Es una sensación bastante aterradora cuando al bañarse siente algo en el seno que antes no estaba. Por supuesto, si detecta un bulto o un extraño cambio en sus senos, debe consultar con su médico lo más pronto posible. Sin embargo, no piense ni asuma lo peor. Ese bulto, textura extraña o enrojecimiento alrededor de su pezón no es automáticamente un cáncer de mama.
En realidad, puede tratarse de una de estas 8 enfermedades relacionadas con tumores mamarios no cancerosas (o benignas)…
1. Fibrosis
La fibrosis genera cambios en el seno a causa de las hormonas, como la menopausia o un período menstrual. La fibrosis crea áreas anormales firmes entre los tejidos conectivos en sus senos, lo cual causa blandura, secreción del pezón, sensibilidad, dolor, engrosamiento de la piel y nódulos. No entre en pánico, la fibrosis es inofensiva y rara vez requiere cirugía.
2. Quistes de mama
A menudo confundidos con la fibrosis, los quistes de mama son bolsas llenas de líquido que normalmente aparecen, desaparecen y empeoran con los cambios hormonales (es decir, su período). Cuando se detectan, puede notarse una superficie lisa, como una pequeña baya, que se mueve bajo los dedos. Los quistes solo deben ser confirmados por un examen físico, seguido de una ecografía o una mamografía (o ambos) y luego su médico obtendrá fluido del quiste al realizar una biopsia mediante la inserción de una aguja delgada. Los quistes suelen aparecer y desaparecer y aquellos que no causen molestia pueden ser monitoreados regularmente por medio de una mamografía o de un examen de seno.
3. Ectasia ductal
Si nota síntomas como enrojecimiento del seno, una secreción espesa verdosa oscura proveniente de su pezón, acompañada de dolor en las mamas o sensibilidad en el área del pezón, puede que sea un caso de ectasia ductal. Esta enfermedad ataca a las mujeres entre 40 y 50 años de edad y puede dar como resultado pequeños y duros tumores mamarios benignos. Debe realizarse una biopsia ante cualquier enrojecimiento del seno, secreción o dureza para asegurarse de que no haya cáncer presente.
4. Necrosis traumática de grasa
La necrosis de grasa generalmente surge luego de un trauma o de una lesión mamaria. Puede causar un quiste lleno de fluido aceitoso o un nódulo interno si el tejido mamario sana inadecuadamente y provoca tejido cicatricial áspero. También puede causar un bulto de grasa redondo, firme, duro y a menudo indoloro. Una biopsia confirmará la presencia de un quiste de grasa inofensivo así como la presencia de cualquier tejido cicatricial benigno.
5. Mastitis
La mastitis ocurre más comúnmente en las madres lactantes. Esta infección mamaria causa abscesos, enrojecimiento del seno y de la piel que a menudo son calientes y sensibles al tacto. Es de vital importancia que la mastitis sea tratada — tanto para la seguridad de la mamá como para la de su bebé lactante. Si los antibióticos no funcionan, el médico puede utilizar una aguja para drenar el absceso doloroso.
6. Tumores benignos de mama
Los tumores benignos de mama pueden ser lo más aterrador de ubicar en sus senos. Sin embargo, estas son células anormales y no cancerosas que forman un tumor sólido. También puede sentir blandura y algo de dolor cuando se pulsa sobre un tumor mamario benigno, pero la mayoría no causa ninguna sensación. Si el tumor es grande puede cambiar el tamaño y la forma de su seno.
7. Papiloma intraductal
Comúnmente, los más dolorosos son los tumores benignos ubicados en el área del pezón. Se forman dentro de los tejidos de los conductos galactóforos. Este papiloma intraductal se compone de una combinación de glándulas, tejido fibroso y vasos sanguíneos. Pueden ser sensibles al tacto e incluso causar una secreción pegajosa, gruesa y sangrienta sin tocarlos. Los más grandes tumores de los conductos galactóforos pueden ser extremadamente dolorosos y su médico puede recomendarle una cirugía para eliminarlos.
8. Adenosis esclerótica
Esta enfermedad provoca pequeños bultos (nódulos) o quistes y forma un tumor mamario benigno más grande y doloroso. La adenosis esclerótica es el resultado de los lóbulos agrandados, o en otras palabras cuando se desarrolla tejido extra dentro de las pequeñas porciones de las glándulas productoras de leche. Estos tumores no cancerosos pueden causar dolor recurrente y molestia que tiende a empeorar durante el ciclo menstrual.