La Asociación de Alzheimer define la enfermedad de Huntington como “un trastorno cerebral progresivo causado por un gen defectuoso”. Es una afección hereditaria que degenera lentamente las células nerviosas en el área central del cerebro y que son responsables del movimiento, el estado de ánimo y la función cognitiva.
Si bien la mayoría de las personas con la enfermedad de Huntington desarrollan síntomas entre los 30 y los 40 años, es posible que la enfermedad se desarrolle mucho más temprano, o más tarde, en la vida de una persona.
Los que definimos a continuación son los seis síntomas de advertencia temprana que debe tener en cuenta, especialmente si el trastorno es hereditario.
1. Mala coordinación
Al inicio de la enfermedad de Huntington, los problemas de coordinación pueden ser tan leves que se descartan fácilmente. Estos cambios pueden incluir dificultades de equilibrio, torpeza, tropezar al caminar o una ligera dificultad con las actividades diarias como conducir.
Sin embargo, a medida que avanza la enfermedad, estos síntomas empeorarán. El hecho de alimentarse también puede convertirse en un problema en etapas posteriores, ya que la falta de coordinación puede hacer que una persona deje caer la comida o derrame las bebidas.
2. Movimientos involuntarios
En algunos casos, la enfermedad de Huntington se manifestará inicialmente como pequeños movimientos musculares incontrolables. En una entrevista con Prevention, Susan Perlman, médica neuróloga y directora del Centro de Excelencia para la Enfermedad de Huntington de la UCLA, dice que es posible que la persona afectada no se dé cuenta de estos cambios, y que a menudo son los amigos o la familia los que notan que “dedos siempre se les golpean” o presentan una especie de “tic en la cara”.
En las últimas etapas de la enfermedad, estos pequeños movimientos pueden evolucionar hacia sacudidas o espasmos más pronunciados, una condición conocida como “corea”.
3. Depresión
La depresión entre las personas con enfermedad de Huntington es muy común. De hecho, la Clínica Mayo sostiene que es el trastorno psiquiátrico más común asociado con la enfermedad.
Pero la fuente señala que la depresión no es simplemente una reacción a un diagnóstico. Más bien, ocurre “debido a una lesión en el cerebro y los cambios subsiguientes en la función cerebral”. Esto puede provocar síntomas adicionales como irritabilidad, aislamiento social, insomnio o fatiga.
4. Pérdida de memoria a corto plazo
Una persona en las primeras etapas de la enfermedad de Huntington también puede tener problemas para recordar cosas. Específicamente, pueden tener problemas con lapsos de memoria a corto plazo. Según la web ImproveMemory.org, otros problemas de memoria relacionados con esta enfermedad incluyen “falta de juicio y habilidades de toma de decisiones, dificultades con la capacidad de resolución de problemas, y poca capacidad de atención que puede deteriorarse con el tiempo”.
En algunos casos, las personas con enfermedad de Huntington desarrollarán demencia. La Sociedad de Alzheimer dice que los síntomas pueden incluir “dificultades de concentración, planificación y habilidades organizativas”.
Sin embargo, a diferencia de quienes padecen la enfermedad de Alzheimer, aquellos pacientes con enfermedad de Huntington que presentan rasgos de demencia “seguirán reconociendo a las personas, y los lugares familiares hasta las últimas etapas de la enfermedad”.
5. Ligera falta de emociones
Dado que la enfermedad de Huntington daña áreas del cerebro responsables de las emociones, otro síntoma temprano del trastorno es que una persona puede mostrar cierta apatía, es decir, desgana y falta de emociones.
Pero por otro lado, también pueden alternar estados emocionales de manera bastante errática, experimentando arrebatos de ira, entusiasmo, agresividad, o frustración. Al igual que con los otros síntomas, esta confusión emocional generalmente empeora a medida que avanza la enfermedad, lo que ejerce una enorme presión sobre las relaciones personales.
6. Lentitud o rigidez
Al principio, una persona con la enfermedad de Huntington puede notar que sus movimientos se vuelven más lentos, o notar como sus músculos se sienten en ocasiones rígidos.
A medida que la enfermedad empeora, también pueden empeorar estos síntomas. Algunas personas pueden desarrollar distonía, un trastorno del movimiento que hace que los músculos se contraigan involuntariamente o que se vuelvan rígidos con el tiempo. Esto eventualmente puede conducir a problemas con en la postura, el habla y la deglución de la comida.