Durante el invierno, abundan las tormentas de nieve, los caminos congelados, las comidas festivas y las fogatas acompañadas de chocolate caliente. No obstante, mientras nos ponemos en modo hibernación, dejamos de preocuparnos por algunos aspectos de nuestra salud (como hacer ejercicio con regularidad, por ejemplo) y nos olvidamos de las rutinas que nos aportan bienestar — como cuidar nuestra piel cuando hace frío. Si bien al llegar noviembre hay menos sol y humedad, no significa que deba cuidarse menos la piel (es decir, no utilizar protector solar, beber poca agua y aplicarse el mismo humectante que usaba durante el verano). Mantenga el brillo en su piel durante el invierno con ayuda de estos ocho consejos…
1. Use protector solar en invierno
Aunque no haya visto el sol en una semana, los rayos ultravioleta siguen estando presentes ahí fuera, por más que el día esté frío, gris y nublado. Afortunadamente, el protector solar con SPF de alrededor de 30 formará una barrera protectora en su rostro, alrededor de sus ojos y boca y en la parte expuesta de su cuello y así evitará que la radiación UV sea absorbida por la piel.
Muchos deciden no ponerse protector en invierno, aunque los rayos UV estén en sus niveles más altos al reflejarse en la superficie nevada y luego en su piel. Utilizar protector solar (o una hidratante con protector) lo ayudará a prevenir líneas de expresión, patas de gallo, arrugas y demás signos de envejecimiento.
2. Baje la temperatura
Ya sé que el invierno es frío y ventoso, especialmente si le pasa como a mí, que mi casa es vieja y las ventanas necesitan ser reparadas con urgencia. Las temperaturas extremadamente bajas hacen que los habitantes de una casa se excedan con la calefacción — y atenten contra su bolsillo y su piel.
Estudios realizados por la Sociedad Americana de Ingenieros en Calefacción, refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE) afirman que las altas temperaturas en su hogar secarán tanto el aire como su piel. Los datos de la ASHRAE también demuestran que la temperatura ideal y saludable es de aproximadamente 20 grados Celsius; si excede dicha temperatura, acabará con la humedad en el aire y en su piel.
3. Evite las duchas de vapor
Estoy de acuerdo; amo relajarme en mi bañera llena de burbujas durante un día frío. No obstante, las duchas demasiado calientes y vaporosas dejarán su piel seca y escamosa. Recuerde, el agua caliente puede ser genial al bañarse pero las altas temperaturas acaban con los aceites naturales que produce la piel.
Si padece alguna enfermedad crónica de la piel o eczema, es importante que el agua esté tibia para evitar un brote. Y para recuperar la humedad, aplíquese siempre una loción corporal hidratante (como manteca de karité, manteca de cacao o gel de aloe) a fines de mantener su piel suave y flexible.
4. Evite rascarse las zonas secas
Sé que es muy tentador querer rascarse la piel cuando está seca y escamosa. Admito que también lo he hecho y hasta incluso me causé infecciones y cicatrices permanentes. No obstante, existen formas más seguras de “rascarse” sin provocar daños en la piel.
En lugar de frotarse, aplique una compresa de algodón limpia y fresca sobre el área afectada. Esto aliviará la picazón y la inflamación. Si su piel no es sensible, puede agregarle unas gotitas de aceite de coco virgen a la compresa. Estos aceites reemplazarán la humedad perdida y repararán las células deterioradas de la piel.
5. Utilice una hidratante especial durante el invierno
Sé que se fundió comprando hidratantes en agosto, pero las pieles de verano y de invierno requieren distintos tipos de tratamiento. Por ejemplo, en verano se necesitan hidratantes livianos y no grasosos para evitar que la piel se ponga grasosa y le salgan puntos negros. En invierno es importante utilizar una hidratante más consistente y cremoso para evitar que la piel se seque.
Desafortunadamente, la piel grasa en invierno puede convertirse rápidamente en piel seca con las bajas temperaturas. Así que mime su piel en invierno con hidratantes de textura más gruesa. Busque aquellos que contengan ácido hialurónico para reponer la humedad perdida.
6. Evite utilizar prendas que irriten la piel
Adoro el sweater acolchonado que mi Nana me tejió la Navidad pasada (¡tiene bastoncitos de caramelo bordados!). No obstante, no podría utilizar mi prenda festiva favorita sin antes tener una capa intermedia entre la tela y mi vulnerable piel invernal.
Cuando el clima se pone frío, seguramente querrá utilizar tejidos más gruesos —sweaters, bufandas, cárdigan y botas. No obstante, muchos materiales (como la lana) por lo general irritan y resecan si están en contacto directo con la piel sensible. Para evitar la inflamación, utilice remeras o camisetas de algodón debajo de los tejidos.
7. Deshágase de los productos a base de alcohol
Los tónicos anti-acné para piel grasosa seguramente hayan estado en su bolso o en su botiquín de belleza durante el verano. No obstante, durante los meses más fríos, los productos que contengan ingredientes más agresivos deshidratarán su piel.
Tenga en cuenta que, en invierno, a su piel ya le falta humedad — debido al aire seco, a las temperaturas bajas, a la calefacción tanto de su casa como del auto y a los niveles bajos de humedad. Si le agrega a todo esto tónicos y demás productos a base de alcohol, básicamente estará acabando con los aceites naturales de la piel. Así que olvídese de estos productos hasta que llegue la primavera.
8. Despídase del sanitizante de manos
Sé que nos viven diciendo que nos lavemos las manos con mayor frecuencia durante el invierno para evitar contagiarnos de las gripes estacionales. Sin embargo, si se lava con agua extremadamente caliente junto con un sanitizante de manos, prepárese para la resequedad y las grietas entre sus dedos.
Para que esas bellas manos que envuelven regalos y cocinan galletitas se mantengan suaves y flexibles, lávese con agua tibia (no caliente) y utilice un jabón hidratante en lugar de un sanitizante de manos. También puede llevar una botella extra de loción para manos en su bolso para aplicársela después de cada lavado.