Ser diagnosticado con cualquier tipo de cáncer es aterrador y tiende a alterar la vida de cualquier ser humano. Incluso si existen muchas posibilidades de recuperarse y de vivir una vida larga y saludable, la carga emocional y física de lidiar con esta enfermedad y con cualquier tratamiento asociado resulta agotador. Cuando se trata del cáncer de esófago, la mayoría de los síntomas aparece temprano y puede hasta resultar insignificante para el paciente. Sin embargo, conocer bien su cuerpo y reconocer ciertos cambios pueden ahorrarle muchísimo dolor y sufrimiento en el futuro—y hasta pueden salvarle la vida.
Si bien estos síntomas leves son asociados principalmente con el cáncer de esófago, también pueden ser producto de otras enfermedades. Por eso tranquilícese; nunca viene mal ser proactivo y ver a un doctor en caso de experimentar alguna de las siguientes diez molestias…
1. Pérdida de peso inesperada
Hay muchas causas por las cuales una persona pierde peso—me refiero a la pérdida de peso involuntaria— y el cáncer de esófago es una de ellas. Entre las razones por las cuales esto sucede se incluyen las dificultades para tragar, ya que lo obligan a querer comer menos. También puede deberse a que el cáncer acelera su metabolismo, según afirman los expertos en salud. De cualquier manera, la pérdida de peso no debe pasarse por alto.
Por supuesto que, si hace muy poco se puso a dieta, ha estado modificando sus hábitos y su estilo de vida o está ejercitándose regularmente o con mayor frecuencia, es muy probable que la reducción de su peso se deba a alguno de estos factores. Sin embargo, si ha perdido peso sin motivo alguno, lo mejor es que consulte a su médico. Incluso si no se trata de cáncer de esófago, podría tratarse de cualquier otra enfermedad. Detectarla a tiempo siempre es algo positivo y alentador.
2. Molestias al tragar
Desafortunadamente, si bien muchos de los síntomas del cáncer de esófago suelen ocurrir cuando la enfermedad ya se encuentra en una fase avanzada, es posible notarlos previamente si presta mucha atención. Los problemas para tragar son uno de los signos más comunes en los cuales debería concentrarse, aunque puede que no note los cambios debido a que aparecen gradualmente. Poco a poco empezará a comer alimentos más blandos y querrá masticar más su comida antes de tragarla. Finalmente, las molestias se presentan al ingerir cualquier tipo de comida.
Sentirá que la comida se le atasca y hasta puede que se ahogue. Es crucial que detecte esto apenas sienta problemas para tragar — una vez que haya llegado a la etapa en la que depende solamente de líquidos, la enfermedad ya estará demasiado avanzada. Las dificultades para tragar son producto del mismo crecimiento del cáncer, el cual hace que la abertura del esófago se contraiga hasta que no puedan pasar ni sólidos ni líquidos. Saber que este factor puede ser provocado por el cáncer de esófago es muy importante para poder realizar un diagnóstico preciso a tiempo.
3. Acidez estomacal crónica
Si bien una gran cantidad de personas la experimenta, la acidez que permanece durante varias semanas puede llegar a ser preocupante, especialmente si viene acompañada de otros síntomas. La acidez y el reflujo ácido están muy relacionados — la quemazón que siente en su pecho es causada por este último, se trata de una enfermedad que permite que el ácido del estómago llegue al estómago. Más allá de cuál sea la causa de su acidez, necesita controlarla con ayuda de un tratamiento. En cuanto al cáncer de esófago, sólo nos concierne el tipo de acidez crónico que dura semanas, no un par de horas.
La acidez crónica es un signo temprano de cáncer de esófago, pero también puede ser producto de otras tantas enfermedades. Debido a esto, es importante que no lo pase por alto. Si tiene acidez regularmente, no dude en consultar a su médico para comenzar un tratamiento y empezar a controlar los cambios y la gravedad de los episodios. Dicho tratamiento puede prevenir otras complicaciones de salud y, si se trata de un precursor del cáncer de esófago, es mejor detectarlo a tiempo.
4. Dolor en el pecho
Este signo puede ser causado por miles de enfermedades. El dolor de pecho asociado con el cáncer de esófago no necesariamente sucede durante o después de comer. Debido a que el esófago baja hasta la altura del estómago, cualquier tipo de cáncer detrás de la caja torácica puede generar dolor en la zona. La presencia de tumores puede desencadenar espasmos esofágicos y resultar en otro tipo de dolor. También puede darle la sensación de que el dolor repercute en su espalda; esto es algo que discutiremos más adelante en este artículo.
El dolor en el pecho es aterrador, especialmente la primera vez que sucede. Pero, en realidad, en algún momento de su vida lo sentirá y no necesariamente deberá tratarse de algo grave o mortal. Una vez dicho esto, ningún episodio de dolor de pecho, por más que se trate de acidez, debe ser ignorado. Aprenda a conocer su cuerpo y cualquier cambio que pueda darse en él — esto podrá ayudarlo a identificar alguna enfermedad más grave.
5. Tos crónica
Una tos duradera, que se extienden por más de un mes, es un signo sutil pero importante del desarrollo de cáncer de esófago. La presencia de tos, especialmente después de haber tragado algo, debe ser controlada por su médico — o al menos debe mantenerlo alerta. Según los demás síntomas que experimente, su doctor deberá recetarle algún tipo de medicamento o le pedirá que se realice exámenes médicos para comprobar el motivo real del malestar.
La tos que aparece como resultado del cáncer de esófago proviene del reflujo ácido que muchas personas con cáncer suelen tener, se trata de una sensación de ardor y quemazón que lo hace querer toser. Si ha tenido este síntoma pero no ha estado enfermo ni ha padecido un virus últimamente, no es normal y no debería ser ignorado. Esto no significa que tenga algo grave pero sí es una advertencia que es mejor no pasar por alto.
6. Dolor de espalda y de garganta
Resulta increíble — pero no en un buen sentido — cómo ciertas enfermedades pueden afectar partes de su cuerpo que ni siquiera sabía que estaban relacionadas. Y, es por ello que muchas personas ignoran un síntoma simplemente porque piensan que no es grave y ni se preocupan por contárselo a su médico. El problema es que muchas personas con cáncer de esófago sienten dolor de espalda que no empeora hasta que la enfermedad ya se encuentra en una fase avanzada. Así que présteles atención a esos malestares sin explicación que se mantienen por mucho tiempo.
El dolor de garganta es un poco más fácil de explicar, ya que es generado por el reflujo ácido, otro síntoma común y a veces el causante del cáncer de esófago. Si bien es tentador auto diagnosticarse, lo mejor es no hacerlo. Por lo general, muchas personas especulan con los síntomas o se van al otro extremo y creen que están a punto de morirse. Lo más efectivo es guiarse por las señales del organismo y buscar ayuda médica de inmediato.
7. Regurgitación de alimentos
La regurgitación de la comida (que no necesariamente debe tratarse de vómito) es un síntoma muy incómodo del cáncer de esófago. Sucede porque la comida es incapaz de llegar al estómago. Puede que haya algún tumor y que el ‘túnel’ de su estómago se contraiga a medida que la enfermedad avance. Los alimentos no se digieren, ya que nunca llegan a su destino final. Además, todo esto puede ocasionar pérdida involuntaria de peso.
Algunas personas notan que hay un exceso de saliva en su boca que no puede bajar. Para poder tragar la comida, el cuerpo produce saliva extra que ayuda a que los alimentos se deslicen suavemente. Al haberse encogido como resultado del cáncer, el esófago no permite que la saliva baje al estómago y la conduce nuevamente hacia arriba. Muchas personas con este tipo de cáncer suelen regurgitar saliva o una especie de mucosidad espesa que viaja hacia la boca.
8. Voz ronca
Aquellos que hayan experimentado reflujo ácido moderado o severo por mucho tiempo puede que tengan la voz ronca. Si bien la ronquera ocurre una vez que el cáncer ya está en su etapa más avanzada, la sutil picazón o el ardor pueden llegar a ser una advertencia. Es importante detectar esto lo antes posible debido a que la voz ronca del cáncer de esófago aparece generalmente después de que otros síntomas han aparecido, como, por ejemplo, hipo frecuente, esputos con sangre y dolor de garganta.
Una vez que hay muchos síntomas presentes, es muy probable que el cáncer ya haya avanzado y que necesite atención médica con urgencia. Debido a que el cáncer de esófago es muy difícil de detectar en sus primeras etapas — y no es el único cáncer o enfermedad con pocos signos tempranos — conocer bien su cuerpo y prestarles atención a los cambios es vital para aumentar las posibilidades de supervivencia en el supuesto caso de ser diagnosticado con alguna enfermedad que amenace su vida. Los reflujos ácidos severo y crónico deben ser controlados por un profesional para descartar la posibilidad de que se trate de cáncer.
9. Fatiga
Cualquier enfermedad impacta sobre su cuerpo a nivel general, no solamente sobre el área afectada. Sentirse cansado y fatigado con frecuencia es un síntoma común del cáncer, inclusive del de esófago. Puede que sienta un decaimiento importante a nivel físico y esto hará que completar sus quehaceres requiera de esfuerzo extra. En algunos casos, si el paciente está anémico como consecuencia del cáncer, puede que el cansancio sea aún mayor y que cualquier movimiento mínimo lo haga sentir agotado.
Desafortunadamente, la fatiga empeora junto con el cáncer. Los tratamientos para esta enfermedad son aún más invasivos, ya que impactan sobre su cuerpo a nivel general. Si bien a menudo se trata de una señal de alerta, también puede indicar que el cáncer de esófago se encuentra en una etapa avanzada. El impacto tanto físico como emocional es tremendamente agotador, lo cual hace que los efectos secundarios del tratamiento se sientan aún más y que su habilidad para soportarlos se ponga en riesgo. Lo mejor es consultar a su médico, incluso si apenas se siente cansado.
10. Síndrome de Barrett
Muchos expertos consideran que el síndrome de Barret es el primer indicador de cáncer de esófago — si bien es importante notar que padecer esta enfermedad no significa que vaya a desarrollar ese tipo de cáncer. Lo que hace que este síndrome sea una señal de advertencia es que lo expone mayores riesgos. Según la Clínica Mayo, el síndrome de Barrett es una enfermedad que hace que los tejidos del esófago sean reemplazados por otros del tipo equivocado. Lo más peculiar es que la enfermedad no presenta síntomas de ningún tipo.
Un causante de este síndrome es la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y muchas personas que desarrollan cáncer de esófago padecen ambas. Por eso, consulte su historia clínica familiar y, si ya sabe que tiene antecedentes de esta enfermedad, manténgase alerta. Prevenir siempre es mejor que curar.