Quizás nunca haya vinculado el uso de tampones con algo tan aterrador como el síndrome de shock tóxico. Sin embargo, Rylie Whitten, una adolescente de 15 años de edad oriunda de Michigan, se vio afectada por una infección bacterial provocada por los extraños y a la vez peligrosos estafilococos (staphylococcus aureus) y estreptococos el pasado mes de enero después de utilizar un tampón, un producto de higiene personal que muchas mujeres no dudan en usar durante su periodo y que jamás se imaginan las consecuencias negativas que puede provocar en su salud.
1. Prevalencia del síndrome de shock tóxico
El síndrome de shock tóxico se ganó la atención de los medios a fines de la década de los 70 y a comienzos de los 80 después de que varias mujeres jóvenes perdieran la vida por usar tampones súper absorbentes.
Los datos obtenidos de WebMD revelan que un tercio de los casos se da en mujeres menores de 19 años. Además, las personas que han sufrido el síndrome de shock tóxico en el pasado presentan un 30% de probabilidades de volver a padecerlo en el futuro.
2. Factores de riesgo
Si bien el síndrome de shock tóxico está íntimamente asociado con mujeres en edad menstrual que utilizan tampones, los expertos en salud señalan que el uso de capuchones cervicales, diafragmas y esponjas menstruales elevan aún más el riesgo de padecer la enfermedad.
De la misma manera, cualquiera que esté expuesto a los estafilococos y haya sufrido una quemadura, tenga alguna herida abierta, haya sido sometido a una cirugía (cesárea, por ejemplo) o sea paciente en un hospital corre riesgos de padecer un shock tóxico.
3. Estafilococos y shock tóxico
Los estafilococos existen naturalmente y sin provocar riesgos en la vagina de cualquier mujer. Sin embargo, estos pueden causar el síndrome del shock tóxico cuando las bacterias se multiplican con rapidez y emiten toxinas en el torrente sanguíneo.
Las esponjas menstruales, los tampones, diafragmas y capuchones menstruales cargados de sangre o que hayan sido utilizados por periodos prolongados favorecen la proliferación de bacterias. Las piezas pequeñas que permanecen dentro de la vagina al igual que las lesiones microscópicas en las paredes vaginales son factores que favorecen la aparición de bacterias.
4. Síntomas
El síndrome de shock tóxico es muy poco común y se da en 1 de 100.000 personas. Sin embargo, los síntomas se parecen muchísimo a los de cualquier otra infección bacterial— como confusión, fiebre alta, sarpullidos (como si fuesen quemaduras de sol en las palmas de las manos y en las plantas de los pies), dolor muscular, disminución brusca de la presión arterial, convulsiones, enrojecimiento ocular y en la zona de la garganta, dolor de cabeza, vómitos y diarrea.
Si experimenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente y usa con frecuencia tampones, esponjas menstruales, capuchones cervicales o diafragmas, remueva el elemento de inmediato y solicite atención médica lo antes posible.
5. Reacción corporal al shock tóxico
Durante un shock tóxico, el organismo responde de manera brusca y severa a la presencia en el torrente sanguíneo de toxinas generadas por la proliferación de estafilococos. Con mayor frecuencia, la presión arterial disminuye de forma repentina y los órganos no reciben el oxígeno vital que necesitan para funcionar correctamente.
En muchos casos, al haber insuficiencias orgánicas, los pacientes sufren un shock hipotensivo—o un bloqueo completo de las funciones cardiaca y pulmonar—y, posteriormente, la muerte.
6. Tratamientos
Debido al síndrome de shock tóxico, Rylie Whitten debió recibir cuidados intensivos. La joven se encuentra en pleno proceso de recuperación y debe someterse a diálisis después de haber sufrido fallos cardiacos y pulmonares. Actualmente no utiliza respirador y puede valerse por sí misma.
Los expertos de la clínica Mayo aseguran que los pacientes con shock tóxico deben ser hospitalizados y ser tratados con antibióticos para acabar con la infección y estabilizar la hipotensión. Los pacientes también deben beber muchos fluidos para evitar la deshidratación junto con diálisis para tratar los fallos renales. En algunos casos suele ser necesario someter al individuo afectado a una cirugía para drenar la infección y remover los tejidos dañados.