón, Mayo Clinic le explica cómo el médico puede analizar los cálculos que usted expulsa. Las pruebas de laboratorio pueden examinar los cálculos extraídos de su orina para determinar la composición de sus cálculos renales. Esta información puede ayudar a los médicos a entender la causa de sus cálculos renales y a crear un plan médico para evitar que se desarrollen más en el futuro.
20. Cuándo acudir al médico
Los cálculos renales son una condición dolorosa y común que los estadounidenses experimentan todos los días. Tan pronto como experimente los síntomas, debe acudir a un médico. Este podrá ayudarle a controlar el dolor hasta que los cálculos desaparezcan. Los médicos también determinarán si es necesario extirpar los cálculos mediante una intervención quirúrgica para evitar más complicaciones.