El lupus es una enfermedad auto-inmune, lo cual significa que el cuerpo ataca a sus propias células y órganos, incluyendo la piel, las articulaciones, el corazón, los pulmones, la sangre, los riñones y el cerebro — ya que no puede distinguir entre gérmenes extraños y virus y las células sanas del cuerpo.
Cuando el sistema inmunológico del organismo se ataca a sí mismo, la inflamación, el dolor e hinchazón que es tan familiar para los enfermos de lupus puede convertirse en una parte permanente y dolorosa de la vida cotidiana.
Sin embargo, con el diagnóstico correcto, un plan de tratamiento y manejo, los enfermos de lupus pueden reducir los síntomas y vivir más cómodamente. Estos son los 15 síntomas principales del lupus…
1. Sarpullido cutáneo
Las erupciones cutáneas son muy comunes en las personas que padecen enfermedades autoinmunes. En el caso del lupus, un tipo de sarpullido conocido como “sarpullido malar”, o “sarpullido de mariposa”, suele formarse en las orejas, los brazos, el pecho y la cara. Estas erupciones son especialmente comunes en las mejillas y en la nariz y suelen tener la forma de un conjunto de alas de mariposa rojas y manchadas. El sarpullido no pica realmente, sólo es molesto a la vista, y puede agravarse con la exposición prolongada al calor y/o a la luz solar.
Dado que este sarpullido tiene una causa autoinmune, no responderá bien a los tratamientos tópicos ni a otras intervenciones paliativas. Es posible que el médico no pueda encontrar la causa principal de la erupción tras la investigación inicial, lo que hará que considere el lupus más tarde en el proceso de diagnóstico. En muchos casos, la erupción se localiza en una zona pequeña al principio, y luego se extiende a otras partes del cuerpo.
2. Lesiones bucales y nasales
La gran mayoría de los enfermos de lupus informan del desarrollo doloroso de llagas o lesiones en el interior de la boca o la nariz. Las llagas en la boca son muy similares a las aftas, lo que puede hacer que comer, beber y hablar sea muy doloroso. En el caso de las llagas localizadas dentro de las fosas nasales, la respiración puede verse restringida, y el paciente puede experimentar dolor y sensibilidad al contacto de las lesiones.
Un síntoma relacionado puede resultar de la exposición a la luz, o “fotosensibilidad”. Algunas personas con lupus pueden desarrollar lesiones en la superficie de la piel tras periodos prolongados al sol, mientras que otras informan de que sus problemas cutáneos parecen empeorar al ir al exterior en un día soleado. Los médicos no comprenden, del todo, la relación entre las lesiones cutáneas del lupus y la luz solar, pero la conclusión es que, si empieza a experimentar estos síntomas, debe visitar a su médico para que le dé una explicación.
3. Inflamación de las articulaciones
Uno de los síntomas más comunes del lupus es el dolor y la inflamación de las articulaciones, especialmente en las manos, piernas, pies, tobillos, caderas y rodillas. La inflamación de las articulaciones suele ser uno de los primeros signos del lupus, y una persona normalmente enérgica puede sufrir de repente un dolor y una debilidad extremos en las articulaciones. De todos los síntomas del lupus, éste es el que suele llevar a las personas a visitar a su médico para obtener un diagnóstico definitivo.
El dolor y la inflamación de las articulaciones se deben a que el cuerpo confunde sus propios tejidos con intrusos externos. El sistema inmunitario los ataca, lo que provoca inflamación y dolor. Aunque este dolor suele ser relativamente leve, puede llegar a ser grave, sobre todo si no se diagnostica o trata la causa subyacente. En este sentido, el lupus es similar a la artritis reumatoide, que tiene un mecanismo de acción muy parecido. La buena noticia es que los medicamentos pueden reducir la gravedad de estos síntomas.
4. Fotosensibilidad
Como se ha mencionado, los pacientes con lupus pueden desarrollar ampollas como resultado de la exposición al sol, o tener lesiones y anomalías cutáneas existentes que se agudizan cuando permanecen al aire libre durante períodos prolongados en un día soleado. Sin embargo, la fotosensibilidad asociada al lupus y a otros trastornos autoinmunes puede presentarse de otras formas.
Normalmente, la luz del sol pone a las personas contentas y aumenta su disfrute del aire libre. Sin embargo, las personas con lupus pueden experimentar dolores de cabeza u otras intolerancias a la luz brillante y al sol, y estos síntomas pueden aparecer de forma abrupta, con poco aviso. En otras palabras, pueden afectar a personas que, por lo demás, llevan una vida normal, activa y sana, y a personas que no tienen antecedentes de fotosensibilidad o problemas asociados a la exposición a la luz solar. Si experimenta estos síntomas, debe acudir a su médico para que lo examine y averigüe por qué se producen.
5. Fiebre y dolor de cabeza
Los síntomas más sutiles del lupus pueden ser muy preocupantes porque persisten durante largo tiempo y son generalizados. Por ejemplo, los enfermos de lupus suelen decir que se sienten febriles y que sufren migrañas en forma continua, pero los médicos no identifican con precisión la causa principal, sino que tratan los síntomas de una forma que sólo proporciona un alivio temporal.
Estos síntomas son especialmente problemáticos por su carácter inespecífico. La fiebre se asocia a una amplia gama de afecciones médicas y enfermedades no graves, como el resfriado común y la gripe. Los dolores de cabeza habitualmente se desestiman y se consideran parte de la vida cotidiana; la mayoría de la gente no los considera graves, aunque se prolonguen durante días o semanas. La conclusión es que hay que investigar médicamente cualquier síntoma prolongado, aunque no parezca especialmente grave en el momento.
6. Dolor en el pecho
En los casos graves, el dolor y la inflamación asociados al lupus pueden ser tan pronunciados y graves que pueden extenderse a órganos principales, como los pulmones. Por ejemplo, el dolor torácico puede producirse si los pulmones se inflaman como consecuencia de la alteración del funcionamiento del sistema inmunitario. Los pulmones se hinchan literalmente, presionan contra la caja torácica y provocan un dolor continuo. Si no se trata, esta afección puede hacer que el paciente corra el riesgo de desarrollar una neumonía, la que, a su vez, puede suponer importantes riesgos para la salud.
Síntomas de la neumonía son: la tos productiva, la fiebre alta, los escalofríos y la dificultad para respirar -que puede presentarse sola, sin que medie un esfuerzo físico importante-. El médico puede sospechar que se trata de un lupus si usted desarrolla una neumonía después de quejarse de un dolor torácico persistente -que se hizo cada vez más intenso a lo largo de un período de tiempo-, especialmente si presenta otros síntomas de un trastorno autoinmune.
7. Pérdida de cabello
Como muchas otras enfermedades y trastornos autoinmunes, el lupus puede afectar al desarrollo normal del crecimiento de las células del cuerpo. Una de las formas más visibles en que se presenta este síntoma es a través de las anomalías en el crecimiento del cabello. En concreto, los pacientes con lupus -y los que toman ciertos fármacos para el lupus- pueden experimentar una inhibición del crecimiento del cabello o una pérdida total del mismo. Esto puede ocurrir tanto en pacientes masculinos como femeninos.
Los síntomas de la caída del cabello se producen como resultado de las perturbaciones en la capacidad del cuerpo para sostener su ciclo de crecimiento normal, y está relacionado con la tendencia general de la enfermedad a que el cuerpo confunda sus propios tejidos con intrusos externos. Afortunadamente, si la pérdida de cabello se produce como resultado de los tratamientos farmacológicos para el lupus, es posible que pueda aliviarlos cambiando de medicamento o suspendiendo por completo el fármaco problemático. Sin embargo, sólo debe hacerlo bajo el consejo de su médico.
8. Dedos azules
Uno de los síntomas más preocupantes del lupus es el conocido como fenómeno de Raynaud. Esta afección está causada por la restricción ocasional del flujo sanguíneo a los dedos, lo que a su vez puede hacer que los dedos se adormezcan y se vuelvan azules, ya que no reciben suficiente sangre oxigenada. A continuación, se produce un repentino flujo de sangre hacia las extremidades, lo que hace que éstas se enrojezcan. Durante esta fase, los dedos también pueden calentarse y experimentar hormigueo y palpitaciones.
Los pacientes pueden consolarse con el hecho de que esta afección no suele suponer una gran amenaza para su salud. Es visualmente desconcertante y los síntomas físicos pueden ser invasivos e irritantes, pero sus extremidades no corren mayor riesgo de sufrir daños permanentes a menos que no busque tratamiento para la enfermedad subyacente. Informe inmediatamente a su médico de cualquier síntoma de este tipo; el tratamiento puede ayudar a controlarlo.
9. Fatiga
Los pacientes de lupus suelen manifestar una sensación de fatiga y agotamiento, incluso si la enfermedad ha sido diagnosticada y está siendo tratada. Los médicos lo atribuyen a una amplia gama de factores; los estudios médicos han demostrado que el lupus interfiere en los niveles de energía de numerosas maneras. Los síntomas continuos pueden alterar los patrones normales de sueño, dejando a los pacientes crónicamente sin descanso y sintiéndose cansados durante todo el día. El agotamiento y la fatiga también pueden ser consecuencia del uso de ciertos fármacos utilizados para controlar el dolor y otros síntomas.
Por desgracia, el lupus requiere un tratamiento continuo y muchos pacientes experimentan un deterioro permanente de su calidad de vida. Esto puede llevar a una depresión, la que, a su vez, puede desencadenar una disminución de los niveles de energía y una pérdida general de interés del paciente por las actividades que antes disfrutaba. Si experimenta estos síntomas, asegúrese de informar a su médico y al equipo a cargo de su caso. Hay otras intervenciones disponibles que pueden ayudar a restablecer los niveles de energía y equilibrar su estado de ánimo.
10. Problemas renales
Además de afectar a los pulmones, el corazón y el cerebro, el lupus también puede afectar los riñones, provocando una inflamación y una disfunción que dificulta la eliminación de residuos. De hecho, si las toxinas permanecen en el cuerpo y no se eliminan de forma eficaz a través de la orina, los pacientes con lupus pueden desarrollar una amplia gama de alteraciones del tracto urinario, incluyendo molestias al orinar, micción urgente y coloración de la orina. Esta, también, puede emitir un olor inusual o desagradable, ya que las toxinas acumuladas interfieren en su composición normal.
En ejemplos extremos, los pacientes pueden encontrar restos de sangre en la orina o experimentar hinchazón en los pies y los tobillos, ya que el cuerpo se esfuerza por procesar y eliminar las toxinas. Sin embargo, debe tener en cuenta que las anomalías urinarias se consideran un síntoma relativamente infrecuente del lupus. Si experimenta este síntoma de forma aislada, lo más probable es que esté causado por otra cosa -como problemas renales o hepáticos subyacentes, una infección del tracto urinario o una infección de transmisión sexual-.
11. Problemas de tiroides y cambios de peso
En muchos casos, el lupus y los problemas de tiroides van de la mano. Y como una de las funciones clave de la tiroides es controlar el metabolismo del cuerpo, cuando no funciona correctamente puede producirse un aumento, o una pérdida, de peso.
En el caso de la pérdida de peso, a veces puede ser difícil notarla, ya que puede producirse gradualmente. En algunos casos, sin embargo, puede ocurrir muy rápidamente (por ejemplo, perder 9 kilos en dos meses). El aumento de peso, en cambio, suele producirse lentamente, aunque no haya habido cambios dietéticos que lo provoquen, y puede deberse a la hinchazón de los pies o las piernas.
12. Problemas gastrointestinales
Para algunas personas con lupus, los síntomas pueden presentarse como problemas gastrointestinales, como el reflujo ácido y el ardor estomacal. Afortunadamente, estos síntomas pueden aliviarse, a menudo, tomando antiácidos, reduciendo el tamaño de las comidas y evitando las bebidas con cafeína.
Sin embargo, como el lupus es una enfermedad autoinmune, también puede causar o empeorar otras afecciones digestivas como la colitis ulcerosa y la pancreatitis. Esto puede hacer que la persona experimente dolor abdominal persistente, náuseas y, en algunos casos, vómitos.
13. Boca y ojos secos
¿Se ha dado cuenta de repente de que tiene la boca más reseca de lo habitual y siente los ojos secos e hinchados? Estos son otros síntomas comunes del lupus. O, más concretamente, son síntomas de otra enfermedad autoinmune que suelen padecer las personas con lupus.
Se llama enfermedad de Sjogren. Produce sequedad en la boca y en los ojos, porque “hace que las glándulas responsables de las lágrimas y la saliva funcionen mal y que los linfocitos se acumulen en las glándulas”, dice Healthline. La fuente añade que las mujeres con lupus pueden descubrir que esta enfermedad también provoca sequedad vaginal y de la piel.
14. Confusión, convulsiones y psicosis
Como se ha mencionado anteriormente, el lupus puede afectar las células de todo el cuerpo, incluidas las del cerebro. Además de los dolores de cabeza ya comentados, otros síntomas relacionados con el cerebro pueden incluir mareos, confusión y pérdida de memoria.
Y lo que es más grave, los síntomas pueden incluir convulsiones y psicosis, que, según Lupus Canada, se dan en aproximadamente el 25% de las personas que padecen la enfermedad. Para ayudar a identificar y distinguir estos síntomas, la fuente dice que las convulsiones “implican la pérdida de conciencia y movimientos corporales involuntarios”, mientras que la psicosis “es una condición mental grave en la que el pensamiento y el comportamiento están perturbados, incluyendo, a menudo, alucinaciones… y delirios…”.
15. Anemia
Aunque las personas pueden desarrollar anemia por sí solas, es muy frecuente que aparezca junto con el lupus. De hecho, KaleidoscopeFightingLupus.org dice: “[…] Casi la mitad de los que viven con lupus son anémicos”.
Pero ¿qué es exactamente la anemia? Se trata de una enfermedad en la que faltan glóbulos rojos sanos en la sangre, que son los responsables de transportar el oxígeno a todo el cuerpo. Como resultado, las personas con anemia experimentarán síntomas como dolores de cabeza, debilidad, latidos rápidos del corazón y falta de aliento. La anemia tiende a producirse con el lupus porque el cuerpo ataca y destruye sus glóbulos rojos sanos por error, un desafortunado resultado de la enfermedad autoinmune.