Puede que nunca haya oído acerca de la hemocromatosis —a pesar de que muchas personas la padezcan — pero es un tipo de enfermedad hereditaria que afecta el metabolismo del hierro y hace que el cuerpo almacene cantidades alarmantes del mismo. Si no se trata o no se diagnostica a tiempo, el exceso de este mineral puede dañar muchos órganos vitales. Debido a que muchos de sus síntomas no son exclusivos (es decir, pueden ser indicadores de otras tantas), puede ser muy difícil para un doctor detectarla de inmediato. Si bien no resulta fácil diagnosticarla, la hemocromatosis es una de las principales enfermedades genéticas en Norteamérica.
No importa si padece los síntomas de una enfermedad que aún desconoce o que ha sido diagnosticada recientemente, o simplemente quiere conocer más sobre esta afección; no deje de leer estos diez factores sobre la hemocromatosis…
1. El exceso de hierro no sólo va a parar al hígado
Cuando sufre de hemocromatosis, su cuerpo es incapaz de absorber la cantidad correcta de hierro, lo cual resulta en el almacenamiento del mismo. Debido a que su hígado está a cargo de muchas funciones importantes, entre ellas almacenar nutrientes esenciales en el cuerpo, no es sorprendente que pueda dañarse a causa de la acumulación excesiva de hierro. También es posible que la cantidad extra de hierro se almacene prácticamente en cualquier órgano, principalmente en el corazón y en el páncreas; esto la vuelve más aún más amenazadora debido a los posibles daños a largo plazo y posibles consecuencias de dañar dichos órganos vitales.
El exceso de este mineral en sus órganos básicamente actúa como veneno — es tóxico y acabará provocando complicaciones graves o incluso la muerte. Ya que el hierro envenena todos los órganos, puede experimentar síntomas en todo su cuerpo; algunos de ellos son dolor de estómago, dolor en las articulaciones y pérdida de apetito sexual, entre otros tantos.
2. La genética sí importa
Desafortunadamente, la genética familiar juega un papel importante en el desarrollo de la hemocromatosis — de hecho, es la forma más común de padecerla. La Clínica Mayo identifica dos mutaciones del gen HFE que causan la enfermedad; uno de ellos se encuentra en el 85 por ciento de las personas con hemocromatosis hereditaria. El gen HFE regula la cantidad de hierro que se absorbe de la comida y, al estar alterados, absorben demasiado. No tendrá hemocromatosis al heredar una sola mutación, pero si ambos padres la tienen pueden transmitírsela a sus hijos e incrementar los riesgos de padecer la enfermedad.
Si bien la hemocromatosis hereditaria es la más común, existen diversas manera de desarrollara; más específicamente, a partir de otras enfermedades. Este último tipo se conoce como hemocromatosis secundaria. Entre algunas de las causas secundarias se incluyen anemia (cuando el cuerpo no transmite la cantidad de oxígeno necesaria a sus tejidos debido a la ausencia de glóbulos rojos saludables) y otros tantos tipos de enfermedades crónicas del hígado.
3. Los síntomas y su gravedad varían
Existen tantos posibles síntomas de todas las formas de hemocromatosis y todos con distintos niveles de gravedad que se vuelve difícil para los médicos diagnosticar la enfermedad con rapidez — estas no son buenas noticias para aquellos que la padecen, ya que la detección temprana es crucial para asegurarle, al menos, un avance más lento de la afección y evitar el desarrollo de otras enfermedades más graves. El Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) enumera los posibles síntomas iniciales que las personas con hemocromatosis experimentan y, entre ellos, se incluyen fatiga, debilidad, pérdida de peso y dolor abdominal.
A medida que la afección avanza y el hierro se empieza a acumular en otros órganos, el paciente comienza a perder vello corporal, las mujeres se saltean ciclos menstruales, se pierde el deseo sexual y experimentarán dificultades para respirar. Los síntomas se irán agravando y la enfermedad puede provocar artritis, enfermedades del hígado, diabetes, problemas cardiacos y piel con tonalidad bronce o gris. La velocidad con la que los síntomas empeoran varía y depende, en parte, de qué órganos hayan sido afectados.
4. Los síntomas y detección en la etapa tardía de su vida
Como se mencionó previamente, puede ser difícil diagnosticar y reconocer los síntomas de la hemocromatosis — muchos de ellos son comunes a otras enfermedades. Por lo general, los signos de la enfermedad aparecen a mediana edad. Esto no significa que la enfermedad se desarrolla en este momento; de hecho, la hemocromatosis hereditaria está presente desde el nacimiento, pero el almacenamiento de hierro se incrementa a lo largo de los años y los síntomas se manifiestan cuando los niveles del mineral son lo suficientemente altos como para interferir con la función regular de los órganos.
Existen otros tres tipos de hemocromatosis que pueden desarrollarse antes de alcanzar la edad mediana — juvenil, neonatal y secundaria. Los adolescentes y aquellos cerca de los 30 años de edad que experimentan síntomas son considerados pacientes de hemocromatosis juvenil. En cuanto a la hemocromatosis neonatal, los fetos acumulan un nivel alarmante de hierro en el hígado, lo cual daña e interfiere con su desarrollo saludable. La hemocromatosis secundaria es causada por otras enfermedades graves, como las que afectan el hígado.
5. La detección temprana es importante
Obviamente, lo mejor para cualquier enfermedad es ser diagnosticada lo antes posible por medio de las pruebas correspondientes. Esto incrementa las posibilidades de evitar daños y efectos a largo plazo y hasta puede salvar su vida. Definitivamente, este es el caso de la hemocromatosis; cuando experimente síntomas anormales, sea persistente con su médico e intente encontrar la causa. Existen pruebas de sangre que sirven para diagnosticar o descartar la hemocromatosis.
Si hay antecedentes de la enfermedad en su familia, o si un hermano, un padre o un hijo son diagnosticados, los familiares directos también deberían realizarse las pruebas correspondientes. Cuando alguien cercano tiene hemocromatosis, las posibilidades de padecerla aumentan en casi un 25%. Una gran cantidad de especialistas, desde hematólogos y cardiólogos hasta gastroenterólogos y reumatólogos, por lo general se involucran en su tratamiento según sus síntomas y su historia clínica. Lo ayudarán a diagnosticar la enfermedad y a decidir cuál es la manera más efectiva de tratarla.
6. Puede resultar en enfermedades mortales
Debido a que la hemocromatosis es tóxica para su cuerpo y puede afectar de manera negativa todos sus órganos, si no se trata, puede resultar en enfermedades mortales. Los órganos más afectados por el exceso de hierro en su cuerpo son el corazón, el hígado y el páncreas; los tres pueden fallar y provocar la muerte. En cuanto a su corazón, los niveles elevados de hierro afectan la circulación sanguínea, lo cual se conoce como insuficiencia cardiaca congestiva; también pueden provocar arritmia y anomalías en la frecuencia cardiaca. El exceso de hierro en el hígado puede causar cirrosis y, posteriormente, cáncer de hígado.
Los efectos dañinos de la hemocromatosis en el páncreas pueden causar diabetes, ya que este órgano no funciona correctamente. Es común referirse a la hemocromatosis como “diabetes bronceada” porque mucha gente que la padece experimenta decoloración de la piel — se vuelve de un color grisáceo o bronce.
7. La duración del tratamiento es relativa
Lo ideal es saber que una vez que le diagnosticaron hemocromatosis está listo para empezar el tratamiento y, al mismo tiempo, conocer la duración del mismo. Desafortunadamente, dicho tratamiento puede durar desde algunos meses hasta un par de años, según el paciente y el daño ya ocasionado a sus órganos. Una vez que el tratamiento se haya completado, los niveles de hierro del paciente deberán ser controlados regularmente para asegurarse de que se mantengan dentro de los rangos saludables.
La hemocromatosis se trata por medio de la flebotomía, lo cual consiste en el drenaje regular de la sangre. Alrededor de una vez por semana, la sangre se retira del paciente para liberar el hierro. La sangre que queda en el cuerpo elimina naturalmente el hierro y lo reemplaza por los glóbulos rojos que ha perdido y lo remueve de los órganos que tienen almacenados altos niveles de dicho mineral. Parece ser un tratamiento muy efectivo, aunque el mismo efecto puede lograrse al evitar consumir aquellos suplementos que contengan hierro.
8. La alimentación regular puede causar hemocromatosis
Cuando piensa en las distintas enfermedades que existen, siempre se puede hacer algo para reducir los riesgos de padecerla. Por ejemplo, muchas afecciones del corazón pueden prevenirse por medio de una dieta balanceada y ejercitándose regularmente. O, al menos, adoptar determinados hábitos puede ser algo muy favorable para su salud. No obstante, cuando se trata de hemocromatosis, una persona sana que vive una vida equilibrada y lleva un ritmo de vida saludable también es vulnerable a ella.
La forma más común de la hemocromatosis es de tipo hereditario; la causa está en sus genes — no en su forma de vida —. Si presenta los síntomas asociados con esta afección, consulte a su médico. En muchos casos, no es algo que pueda prevenirse, pero el diagnóstico temprano puede salvarlo de padecer otras enfermedades mortales. Es importante saber que estar saludable no es sinónimo de seguridad.
9. Algunos daños pueden ser revertidos
Las posibles complicaciones en la salud de la hemocromatosis pueden ser aterradores. Debido al exceso de hierro que envenena sus órganos, está en riesgo de padecer otras enfermedades más serias y hasta de tipo mortal. La cirrosis está muy asociada con la hemocromatosis; es el resultado de sufrir enfermedades en el hígado a largo plazo. Consiste en la cicatrización del tejido del hígado. Los tejidos sanos y normales son reemplazados por otros dañados y, si no se trata a tiempo, puede provocar insuficiencia hepática e incluso la muerte.
Si bien la cirrosis es muy peligrosa, si se diagnostica y se trata a tiempo la hemocromatosis, la primera puede evitarse. Los daños al hígado son inevitables, pero pueden revertirse en gran medida si no ha desarrollado aún cirrosis. Esto enfatiza la importancia de recibir un diagnóstico temprano de la enfermedad.
10. Algunos cambios en el modo de vida pueden reducir los riesgos
Si bien la forma más común de hemocromatosis es hereditaria, pueden realizarse algunos pequeños cambios en los hábitos para reducir los riesgos de adquirir la enfermedad y de ser sorprendido más tarde por los daños irreversibles. Evite los suplementos de hierro y de vitamina C si no los necesita, porque puede fomentar la acumulación de este mineral. Es recomendable, además, limitar su consumo de alcohol, ya que éste aumenta los riesgos de dañar el hígado.
El hábito más importante que puede adoptar es realizarse pruebas que detecten la presencia de las mutaciones genéticas que causan la enfermedad. Puede comenzar a hacerlo antes de llegar a la etapa en la que los síntomas se hacen evidentes. Algunas personas que se realizan dichas pruebas y los resultados son positivos, deciden controlar sus niveles de hierro por el resto de sus vidas. Esto minimizará las probabilidades de sufrir daños permanentes, ya que el tratamiento comenzará antes de que los niveles de hierro sean peligrosos.