Sentirse incapaz de recuperar el aliento es algo que casi todo el mundo experimenta en algún momento de su vida, y a menudo es causado por hacer un esfuerzo físico excesivo. Esto se conoce como disnea temporal, también conocida como falta de aire, que se disipa con bastante rapidez.
Sin embargo, no siempre es así, ya que la disnea suele producirse debido a otros problemas de salud. Tanto si se produce de forma repentina (lo que se denomina disnea aguda) como si se experimenta durante un periodo de tiempo prolongado (lo que se conoce como disnea crónica), la disnea no debe despreciarse. A continuación se enumeran ocho posibles razones por las que se experimenta disnea.
Ansiedad (Aguda)
Cuando una persona experimenta ansiedad, la disnea suele producirse como resultado de la hiperventilación. También conocida como “respiración excesiva”, la Clínica Calm dice que la hiperventilación se produce “cuando el cuerpo recibe demasiado oxígeno y expulsa demasiado dióxido de carbono”.
Esta captación excesiva de oxígeno y la liberación excesiva de dióxido de carbono puede hacer que el cuerpo tenga la sensación de que le falta el aire. La hiperventilación se produce con mayor frecuencia por la respiración rápida durante un ataque de ansiedad, o si una persona está pensando activamente en su respiración.
Neumonía (Aguda)
Cuando una persona contrae una neumonía, ya sea bacteriana o viral, las vías respiratorias se inflaman, lo que hace que el pulmón o los pulmones infectados se llenen de mucosidad y otros fluidos.
Esta inflamación y la acumulación de líquidos dificultan la difusión del oxígeno en la sangre, así como el paso del aire por las vías respiratorias del organismo. Según la Clínica Cleveland, esto puede provocar síntomas, como “falta de aire, dificultad para respirar y la sensación de tener más cansancio de lo normal”.
Exposición al Monóxido de Carbono (Aguda)
MedlinePlus define el monóxido de carbono como “una sustancia química producida por la combustión incompleta de gas natural u otros productos que contienen carbono.” Entre las fuentes habituales de monóxido de carbono se encuentran los motores de los autos, ciertos calentadores de agua y los incendios.
Cuando una persona respira monóxido de carbono, éste sustituye al oxígeno en el torrente sanguíneo, lo que hace que el cuerpo se quede sin el oxígeno que necesita para funcionar correctamente. Los problemas respiratorios, como la disnea, la disminución de la respiración o la respiración rápida, son síntomas habituales de la intoxicación por monóxido de carbono.
Insuficiencia Cardíaca (Aguda/Crónica)
La insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón no bombea tanta sangre como necesita el organismo. WebMD explica que, aunque el corazón suele compensar esta situación al principio, ya sea bombeando más rápido o bombeando más sangre en cada latido, los síntomas de la condición empeoran a medida que el corazón tiene que esforzarse cada vez más.
En las primeras fases de la insuficiencia cardíaca, la disnea puede producirse solo cuando el cuerpo ha realizado un esfuerzo físico. Sin embargo, a medida que la insuficiencia se agrava, a menudo se experimenta disnea, incluso en reposo, y a menudo puede convertirse en una preocupación crónica.
Asma (Aguda/Crónica)
Causada por la inflamación de las vías respiratorias, el asma es una de las principales causas de disnea. Según MedlinePlus, durante un ataque de asma “el revestimiento de las vías respiratorias se hincha y los músculos que las rodean se tensan. Esto reduce la cantidad de aire que pasa por las vías respiratorias”, lo que da lugar a la falta de aire (entre otros síntomas).
Aunque en muchos casos el asma sólo es una preocupación a corto plazo, por ejemplo, durante un ataque si se dispone de un inhalador, dependiendo de la gravedad de la condición de una persona, la disnea puede persistir durante varias semanas, lo que la convierte en un problema crónico.
EPOC (Crónica)
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es un término utilizado para describir una serie de enfermedades pulmonares, como el enfisema y la bronquitis crónica.
La disnea es el principal síntoma de la EPOC y se produce como consecuencia de un daño en los pulmones, impidiendo su correcto funcionamiento. Además de la falta de aire, los enfermos de EPOC pueden tener tos frecuente, sibilancias u opresión en el pecho.
Obesidad (Crónica)
Recientemente, en 2016, la Organización Mundial de la Salud informó de que el 13% de la población mundial se considera obesa, lo que convierte a la obesidad en una causa creciente de disnea. Dado que las personas con sobrepeso u obesidad cargan con un peso extra en el pecho y el abdomen, los músculos que controlan la respiración se ven gravados, lo que provoca falta de aire.
El peso añadido de la grasa en la pared torácica también deja menos espacio para los pulmones, lo que dificulta su expansión al respirar. Health.com añade que también “presiona el diafragma, restringiendo su movimiento, especialmente al agacharse o acostarse”.
Enfermedad Pulmonar Intersticial (Crónica)
La enfermedad pulmonar intersticial es un término utilizado para describir una amplia variedad de enfermedades, muchas de las cuales provocan la cicatrización del tejido pulmonar. Según la Clínica Mayo, esta cicatrización “acaba afectando a la capacidad de respirar y de hacer llegar suficiente oxígeno al torrente sanguíneo”.
La disnea se considera uno de los principales síntomas de la enfermedad pulmonar intersticial, junto con la tos seca. Aunque la causa de la enfermedad pulmonar intersticial suele ser desconocida, entre los desencadenantes más comunes se encuentran la exposición prolongada a materiales peligrosos (como el amianto) o ciertas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide.