Los padres primerizos tienen el lujo (aunque en ese momento no lo sepan) de planear y preparar, concentrarse y hacer todas las cosas para uno. El primer hijo, lo noten o no, recibe atención de primera y papá y mamá hacen lo imposible para darle todo lo que necesita. Es bastante emocionante y estresante a la vez darle la bienvenida a un nuevo bebé a su vida, a su hogar y a su agenda.
Luego llega el bebé número dos y todo lo que estaba bajo su control (ropa, baños, horarios) con su primer niño se vuelve un caos. Ahora debe adaptarse a tener dos niños. Bajo ningún punto de vista es imposible, pero la situación es diferente a lo que fue la primera vez. El estilo de vida que tenía con su primer hijo puede cambiar, al igual que sus métodos de paternidad. Echémosles un vistazo a algunas de las diferencias que probablemente vea cuando pase a ser padre de dos…
1. No hay más “duermo mientras el bebé duerme”
Según cuál sea la diferencia de edad entre los dos niños, lo más lógico es que el primero sea más activo que el recién nacido. Por más que le hayan aconsejado la primera vez que “durmiera mientras el bebé duerme,” y descansara lo máximo posible, es casi imposible cuando tiene dos criaturas a su cargo.
La hora de la siesta puede ser una bendición, pero no espere que ambos se adapten a la misma agenda de descanso de inmediato. Y, mientras ambos estén durmiendo, necesitará aprovechar ese tiempo para ponerse al día con los quehaceres hogareños, la rutina de actividad física y la cocina antes de que dormir vuelva a ser una prioridad. No se angustie, sacará energía de donde no haya, y las nuevas rutinas le devolverán el equilibrio a su mundo más rápido de lo que pensaba.
2. No hay baby shower
Los padres primerizos están repletos de pañales, conjuntos de ropa, ropa de cama, muebles, asientos para el auto y comida casera que resultan muy útiles en la transición. ¿Y los que son padres por segunda vez? Con seguridad, están a la deriva. No quiere decir que las personas no se preocupen por sus otros hijos, pero lo cierto es que no son tan celebrados como el primero.
Trate de mantenerse positivo acerca de todas las cosas con las que fue bendecido en la primera vuelta y reutilice todo lo que pueda con su segundo bebé. Muchas cosas pueden heredarse entre hermanos, ¡y no tiene nada de malo hacerlo!
3. El primer hijo define los horarios
Al recibir a un recién nacido en un hogar donde ya hay otro hijo, no dispondrá de mucho tiempo para diseñar dos horarios diferentes para cada uno. Como no querrá alterar demasiado la rutina del primero, el segundo niño tendrá que ajustarse, lo que le permitirá acostumbrarse a tener un hermano.
Esto, en realidad, esto es extremadamente positivo. A medida que pase el tiempo, notará que el segundo niño se adapta con muchísima rapidez a la rutina del primero, y comenzará a notar que regresa el equilibrio a su día a día. Tener una rutina es clave.
4. Se volverá un poco más flexible
Saltearse la hora del baño, comer sobre la marcha y dejarle puesta la remera manchada una hora más son parte de acostumbrarse a tener dos niños. No es que se preocupará menos, pero se habrá ajustado a sus propias expectativas en términos de perfección.
Esto tendrá un impacto súper positivo en sus hijos. Aprender a dejar pasar ciertas cosas y dejar que todo fluya son excelentes lecciones de vida para adquirir a cualquier edad.
5. Dirá que no muchas más veces
Al focalizar su atención en un solo niño, es fácil decir que sí a muchas cosas. Ahora que tiene dos, y por más que quiera que su recién nacido tenga todo lo que quiere cuanto antes, verá que muchas veces tendrá que decir “no,” “quizás más adelante” o el famoso “aguarda un minuto”.
Sólo recuerde que no está menospreciando a su hijo al decirle que no a ciertas cosas. Esto, de vuelta, es útil para su desarrollo como ser humano decente, para aprender a lidiar con la decepción.
6. Volverá a sus viejos “jamás haría tal cosa”
Oh, recuerdo haber dicho alguna vez “jamás me pondré una epidural” y apenas aguanté dos centímetros de dilatación hasta que le rogué a la enfermera que me la pusiera. También recuerdo haber dicho “dormir con los hijos es peligroso, no voy a hacerlo” y un tiempo después mi bebé durmió conmigo hasta que cumplió siete meses.
Seguramente va a cambiar sus opiniones, sus métodos y sus expectativas; todas van a evolucionar. Repito, no es algo malo. En realidad, ¡es súper positivo! Admitir que fue demasiado ingenua al esperar ciertas cosas de usted misma, equivocarse y adaptarse no son errores. Es madurar. Haga lo que le resulte más apropiado para su familia y no se preocupe por retractarse de las cosas que alguna vez dijo.
7. Tomará menos fotografías
Con un solo bebé, notará que toma fotos cada semana y cada mes para ver cómo crece su pequeñito. Le pondrá atuendos acordes a la ocasión y hará 100 fotografías y videos la primera vez que se siente o que dé la vuelta. ¡Es tan tierno y abrumador a la vez que no se podrá resistir!
Cuando otro bebé llega a su hogar, no es que sea menos tierno o emocionante cuando hace ciertas cosas por primera vez, o cuando crece semana a semana. El problema es que ahora debe dividir su atención en dos. Es mucho más difícil hacer sesiones de fotos semanales cuando tiene otro hijo que necesita ayuda para ir al baño o debe comer un bocadillo cada 15 minutos. Así es la vida, ¡no se sienta mal! Se reirá del mismo hecho de que tomó tantas fotos la primera vez, en lugar de sentirse mal por no haber tomado muchas la segunda.