La hemofilia es el término médico usado para describir una serie de trastornos genéticos hemorrágicos que deterioran la capacidad del cuerpo para coagular cuando los vasos sanguíneos se rompen.
Podrá entender cómo esto representa un peligro para la salud de una persona si ésta se lesiona y sangra espontáneamente. Quienes sufren de la enfermedad pueden sangrar mucho más de lo que se considera saludable después de un procedimiento quirúrgico o de una laceración no detectada.
Los hemofílicos carecen de ciertos factores de coagulación necesarios en la sangre — aquellos necesarios para convertir la sangre rápidamente de líquido sólido y detener el sangrado. Si el sangrado continúa, un hemofílico puede sufrir hemorragias durante días después incluso por un corte menor y requerir medicación, un tapón de malla o una transfusión de sangre para detener el sangrado.
Aquí le presentamos los diez principales síntomas de la hemofilia…
1. La falta de síntomas
La hemofilia es a menudo difícil de diagnosticar, y los síntomas generalmente no aparecen hasta que se produce una herida y los vasos sanguíneos se rompen. Si en su historia familiar hay antecedentes de hemofilia, esté alerta a los síntomas de sangrado prolongado tras la primera laceración, procedimientos dentales o cirugías de la niñez.
2. Tendencia a tener hematomas
Quienes padecen hemofilia serán propensos a tener hematomas, los cuales pueden hacerse notar desde la infancia. Por ejemplo, aparte de los hematomas de aporreones y caídas, los niños con hemofilia tendrán moretones muy grandes y muy fácilmente comparables con los de otros niños saludables.
3. Hemorragia interna
Uno de los síntomas más alarmantes de los casos más graves de hemofilia es la hemorragia interna, los cuales pueden ocurrir por golpes leves, por impactos o desgarros en las articulaciones (una enfermedad conocida como hemorragia articular ). Esta hemorragia interna afecta más típicamente las articulaciones de las rodillas, de los codos, de los tobillos y en menor medida las de las caderas y de los hombros.
4. Hormigueo y dolor de articulaciones
El hormigueo y el dolor en las articulaciones pueden convertirse en un problema crónico si ha ocurrido una hemorragia interna (o una hemorragia articular). Los signos principales de una hemorragia articular no tratada serán la irritación de las articulaciones y dolor sordo alrededor de la zona.
5. Rigidez articular crónica
Podrá experimentar rigidez articular alrededor de una articulación debido a un sangrado articular. Sin embargo, los hemofílicos pueden confundir esto con la artritis. El fuerte dolor articular también puede estar acompañado de inflamación y/o de una sensación de calor en las articulaciones de mayor tamaño— como las caderas, las rodillas y los hombros — esas transiciones de tibio a caliente, así como algo de sensibilidad se deben a la inflamación articular.
6. Sangrado espontáneo
La hemorragia espontánea puede ocurrir en pacientes con casos severos de hemofilia. El sangrado no se producirá tras una lesión ni un golpe, sino que surgirá sin motivo alguno, típicamente como una hemorragia nasal. Un hematoma espontáneo también puede afectar a los niños durante su segundo año de vida.
7. Sangre en la orina y en las heces
Si un hemofílico nota rastros de sangre en su orina o heces, una serie de cuestiones pueden estar ocurriendo internamente. Por ejemplo, las hemorroides representan un peligro si son laceradas o se puede estar llevando a cabo una hemorragia interna en los intestinos o el estómago.
8. Hemorragia sin explicación
Otras formas de hemorragia sin explicación pueden plantear peligros a los hemofílicos si el sangrado es invisible. Por ejemplo, tanto las laceraciones como el sangrado de las encías pueden continuar durante días si no se las trata.
9. Dolor de cabeza
Los hemofílicos que han sufrido un golpe en la cabeza deben ser cautelosos con los dolores de cabeza, ya que podría indicar una hemorragia intracraneal (sangrado en el interior del cráneo). Esta ocurrencia común afecta a aproximadamente 1 en 30 hemofílicos en algún momento durante su vida. Un dolor de cabeza continuo se debe considerar como una emergencia médica después de cualquier traumatismo en la cabeza.
10. Pérdida de la coordinación
Además de los dolores de cabeza, la hemorragia interna en el cráneo de un hemofílico podría causar una falta total de coordinación — compuesto de mareos, pérdida del equilibrio, trastornos del habla, visión deteriorada y anormalidades del músculo facial similar a un accidente cerebrovascular.