El glaucoma es una enfermedad ocular degenerativa (de la cual hay varias formas diferentes) que puede privarle por completo de su visión. Afecta alrededor de 3 millones de estadounidenses y es una de las principales causas de ceguera. Sin embargo, la buena noticia es que se puede tratar.
Si bien afecta a muchas personas, aparentemente la mayoría de las personas que tienen glaucoma no lo saben, según la Fundación de Investigación sobre el Glaucoma (Glaucoma Research Foundation). ¿Cómo saber si lo padece? Echemos un vistazo a los 12 signos reveladores que deberían llevarlo a ver a un médico o un optometrista…
Factores de riesgo
Una de las principales formas de glaucoma se llama “de ángulo abierto” (que en realidad es el tipo más común) y generalmente no tiene señales de advertencia, explica la Fundación de Investigación sobre el Glaucoma. La pérdida inicial de la vista en esta forma de la enfermedad ocurre en la visión periférica, o en los “márgenes” de lo que se puede ver desde los lados, por lo que es posible que no lo note.
Sin embargo, debe asistir regularmente al oftalmólogo para hacerse chequeos, especialmente si se encuentra dentro de una categoría de mayor riesgo: si sus padres padecieron la enfermedad, si es afroamericano o latino, o si tiene diabetes o una enfermedad cardiovascular, agrega la fuente. Obtenga más información sobre los factores de riesgo en el siguiente artículo “Riesgo del glaucoma“.
Hipertensión ocular
El glaucoma, junto con la incapacidad del ojo para regular la presión interna, hace que aumente la presión ocular debido a la acumulación de líquido. Esto causa que partes del ojo se expandan, empujando contra el delicado nervio óptico y provocando problemas (o pérdida) en la visión.
Es posible no presentar signos evidentes de glaucoma y al mismo tiempo mostrar lecturas de presión altas, lo que lo convierte en un “sospechoso de glaucoma”, señala la Academia Estadounidense de Oftalmología. Su oftalmólogo podrá determinar la presión ocular rápidamente con una pequeña ráfaga de aire durante un examen de rutina.
Dolor en los ojos y dolor de cabeza
Si nota punzadas repentinas y agudas de dolor en los ojos, o tiene un fuerte dolor de cabeza que parece haber surgido de la nada, debe vigilarlo de cerca (por así decirlo). Estos pueden ser síntomas de glaucoma de ángulo cerrado agudo, otra forma común de la enfermedad.
AllAboutVision.com señala que estos síntomas repentinos (que también pueden incluir naúseas y vómitos) pueden justificar un viaje a la sala de emergencias y los “ataques” pueden durar unas pocas horas. Cada vez que tiene uno de estos episodios de dolor, su visión puede mermar aún más, agrega la fuente.
Halos alrededor de las luces
La misma fuente señala que el glaucoma de ángulo cerrado agudo puede producir signos más obvios, es decir, aquellos que afectan directamente la capacidad para ver con claridad. Es posible que comience a notar halos alrededor de las luces (o una neblina general), como puede ocurrir cuando sus anteojos están manchados.
También puede tener una pérdida notable de la visión; no ignore estos signos deseando que desaparezcan. Deben ser tratados por un profesional para retrasar la progresión. Como se mencionó anteriormente, la pérdida de visión puede ser una señal de que ya se encuentra en una etapa avanzada de otra forma de la enfermedad.
Ojos nublados
Si bien el glaucoma puede hacer que su visión sea borrosa, también puede saber si alguien está desarrollando glaucoma por la apariencia borrosa reveladora de sus ojos, según WebMD.
Este síntoma en particular es, aparentemente, más común en bebés (y sí, eso significa que los bebés también pueden padecer de glaucoma, aunque es bastante raro), agrega la fuente. Una córnea nublada es una señal de advertencia importante de glaucoma infantil. Ya que estamos en el tema de glaucoma infantil, esté atento también a los ojos demasiados llorosos (cuando el niño no está llorando) y a la sensibilidad a la luz.
Enrojecimiento de los ojos
Los ojos pueden enrojecerse e inflamarse por varias razones, pero una de estas razones podría estar relacionada con el glaucoma. El enrojecimiento puede ser el resultado de un aumento en la presión del ojo y no de otras causas obvias, como frotarse los ojos o que elementos irritantes entren en contacto con los ojos.
La Fundación de Glaucoma señala que los ojos rojos por glaucoma a menudo van acompañados de algunos de los síntomas que describimos anteriormente, como dolor, náuseas y vómitos. Junto con el enrojecimiento, los ojos pueden hincharse, agrega la fuente. Si presenta estos síntomas asegúrese de recibir atención de emergencia y visite al oftalmólogo cada 2 años (o cada año si tiene 61 años o más).
Náusea
Junto con lo que puede ser un dolor ocular “grave”, es posible que sienta náuseas y vómitos como resultado de la aparición del glaucoma, según la Fundación BrightFocus.
Este síntoma generalmente se asocia con el glaucoma agudo de ángulo cerrado, que se considera como una emergencia médica que debe ser atendida por un profesional de inmediato o puede resultar en ceguera en tan solo 24 horas, advierte la fuente.
Visión de túnel
Una de las causas principales de la pérdida de la visión periférica (la capacidad de ver “por el rabillo del ojo”) es el glaucoma, señala AllAboutVision.com. Esto se debe al daño del nervio óptico causado por la enfermedad ocular.
Puede que note que los objetos directamente frente a usted se ven bien, pero que no nota el movimiento o los objetos a los lados como lo haría normalmente. “Los casos moderados y severos de pérdida de visión periférica crean la sensación de ver a través de un tubo angosto, una condición comúnmente conocida como visión de túnel”, agrega la fuente.
Puntos ciegos
La Clínica Mayo indica que mucho más que solo la visión periférica puede verse afectada por el glaucoma. En el caso del glaucoma de ángulo abierto, el tipo más común, puede que experimente “puntos ciegos irregulares” en la visión central y lateral.
Estos puntos ciegos, a menudo, pueden afectar ambos ojos simultáneamente. La visión de túnel suele ocurrir en etapas más avanzadas, por lo que se recomienda visitar a un especialista cuando experimente cualquier tipo de pérdida de visión.
Pupilas dilatadas
La Fundación del Glaucoma explica que este síntoma se relaciona con el glaucoma agudo, la versión más repentina y grave del problema donde la presión ocular aumenta rápidamente en lugar de gradualmente con el tiempo.
La fuente explica que muchos episodios de glaucoma agudo ocurren en habitaciones oscuras, como por ejemplo una sala de cine, causando que la pupila aumente de tamaño (se dilate). “Cuando esto ocurre, hay un contacto máximo entre el cristalino del ojo y el iris. Esto reduce aún más el ángulo y puede desencadenar un episodio”, señala la fuente. Los episodios de glaucoma agudo pueden ocurrir cuando está ansioso o estresado, lo que también dilata las pupilas.
Pérdida repentina de la visión
Por lo general, la mayoría de los casos de glaucoma de ángulo abierto reducirán su visión lentamente con el tiempo, antes de que se dé cuenta. De hecho, el glaucoma ha sido apodado “el ladrón silencioso de la vista”. Sin embargo, en casos agudos, puede perder la visión mucho más rápido.
La Fundación de Investigación del Glaucoma explica que una persona puede perder la visión en un período corto de tiempo debido a un aumento repentino de la presión ocular, lo que afecta el nervio óptico. Como se ha mencionado anteriormente, no dude en consultar con un profesional médico tan pronto como sea posible para tratar de limitar el daño.
Sensibilidad a la luz
Healthline.com dice que incluso las personas jóvenes no están a salvo del glaucoma y que algunas personas nacen con una forma congénita que “ralentiza o impide el drenaje normal de líquidos” debido a un defecto en el ángulo del ojo.
Cuando los niños tienen este tipo de glaucoma, usualmente se presenta con síntomas que incluyen ojos nublados y lagrimeo excesivo como se mencionó anteriormente, así como también una mayor sensibilidad a la luz (conocido en el ámbito médico como fotofobia). Si nota que su hijo entrecierra mucho los ojos o llora en condiciones de mucha luz, debe consultar a un oftalmólogo. La sensibilidad a la luz también puede ser un síntoma de glaucoma en adultos.