El 13 de febrero cumplí los MARAVILLOSOS 40. Puede que sea mi impresión pero siento que mi cuerpo ya no reacciona como antes a una noche de copas como cuando tenía 20 o 30 años. En mi época universitaria, podía pasar de largo y beber toda la noche, volver a casa a escribir un ensayo de 20 páginas, dormir en el suelo de la casa de alguna amiga y despertarme a las 8 a.m. para ir a clase— ¡sin problemas! Sin embargo, ahora por las mañanas hasta me cuestiono haber bebido una par de copas de vino con la cena.
¿Me parece a mí o mi cuerpo tolera menos el consumo excesivo de alcohol a medida que pasan los años? Veamos qué opinan los expertos sobre el impacto del alcohol, los cócteles, el metabolismo y las resacas con el paso de los años…
1. La mañana siguiente
Una investigación llevada a cabo por el Instituto Nacional contra el Abuso de Sustancias Alcohólicas y el Alcoholismo (NIAAA, por sus siglas en inglés) nos revela la verdad sobre las molestias asociadas con el consumo de alcohol. Con la edad, los distintos sistemas del organismo se ralentizan. Esto significa que el hígado produce menos antioxidantes y el metabolismo deja de ser tan eficiente como cuando teníamos 20 años.
Además, si subió de peso desde ese entonces, necesitará más alcohol para sentirse alegre o enfiestado. Beber de más una vez que el organismo se ha vuelto menos eficiente (en especial el hígado y el metabolismo), hace que nos cueste el doble recuperarnos de la resaca.
2. La deshidratación
Todos sabemos que beber una bebida deportiva (con electrolitos) o un enorme vaso de agua es obligatorio después de haberse acostado con un par de copas encima…si es que recuerda lo que pasó. Sin embargo, si se salta la fase de hidratación, lo más probable es que se sienta mal la mañana siguiente sin importar qué edad tenga.
Por supuesto, la deshidratación provocada por el consumo excesivo de alcohol empeora a medida que envejecemos. Es por eso que los cientificos del Departamento de Dolor y Migrañas del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares recomiendan que se limite a beber una sola copa por hora (para que el organismo pueda metabolizar completamente el alcohol) y afirman que lo ideal es beber un vaso de agua después de cada vaso de vino o cerveza.
3. Metabolismo del alcohol y edad
Volvamos a la época de la universidad…mientras su hígado fuese capaz de metabolizar correctamente el alcohol, no había nada de qué preocuparse, bromea la Dra. Constance Scharff, directora del área de investigación sobre adicciones en un centro de rehabilitación para el consumo de drogas y alcohol en Cliffside, Malibú, California.
A medida que envejecemos, nuestro hígado y nuestro metabolismo se ralentizan de forma natural por diversos factores (alimentación, nivel de actividad física, genética, etc.). Es por eso que nos cuesta tanto eliminar todo rastro de una noche de bebidas del cuerpo y, en parte, esto explica por qué las resacas duran más.
4. Alcohol y aumento de peso
El paso del tiempo es inevitable. Sin embargo, subir de peso no es una garantía para nadie. Si ha ganado algunos kilitos desde sus días en la universidad y ya está pisando los 30, seguro notará cómo su actitud con la bebida ha cambiado.
Según el NIAAA, al pesar más es más probable que necesite beber más para notar los efectos del alcohol. Por ejemplo, un estudiante de 65 kg que bebía 3 cervezas, como adulto de 75 kg necesitará 5 o 6 para sentirse alegre. Básicamente, todo tiene que ver con el porcentaje de grasa corporal de cada uno; mientras más alto sea— menor será la proporción de agua en cuerpo, lo que se traduce en un mayor contenido de alcohol en sangre.
5. ¿Desarrollar tolerancia con los años?
Solemos creer que una de las ventajas de envejecer es que desarrollamos mayor tolerancia a la bebida. Según un estudio realizado por los National Institutes of Health, las personas jóvenes experimentan resacas más severas que los adultos de mediana edad.
No obstante, los investigadores del Centro de Estudios sobre el Alcohol y la Adicción de la Universidad Brown no opinan lo mismo. De hecho, aseguran que el metabolismo de los adultos se ralentiza significativamente, lo que los lleva a beber más de lo deseado y a tener resacas asesinas al día siguiente.
6. Enzimas del hígado y resacas
Un informe llevado a cabo en 2010 por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares sobre la ciencia detrás de las resacas asegura que todo tiene que ver con el hígado y con su habilidad para erradicar los rastros de alcohol del organismo.
Piense en su hígado a los 20 años como si fuese un superhéroe con poderes desintoxicantes. Con los años, este produce menos enzimas oxidativas, conocidas como mitocondrias, que ayudan a eliminar las toxinas del alcohol (el acetaldehído y el acetato) del cuerpo a través de la sangre. Al no poder deshacerse de las impurezas, al día siguiente la resaca será mayor.
