El sarampión es altamente contagioso, por lo que entender cómo actúa el virus y qué puede hacer para proteger tanto su organismo como el de su familia y de quienes lo rodean es importante para mantener la salud a nivel mundial. Como sucede con tantas otras enfermedades, los brotes van y vienen. Si bien, por lo general, no se reportan casos anuales en Norteamérica, durante los últimos meses del año pasado han aparecido numerosos episodios sorpresivos.
La mejor forma de prevenir brotes es estar informado — así que, a continuación, le explicaremos cómo se contagia, cuáles han sido los últimos casos, al igual que los mitos y las verdades acerca de la vacuna preventiva. Conocer estos datos puede ser de gran utilidad a la hora de garantizar el bienestar de los que más quiere.
1. Brote de sarampión en Disneylandia
Hace tiempo que el sarampión dejó de ser noticia en Norteamérica simplemente por la cantidad de personas vacunadas que existe — una vez que la vacuna salió al mercado, los casos disminuyeron drásticamente. Sin embargo, el año pasado la situación tuvo un giro inesperado. Es preocupante enterarse de que han ocurrido brotes en lugares donde ya no es común que algo así suceda. Este es el caso de los parques de Disney en California, los cuales han dado testimonio de lo altamente contagioso que el virus puede llegar a ser y de cómo impacta gravemente sobre los pacientes.
El número de casos confirmados (de aquellos que contrajeron el virus en Disneylandia) continúa en aumento. El foco de contagio se le atribuye a una sola mujer que no se había vacunado. Es sorprendente que tan sólo un caso pueda originar otros 50 — y esto no parece detenerse. Debido a que el lugar es un destino turístico muy concurrido, las personas que lo han visitado llevan consigo la infección de vuelta a sus hogares, lo cual distribuye el virus a lo largo de otros estados.
2. Grupos anti-vacunación
El historial de la enfermedad en Norteamérica revela que los casos recientes son ocasionados por personas que han contraído el virus en el exterior porque, con tantas personas vacunadas en nuestro país, es muy difícil que la enfermedad reaparezca. Si bien es cierto que muchos individuos se enferman durante su estancia en destinos del extranjero, la propagación del sarampión tiene más que ver con el hecho de que haya ciertas comunidades que se nieguen a vacunarse.
Aquellos grupos que prefieren no vacunarse están desparramados a lo largo del país; puede hasta que conozca a alguien con este tipo de pensamientos y opiniones tan particulares. Estas personas son muy vulnerables a padecer cualquier tipo de enfermedad, especialmente las que se trasladan por vía aérea. Aunque a veces no lo note, ciertas decisiones personales pueden afectar gravemente a quienes lo rodean.
3. Las vacunas son seguras
Si hay algo que nos enseñó el último brote es la importancia de vacunarse contra el sarampión, SPR (sarampión, paperas y rubéola). Muchos organismos gubernamentales de salud tanto de Norteamérica como del mundo coinciden en que vacunarse es la mejor forma de prevenir el ataque del virus. Desafortunadamente, el debate acerca de los efectos de la vacuna parece haber pasado a otro nivel. Ambas posturas son sólidas y están bien establecidas.
Muchos no logran comprender totalmente los riesgos de no estar vacunado. No sólo algunos casos de sarampión son mortales — sino que también lo exponen a grandes riesgos. Si no se vacuna puede que quienes lo rodean contraigan la enfermedad y se enfermen gravemente que incluso puedan llegar a morir. Comprender estos riesgos es importante para poder tomar una buena decisión.
4. Casos más comunes desde 2000
Antes de que aparecieran las vacunas, el mundo estaba expuesto a contraer sarampión. La Organización Mundial de la Salud afirma que la enfermedad se expandió en 1980 y fue el causante de 2,6 millones de muertes en el mundo. Por el contrario, sólo 145.000 personas murieron a causa del virus en 2013. Todo esto se lo debemos a la vacunación; la forma más efectiva, simple y accesible de prevenir contagios.
Estados Unidos pudo erradicar el sarampión en el año 2000. No obstante, en 2014 se reportaron 644 casos, la cifra más alta desde la erradicación y, a su vez, un número desalentador en comparación con las décadas previas. Los CDC ya detectaron 121 afectados este año, luego del brote ocurrido a fines del mes de diciembre en Disneylandia, California. Al igual que el brote originado en estos parques temáticos, la mayoría de los casos de contagio más significativos ha sido provocada por los individuos que no se habían vacunado.
5. El sarampión se contagia por vía aérea
A diferencia de muchas enfermedades que suelen contagiarse por medio de fluidos corporales — y son mucho más fáciles de prevenir en países desarrollados — el sarampión es altamente contagioso, ya que se contrae simplemente al respirar. Esta situación pone muy en riesgo a quienes no se han vacunado. Cuando un individuo afectado tose, estornuda o habla, el virus inmediatamente contamina el aire.
Como si esto fuera poco, el virus puede aterrizar en objetos y mantenerse latente allí por mucho tiempo. Según la Clínica Mayo, el virus del sarampión está activo en las superficies por un par de horas por lo que, si un individuo toca un objeto o un área infectados, podrá contagiarse por medio del contacto de sus manos con zonas como los ojos, la boca o la nariz.
6. El sarampión es altamente contagioso
El sarampión puede desencadenar serios problemas de salud y hasta puede provocar la muerte. Una de las razones por las cuales es tan importante vacunarse es la facilidad que tiene el virus para esparcirse. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) aseguran que una persona infectada es capaz de contagiar alrededor del 90% de los no vacunados. Esta aterradora cifra nos da la pauta de que debe hacerse todo lo posible para evitar que el virus no se propague.
El hecho de que el virus se transmita por vía aérea y de que pueda mantenerse activo por unas cuantas horas es lo que lo hace tan peligroso. Y, como si esto fuera poco, muchos de los pacientes infectados no muestran signos de la enfermedad hasta después de 8 ó 10 días de haberla contraído.
7. Los riesgos son menores para quienes se inyecten ambas dosis
Está ampliamente comprobado que la mejor forma de prevenir el avance del virus es inyectarse la vacuna SPR (sarampión, paperas y rubéola) dos veces. La primera dosis se aplica entre los 12 y 15 primeros meses de vida. Los CDC asegura que ésta tiene un 93% de efectividad; si bien es un porcentaje bastante alto, puede incrementarlo aún más con una segunda dosis.
Se recomienda que la segunda dosis sea inyectada lo antes posible; por lo general suele aplicárseles a los niños de entre 4 y 6 años de edad. Tiene un 97% de efectividad y ha logrado disminuir significativamente los casos de contagio en los Estados Unidos. De hecho, los CDC afirman que los casos se han reducido un 99% desde la aparición de las vacunas.
8. Los adultos también están en riesgo
Es muy común escuchar a la gente resaltar la importancia de proteger a los niños del sarampión. Esto puede deberse al hecho de que ambas dosis de la vacuna son aplicadas en los primeros meses y años de vida. Sin embargo, aquellos adultos que contraen el virus pueden sufrir complicaciones de salud mucho más serias que hasta pueden derivar en la muerte. Como hemos mencionado anteriormente, para evitar esta situación es importante estar inmunizado.
La buena noticia es que nunca es tarde para vacunarse, por lo que aquellas personas en edad adulta pueden consultar a sus médicos de confianza al respecto. Algunos individuos con enfermedades subyacentes, particularmente aquellas asociadas con el sistema inmunológico, deberán consultar a un especialista acerca de si es seguro o no inyectarse esta vacuna. En general, cualquiera puede vacunarse a fines de evitar brotes de contagio.
9. Posibles medidas de protección para quienes estén en riesgo
¿Qué sucede con aquellos que no están vacunados y que están expuestos al virus del sarampión?¿Qué se puede hacer para prevenir el contagio? A pesar de que el virus afecta a 9 de 10 individuos no vacunados, existen ciertos cuidados a tener en cuenta.
Una buena forma de prevenir el contagio de la enfermedad es aplicarse la vacuna SPR (sarampión, paperas y rubéola) dentro de los 3 días de exposición a la infección. Otra opción para ciertos grupos de riesgo, como mujeres embarazadas o pacientes inmunodeficientes, es inyectarse una dosis de anticuerpos de sarampión dentro de los 6 días tras haber contraído el virus. Esta última puede minimizar la gravedad de los síntomas en caso de contraer la afección.
10. Los síntomas iniciales del sarampión se parecen a los de un resfriado
Además de ser altamente contagioso, el virus del sarampión no es fácil de detectar al principio. ¿A qué se debe esto? Los signos iniciales generalmente incluyen goteos nasales, fiebre, dolor de garganta y tos, los cuales casi siempre son asociados con los de un resfriado común y corriente.
Estos síntomas típicos pueden durar varios días y muchos pacientes afectados continúan realizando su rutina diaria; siguen yendo a trabajar o llevan a sus niños a la escuela, lo cual hace que la enfermedad se propague con rapidez. Por otro lado, el característico sarpullido suele aparecer después de los síntomas antes mencionados. Desafortunadamente, la etapa más contagiosa de la enfermedad suele ser antes de la aparición de la erupción, lo que hace que muchas personas estén expuestas al virus sin siquiera saberlo.