El síndrome de Cushing es una grave enfermedad provocada por la exposición excesiva del organismo a altos niveles de cortisol. Puede ocurrir de manera natural a partir de otros problemas de salud subyacentes que incrementan la producción de dicha hormona aunque, por lo general, surge por el uso de medicamentos corticoesteroides. El cortisol es la hormona que se libera como respuesta al estrés y es capaz de afectar y de descontrolar todos aquellos procesos asociados con el metabolismo y con el sistema inmunológico. Muchas personas que padecen este síndrome terminan desarrollando la afección. La enfermedad de Cushing ocurre cuando existen tumores en la glándula pituitaria o ésta aumenta su tamaño y segrega hormonas corticoesteroides (ACTH) en grandes cantidades.
Debido a que el síndrome de Cushing es el resultado de un desequilibrio importante en el organismo, es importante estar atento a los siguientes diez síntomas…
1. Aumento de peso
El aumento abrupto de peso y la obesidad son dos de los síntomas más comunes del síndrome de Cushing y la causa es muy fácil de localizar. El tronco del cuerpo — o más conocido como torso — es donde se localiza dicho incremento de peso y termina excluyendo piernas y brazos. Como esta afección se focaliza en la parte abdominal, las extremidades se mantienen delgadas o hasta llegan a reducirse. Junto con lo anterior, el paciente afectado suele experimentar importantes cambios en la piel que hasta pueden ser motivo de preocupación.
El exceso de cortisol hace que la grasa se distribuya en las zonas del pecho y del estómago, al igual que en el rostro y en la parte trasera. Al haber demasiado cortisol, el organismo no dispone de suficientes carbohidratos para que dicha hormona funcione correctamente al reemplazar la grasa para transformarla en energía. Básicamente, lo que sucede es que el tejido adiposo se acumula.
2. Rostro hinchado e irritado
El rostro es otra área vulnerable a los efectos del síndrome de Cushing. Las personas que lo padecen suelen presentar un indicador común conocido como ‘cara de luna’, la cual resulta como consecuencia del aumento de peso. Para ser más específicos, surge debido al exceso de grasa que se almacena por el aumento de cortisol. El rostro adquiere un aspecto hinchado, redondo y con tonalidad rojiza.
Además de la hinchazón, el acné y las infecciones de la piel son signos típicos de este síndrome. Los cambios hormonales son los que generalmente provocan acné en adolescentes y preadolescentes, por lo que tiene sentido pensar que al tratarse de una hormona, cualquier cambio en los niveles de cortisol pueden desatar brotes en el rostro. El acné puede llegar a extenderse a la zona del pecho y del cuello.
3. Presión sanguínea elevada
El aumento en la presión sanguínea se conoce como hipertensión y es un síntoma grave y frecuente del síndrome de Cushing. Esto eleva los riesgos de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Según el Centro Nacional para la Información Biotecnológica (una extensión de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos), hasta un 80% de los adultos que padecen el síndrome tienen hipertensión.
Este síntoma es menos común en niños y adolescentes, el porcentaje de afectados no supera el 50%. Los riesgos de tener presión sanguínea elevada se incrementan significativamente con el síndrome de Cushing Ectópico, una variante de la enfermedad que involucra tumores fuera de la glándula pituitaria o de las glándulas suprarrenales. Por otro lado, si su presión sanguínea está elevada a causa del síndrome de Cushing su doctor lo mantendrá controlado para evitar complicaciones.
4. Debilidad muscular
Muchas personas sufren de debilidad muscular cuando están muy cansados y no es nada que no se pueda solucionar con un poco de relajación. Sin embargo, la sensación inexplicable de fatiga puede ser un signo del síndrome de Cushing, ya que éste hace que la masa muscular se deteriore. El exceso de cortisol afecta el proceso de metabolización de los nutrientes — de esta manera, el organismo es incapaz de procesar proteínas, las cuales constituyen un nutriente vital que garantiza el funcionamiento, el desarrollo y el mantenimiento apropiados de los músculos. La pérdida de masa muscular en las extremidades les dan un aspecto de delgadez muy notable.
La falta de fuerza es notable particularmente en la zona de las caderas, de los hombros, de los brazos y de las piernas y puede ser intolerable al intentar levantarse de la cama o al tratar de realizar tareas cotidianas. El síndrome de Cushing termina atrofiando los músculos de la misma manera que sucede con personas que no pueden mover sus extremidades por mucho tiempo. Una solución fácil y efectiva es incorporar más proteínas a su alimentación.
5. Depresión
Este síndrome afecta tanto la salud física como psicológica del paciente. Aquellos que lo padecen experimentan síntomas de depresión, lo cual hace que sea mucho más difícil salir adelante. Los glucocorticoides también suelen impactar en la estabilidad emocional y mental de los individuos por lo que se vuelve más complicado definir qué es lo que realmente genera la depresión.
Esta es una enfermedad muy difícil de tratar y para aquellos que padecen el síntoma de Cushing puede significar un agregado de estrés importante; el paciente se siente atrapado en un círculo vicioso — el aumento de peso, la irritación en la piel, la hinchazón, la pérdida o el crecimiento anormal del cabello, la sensación de fatiga y la debilidad muscular terminan por acomplejarlo. Es importante tratar este trastorno afectivo a tiempo para evitar que desencadene otras complicaciones de salud aún más severas.
6. Piel propensa a la aparición de moretones
Seguramente conoce a alguien que se llena de moretones con facilidad (quizás a usted mismo le pase); muchas personas ignoran este síntoma y lo ven como algo insignificante. Si bien los moretones no siempre son causados por enfermedades graves, también pueden estar asociados con el síndrome de Cushing.
Otro indicador común son los problemas de cicatrización. Este síndrome hace que la piel se vuelva delgada, lo cual dificulta la curación de una herida. Las manos son una zona propensa a sufrir golpes y cortes, además de ser un área vulnerable a la resequedad.
7. Cuello encorvado
La ‘joroba de búfalo’ es muy común en los pacientes que padecen el síndrome de Cushing debido al aumento de grasa corporal que se almacena allí y en otras partes del cuerpo. La zona entre los omóplatos es muy propensa a desarrollar este tipo de protuberancias. Entre las causas más típicas de este cambio físico también se incluyen el uso prolongado de esteroides, la obesidad y la osteoporosis. Se recomienda que cualquier anomalía detectada sea controlada por un médico para evitar problemas futuros.
Asimismo, los depósitos de grasa pueden aparecer en la parte de la clavícula y del pecho. Entre los tratamientos disponibles se encuentran los medicamentos y los cambios en el estilo de vida. El exceso de grasa corporal puede resultar en el desarrollo de obesidad, por lo que es crucial detectar estos síntomas a tiempo para prevenir la aparición de otros problemas más severos.
8. Osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad que provoca el deterioro de la membrana ósea y resulta en el debilitamiento y el quiebre de los huesos. Los cambios hormonales son una causa común de la enfermedad al igual que el síndrome de Cushing. La osteoporosis se asocia con signos como el dolor de espalda, las malas posturas y las fracturas constantes. Esta enfermedad no sólo se limita a los individuos de edad avanzada, también puede afectar a personas más jóvenes y requiere tratamientos y controles constantes.
La osteoporosis no sólo provoca el deterioro óseo sino que impide el crecimiento saludable de los huesos, al no poder absorber correctamente el calcio, un nutriente vital. La enfermedad de Cushing trae consigo dolor de hueso y vulnerabilidad a las fracturas, lo cual pone en riesgo a la salud. Es posible mejorar la situación gracias a una gran cantidad de tratamientos; por eso le recomendamos que consulte a su médico ante la presencia de alguno de estos síntomas.
9. Irregularidades en el ciclo menstrual
Las mujeres que sufren del síndrome de Cushing tienen un plus de sufrimiento que los hombres no — las alteraciones e irregularidades menstruales. El ciclo menstrual fluctúa y, en algunos casos, se detiene. Llevar un registro del mismo es esencial para asegurar la buena salud, ya que para las mujeres sirve de alarma para saber cuando algo anda mal.
Si lo piensa detenidamente, la regularidad del periodo menstrual es controlada por las hormonas, por lo que algún tipo de alteración impactará sobre el organismo femenino. En el caso de aquellas pacientes con síndrome de Cushing, un tumor en la glándula pituitaria puede ser el causante de desequilibrios hormonales. Esto es particularmente cierto para aquellas mujeres que estén próximas a llegar a la menopausia. En cuanto a los hombres, es posible que experimenten episodios de disfunción eréctil o que disminuya su fertilidad.
10. Crecimiento anormal del vello
Las mujeres que padecen el síndrome de Cushing notarán un crecimiento anormal del vello facial, al igual que en la zona del cuello y del pecho. Además, cualquier vello existente tenderá a engrosarse. Su cabello es un reflejo fiel de su salud, ya que es afectado por cualquier alteración hormonal.
El cabello tanto de hombres como de mujeres se vuelve quebradizo y puede que se vea reseco. Es común que aquellos que sufren el síndrome de Cushing pueden padezcan pérdidas de cabello y calvicie. El mayor culpable de todo esto es, sin duda, el exceso de cortisol.