Todos y cada uno de nosotros sufrimos un pequeño tirón en el corazón cuando los días de verano en la playa y los juegos de otoño entre las hojas dan paso a un invierno helado, gris y frío. Sin embargo, para alrededor del 2 por ciento de la población, el cambio repentino de la estación en realidad puede causar un tipo de depresión, conocida como trastorno afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés), que empeora con la exposición limitada a la luz del día a fines del otoño y el invierno, y desaparece cuando la primavera comienza de nuevo.
El trastorno afectivo estacional varía entre las personas afectadas, sin embargo, estos 10 signos comunes, y a menudo abrumadores, suelen existir y sugieren que usted o alguien a quien ama podría necesitar ayuda profesional para controlar los síntomas del SAD…
Fatiga incapacitante
Una falta de energía repentina y agotadora sin razón aparente puede ser su primera indicación de que algo anda mal. Las personas que sufren de SAD generalmente describen sentimientos de fatiga mental y física, así como una sensación de peso en todo el cuerpo que hace que las actividades y tareas que de otro modo serían fáciles sean completamente agotadoras.
Retiro de la vida
Otro síntoma común de SAD es la auto alienación de las actividades sociales, los pasatiempos y las personas que han sido una gran parte de la vida social del individuo. Esto puede incluir una pérdida de interés en las actividades diarias y pasatiempos favoritos, o una falta de interés en el sexo o en mantener la higiene personal.
Falta de concentración
Los problemas de memoria y concentración también pueden indicar SAD. Muchos describen esta falta de concentración como dificultades para recordar citas o la incapacidad más grave para tomar decisiones simples y rutinarias (es decir, qué ponerse o comer).
Dificultades para dormir
Los cambios repentinos en los patrones de sueño, que pueden variar desde dormir todo el tiempo (hipersomnia) hasta no dormir nada (insomnio), a menudo indicarán un problema si la salud es buena. Puede notar que se despierta con frecuencia durante la noche o se despierta exhausto a pesar de haber dormido 8 horas.
Desanimado y desinflado
Una persona feliz y despreocupada puede experimentar tristeza severa, por ejemplo, sentimientos de auto-desprecio, inutilidad, desesperanza y una perspectiva miserable de la vida.
Dolor articular y muscular
Cuello, espalda, rodillas, caderas, hombros, dolores de cabeza y malestar estomacal: todo duele de repente sin razón aparente para algunas personas que padecen SAD. El malestar comienza con molestias y dolores sordos en todo el cuerpo.
Irritabilidad
Muchos enfermos de SAD se quejan de estar en una montaña rusa emocional en la que un minuto están llorando y al minuto siguiente están sobre pasados por la ira. En una escala menos severa, también puede sentirse agitado e inquieto, pero no entender por qué o qué hacer para calmar esta irritabilidad.
Peso y Apetito
Otra gran señal de que algo no está bien para las personas que experimentan SAD son las fluctuaciones en el peso y el apetito. Puede experimentar una pérdida o un aumento de peso repentino y significativo en cuestión de unas pocas semanas, y puede perder todo interés en la comida o usar la comida como una forma de consolar sus emociones.
Ansiedad
La ansiedad que se propaga a través de las personas que padecen SAD puede variar desde una leve inquietud hasta una forma grave de estrés y nerviosismo que puede convertirse en una incapacidad total para hacer frente a la vida sin ayuda profesional.
Temeridad
SAD puede deshabilitar a algunas personas, sin embargo, para otras puede causar un comportamiento arriesgado en personas que de otro modo serían cautelosas. Esto a menudo se describe como una forma de escape y puede resultar en un comportamiento sexual compulsivo, juegos de azar, abuso de sustancias o búsqueda de emociones.
