El cáncer es una enfermedad aterradora y extremadamente compleja. Incluso si se lo detecta a tiempo y las posibilidades de supervivencia son muy altas, hay quienes vuelven a desarrollarlo y, por desgracia, no siempre logran ganar la batalla. Con ayuda de expertos, ha sido posible identificar algunas de las causas más comunes vinculadas con este mal. Algunas son obvias y previsibles mientras que otras están más asociadas con la genética de las personas. No obstante, para elevar la tasa de supervivencia es importante contemplar ciertos tratamientos y cuidados médicos.
A continuación, le presentamos una lista con 8 consejos que pueden ayudarlo a evitar la aparición de diversas formas de cáncer.
1. Exposición solar
El daño provocado por los rayos ultravioleta (UV) que irradia el sol ha sido el foco de atención de muchos expertos. Según la Fundación de Cáncer de Piel, los rayos UV son agentes carcinógenos que, en exceso, pueden provocar cáncer de piel como resultado de mutaciones genéticas asociadas con la exposición excesiva a estos rayos dañinos. Existen diversos tipos de cáncer de piel, aunque el más peligroso y, en algunos casos mortal, es el melanoma. Esta es la razón principal por la que los médicos no aprueban el uso de camas solares e incluso en un país hasta las han prohibido (pista: se trata de Australia).
Si bien la mayoría de las personas se traslada a destinos cálidos y soleados para lograr entrar en contacto con estos rayos, no hace falta que haga calor para dañar su piel y, en consecuencia, elevar los riesgos de padecer la enfermedad. Un día fresco y nublado sigue siendo una amenaza, por lo que no debería limitar el uso del bloqueador o protector solar en las caminatas por la playa. Siempre vemos cómo los adultos llenan de cremas protectoras a sus niños; no obstante, es importante aclarar que los adultos deben contemplar los mismos cuidados.
2. Configuración genética
Sí, muchas personas están en riesgo de desarrollar cáncer debido a su configuración genética o ADN. Más específicamente, ciertas mutaciones genéticas se traspasan de generación en generación aunque es algo que puede prevenirse y controlarse. La Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer asegura que la enfermedad sólo aparece como consecuencia de la presencia de más de una mutación en el ADN. Sin embargo, las personas que heredan genes defectuosos, de alguna manera, están en desventaja.
El cáncer de mama es el principal ejemplo de traspaso de genes defectuosos. Existen pruebas para comprobar si tiene o no estos genes, que se cree son los causantes del 5 al 10% de los casos de cáncer en la zona de las mamas. Por lo general, esta manifestación de la enfermedad suele detectarse a tiempo y las posibilidades de supervivencia son altas.
3. Tabaquismo
Ninguna lista de causantes de cáncer estaría completa sin mencionar el tabaquismo. Cada año, la adicción a los cigarrillos mata a una abrumadora cantidad de personas que desarrolla cáncer de pulmón, de esófago, de boca, de garganta y de estómago. Más y más ciudades están a favor de la prohibición del consumo de cigarrillos dentro de establecimientos públicos, terrazas y vehículos, ya que se ha comprobado que los fumadores pasivos están tan en riesgo como quienes poseen el hábito.
Con tanta publicidad negativa a su alrededor y con todos los problemas de salud asociados con esta práctica, se preguntará por qué es considerada legal. La buena noticia es que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) ha realizado un seguimiento del tabaquismo a lo largo de los años desde 1965 y el porcentaje de adultos fumadores se ha reducido en más del 20%. Si tiene dificultades para cortar con este hábito tan dañino, aproveche las herramientas disponibles en Internet, únase a un grupo de apoyo o haga una consulta con su médico de confianza.
4. Hábitos alimenticios y (falta de) actividad física
Ciertas elecciones en cuanto a estilo de vida pueden contribuir con el desarrollo de la enfermedad, como es el caso de los malos hábitos alimenticios así como la falta de actividad física. De hecho, se ha comprobado que determinados productos saludables son capaces de prevenir la aparición de diversos tipos de cáncer.
Cuidar nuestro organismo no sólo nos ayuda a estar sanos sino que mantiene alejados algunos problemas severos como la obesidad, las enfermedades cardiacas y la diabetes, entre otros. De la misma manera, seguir una rutina de ejercicio juega un papel muy importante en el bienestar general. Estar activo evita, entre otras cosas, los cambios hormonales y el mal funcionamiento del sistema inmunológico. Sólo tenemos un cuerpo, ¡cuidémoslo!
5. Exposición al asbesto (amianto)
Puede que el mesotelioma maligno que resulta de la exposición al asbesto sea poco común en estos días, pero tampoco es algo imposible. Muchas personas han sufrido complicaciones de salud por culpa de estos minerales. Con los años se ha reducido el uso de estos componentes en la construcción, pero puede entrar en contacto con ellos en edificios viejos, por ejemplo. Algunos países siguen utilizando materiales con amianto, así que el panorama no es del todo agradable.
Los asbestos son pequeñas fibras conjuntas que, al inhalarse, pueden dañar gravemente los pulmones. Asimismo, es posible ingerirlos a través de agua contaminada que circula por las cañerías. Además de las complicaciones de salud ya mencionadas, estas partículas han demostrado elevar los riesgos de desarrollar cáncer de laringe y de ovarios. Es importante que aquellos individuos que trabajen en el área de la construcción contemplen los cuidados correspondientes a la hora de manipular materiales para no tener que pagar las consecuencias después.
6. Consumo excesivo de alcohol
Las consecuencias del consumo excesivo de alcohol han sido las protagonistas de innumerables estudios científicos. Algunos expertos consideran que un vaso de vino al día es bueno para la salud, mientras que otros aseguran que el impacto de las bebidas alcohólicas en el organismo es tan dañino que deberían evitarse por completo. Independientemente de estas posturas opuestas, todos están de acuerdo con que la ingesta excesiva de alcohol contribuye con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, de cáncer y hasta de afecciones mentales. Cabe mencionar que el alcoholismo interfiere en la vida personal y profesional de los pacientes y puede ser devastador.
En cuanto al cáncer, los tipos más comunes asociados con las bebidas que contienen etanol son el de hígado, el de colon, el de garganta y el de mama (los riesgos de padecerlo se elevan aproximadamente un 10%). Es importante notar que beber grandes cantidades de alcohol no es lo mismo que ser adicto. Muchos individuos consumen alrededor de diez tragos a la semana y no se los considera alcohólicos o dependientes de la bebida. No obstante, sí es un hecho que existen efectos a corto y largo plazo, por lo que la clave está en beber con moderación.
7. Edad
Es cierto que a medida que envejecemos las probabilidades de desarrollar esta enfermedad se incrementan. Según la Clínica Mayo, la afección tarda años en manifestarse, por lo que es muy común que las personas mayores de 65 años la padezcan. Las células sanas no pasan a ser cancerosas de un día para el otro; los cambios en el organismo pueden suceder a lo largo del tiempo sin que el individuo lo note. Algunas veces este proceso sucede de manera natural y otras tantas ocurre debido a la exposición a agentes carcinógenos como cigarrillos o partículas presentes en el ambiente.
Nadie puede prevenir completamente la enfermedad pero existen ciertas medidas que pueden ayudar a reducir los riesgos. Es imposible impedir que el organismo envejezca aunque una buena alimentación acompañada de rutinas de ejercicio variadas y de exposición limitada a agentes carcinógenos marcan una diferencia importante en la lucha contra el cáncer. Las decisiones que tome durante su juventud, ya sean buenas o malas, se reflejarán en el futuro. Así que, ¡cuídese, que la vida es una sola!
8. Enfermedades que afectan el sistema inmunológico
El sistema inmunológico es la barrera natural que le permite a su organismo defenderse de todo tipo de infecciones y enfermedades. Aquellos con inmunodeficiencias son vulnerables al ataque de las células dañinas. El cáncer también puede surgir a raíz de otras afecciones subyacentes, lo que complica muchísimo más la situación del paciente.
Según la Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer, ciertos virus como las hepatitis B y C, el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), el Virus del Papiloma Humano (VPH), el Virus del Herpes Simple (VHS) y el Virus del Herpes Humano 8 (VHH-8) deterioran la resistencia inmunológica del organismo y están vinculadas con la aparición de cáncer a corto o largo plazo. Es probable que en el futuro esta lista se extienda aunque por el momento no se dispone de pruebas científicas suficientes.