Los malos hábitos son comunes en la vida de los seres humanos. Lo peor de todo es que, sin darnos cuenta, pueden sabotear nuestros esfuerzos por bajar de peso. Como el primer paso para superar un problema es reconocerlo, hemos elaborado una lista de malas costumbres que lo ayudarán a entender por qué no puede deshacerse de esos kilitos de más.
1. No desayunar
Según un grupo de investigadores de la prestigiosa universidad británica del Imperial College de Londres, Inglaterra, saltear el desayuno es un error común que muchos cometemos.
Los resultados del estudio fueron presentados en el encuentro anual nº 91 de la Endocrine Society, que se llevó a cabo en Washington D.C., y han demostrado que aquellos que no realizan la primera comida del día, activan el “sistema de recompensa” del cerebro y fomentan los antojos de alimentos hipercalóricos a lo largo de la jornada.
2. Hacer compras cuando tiene hambre
Muchos de nosotros caemos en esta trampa con muchísima facilidad. El hambre y las visitas al supermercado son muy mala combinación. Debe saber que las estanterías están llenas de productos hipercalóricos y grasos que, a simple vista, nos parecen tentadores. Procure comer algún bocadillo saludable antes de ir a su tienda de comestibles preferida y evite cargar su canasta de compras con comida chatarra como papas fritas y barras de chocolate.
3. Beber sin preocuparse por las calorías
Puede que siga una dieta rica en carnes magras, frutas y vegetales frescos y lácteos descremados y aún así no pare de subir de peso. Lamento decirle que el problema está en las bebidas.
Un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores del Centro de Control de Enfermedades reveló que los estadounidenses obtienen gran parte de sus calorías— entre 140 y 200 adicionales al día— de los líquidos que consumen; bebidas alcohólicas, gaseosas, cafés con azúcar, batidos, vinos, todo suma. Recuerde, ¡el agua mineral es su mejor aliada!
4. No medir el tamaño de las porciones
Según una investigación llevada a cabo por la American Heart Association, vivimos en una época en la que las porciones son enormes. Muchos restaurantes ofrecen menús abundantes que, si bien son muy convenientes para su bolsillo, son un verdadero boicot para sus esfuerzos por bajar de peso.
La American Heart Association estima que, hoy en día, el estadounidense promedio consume 300 calorías más que en 1985. De hecho, el doctor Brian Wansink, autor del libro Mindless Eating, señaló que un balde grande de palomitas de maíz aporta un 44% más de calorías que la medida tradicional.
5. No dormir bien
La falta de sueño y el apetito son dos factores íntimamente relacionados. Según diversas investigaciones publicadas por los National Institutes of Health (NIH), una noche de descanso interrumpida viene acompañada de importantes cambios fisiológicos durante el día — la producción de cortisol y de ghrelina se incrementan y se desequilibra el metabolismo de glucosa.
6. Subestimar el uso de aderezos
Este es un caso parecido al de las bebidas, que mencionamos un par de diapositivas atrás. Agregarle salsa ranchera, mayonesa, manteca o cualquier otro aderezo a su sándwich puede duplicar el total de calorías que ingiere.
Es por eso que debe prestarles atención al tipo y a la cantidad de condimentos que utiliza. Busque alternativas más saludables como el aguacate o el aceite de oliva virgen. No se preocupe, una salsa reducida en grasas no le quitará sabor a su burrito. Ni siquiera tiene por qué escatimar con el queso o con la crema.
7. Comer como complemento de su rutina de ocio
Es probable que alguna vez en su vida haya tenido un “coma alimenticio”, ese estado de trance en el que entramos después de un gran festín. Bien, tenga cuidado con otro fenómeno conocido como la “amnesia alimenticia”, que hace referencia a comer sin límites.
Según un grupo de investigaciones llevadas a cabo por la Universidad Cornell, estos comportamientos alimenticios están muy vinculados con el ocio improductivo — ver televisión, navegar en internet o jugar videojuegos. En estas situaciones, es fácil perder la noción del tamaño de las porciones y, en cuestión de minutos, ¡puede devorarse una bolsa completa de papas fritas!