No hay nada peor que sufrir de una enfermedad cardiaca. Los signos más visibles de las mismas son los infartos, una complicación grave que puede ocurrir sin previo aviso y tener consecuencias mortales.
Por este motivo, es esencial aprender a reconocer los síntomas iniciales. Sin embargo, también es crucial saber que este problema impacta de manera distinta en hombres y mujeres. En términos simples, cada sexo presenta factores de riesgo particulares que detallaremos a continuación…
1. Edad
La American Heart Association asegura que los riesgos de padecer un infarto se incrementan de manera considerable en los hombres después de los 45 años. Esto significa que son más propensos a sufrir infartos a más temprana edad que las mujeres. En cambio, para este último grupo las posibilidades se incrementan después de los 65 años.
Sin dudas los hombres deben comenzar a cuidarse después de alcanzar la mediana edad. De hecho, un equipo de investigadores de Harvard ha descubierto que un estadounidense de 50 años de edad tiene un 50% de posibilidades de padecer una enfermedad cardiaca en algún momento de su vida.
2. Ansiedad
Muchas mujeres cometen el error de confundir un posible infarto con un ataque de ansiedad y este tipo de equivocaciones puede costarle la vida. Hace muy poco, un grupo de investigadores ha demostrado que las mujeres de menos de 55 años son siete veces más propensas que los hombres a recibir diagnósticos inapropiados al experimentar un pre-infarto. Estas mujeres suelen ser enviadas a casa, ya que los médicos confunden los síntomas de un ataque al corazón con los de un ataque de pánico.
Si es mujer, tiene entre 50 y 60 años y en su familia hay antecedentes de enfermedades cardiacas, no debería pasar por alto este tipo de advertencias. Insístale a su médico que le realice las pruebas correspondientes para descartar un ataque al corazón antes de ser enviada a casa.
3. Mareos
Tanto en hombres como en mujeres, los mareos suelen significar que un infarto está a punto de ocurrir. El problema surge porque el corazón comienza a latir de forma inusual (es decir, demasiado rápido o muy despacio) y evita que la sangre llegue en proporciones necesarias al cerebro. El ritmo cardiaco y el flujo sanguíneo al cerebro pueden ser afectados por bloqueos en el torrente sanguíneo, algo muy común en las enfermedades cardiacas.
Como resultado, aparecen los mareos y la pérdida repentina del conocimiento. Si es hombre o mujer y tiene antecedentes de problemas de corazón en su familia, contáctese de inmediato con su médico de confianza apenas comience a sentirse aturdido o mareado.
4. Sudor frío
La sudoración inexplicable y repentina— en especial los sudores fríos—pueden ser un indicador de que está teniendo un infarto. El problema afecta tanto a hombres como mujeres, pero se da mayormente entre los primeros.
La buena noticia es que la transpiración excesiva le permite identificar el infarto antes de que ocurra y le da más tiempo para buscar ayuda profesional. De hecho, una investigación ha demostrado que este síntoma es mucho más prevalente que el dolor de pecho en los ataques al corazón. Lo curioso es que los expertos no han logrado descubrir el origen del síntoma.
5. Dolor en la zona superior de la espalda
Una de las molestias más comunes durante un infarto en las mujeres es el dolor en la región superior de la espalda. Este síntoma se da con más frecuencia en este grupo y no debería ser pasado por alto.
“Si bien durante un infarto muchos individuos sienten como si un elefante se les hubiera sentado encima, las mujeres pueden no sentir dicha presión,” afirma la Dra. Nieca Goldberg, directora del Centro de Salud para Mujeres Joan H. Tisch del Centro Médico Langone en la Universidad de Nueva York. “En cambio, este grupo suele tener dificultades para respirar, presión o dolor en la parte baja del pecho o en la región superior del abdomen, mareos, desmayos, presión en la zona superior de la espalda y fatiga extrema.”
6. Dolor de pecho
Dolor de pecho: el síntoma típico del infarto. Tanto hombres como mujeres lo experimentan, aunque es mucho más común entre los primeros. De hecho, algunos pacientes de sexo masculino reportan haber sentido como si un animal enorme — como un elefante— les hubiera pisado el pecho.
En las mujeres, los signos de advertencia más comunes son los problemas para respirar, las náuseas y los vómitos y hasta dolor en la espalda o en la mandíbula. Por supuesto, cualquier persona que tenga antecedentes de enfermedades cardiacas debería llamar al 911 de inmediato si siente un dolor agudo y repentino en el pecho.
7. Dolor de mandíbula
Muchas mujeres que han sufrido infartos afirman que el dolor de mandíbula es uno de los primeros signos de advertencia. Esto suele darse más en mujeres que en hombres y puede suceder de forma gradual o repentina. De cualquier manera, no debería pasarlo por alto, en especial si tiene antecedentes de enfermedades cardiacas.
¿Cómo puede saber si el dolor de mandíbula está vinculado con los infartos? Los expertos de WebMD aseguran que el dolor debe ser lo suficientemente agudo como para despertarlo en medio de la noche o como para afectar su rutina durante el día.
8. Indigestión y dolor de estómago
Como la indigestión y el dolor de estómago son tan comunes entre los estadounidenses de edad adulta, nadie suele vincularlos con un infarto. De todos modos, cualquier persona con antecedentes de enfermedades cardiacas debería tomarse con seriedad cualquier cuadro inexplicable de indigestión o dolor abdominal.
Tanto hombres como mujeres suelen experimentar este tipo de síntomas en las primeras etapas del infarto. El secreto está en buscar otros síntomas adicionales, como el dolor de pecho o los mareos en hombres y el dolor de mandíbula o en la región superior de la espalda en las mujeres.
9. Fatiga
Muchas mujeres que han experimentado infartos graves aseguran haberse sentido cada vez más cansadas a medida que la situación empeoraba. La clave es llevar un registro de su rutina reciente. Por ejemplo, si ha estado muy ocupada últimamente, sentirse un poco fatigada es algo completamente normal.
Sin embargo, si estuvo sentada un largo rato y no ha hecho grandes esfuerzos, el cansancio extremo puede estar vinculado con complicaciones cardiacas. Es por eso que, si de repente siente que apenas puede caminar por su casa, contacte con su médico de confianza cuanto antes.
10. Dificultades para respirar
Muchas mujeres que han sufrido ataques al corazón recuerdan haber tenido dificultades para respirar justo antes de que el problema se hiciera evidente. Este síntoma puede surgir sin previo aviso y permanecer durante un tiempo considerable.
Por lo general, las molestias al respirar vienen acompañadas de dolores agudos en el pecho. Si cualquiera de estos signos— u otros como mareos, dolor en la mandíbula o sudoración excesiva— surgen de repente y sin explicación obvia, busque ayuda profesional de inmediato.