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Causas Médicas para la Dificultad para Respirar

9 min read

By ActiveBeat Español

La dificultad para respirar o falta de aliento, conocida médicamente como disnea, se refiere a la dificultad para respirar y es una queja común que ven muchos doctores. Su aparición puede ser aguda o crónica. Los diferentes individuos describen la dificultad para respirar de diversas formas. Las descripciones pueden incluir una opresión en el pecho, una sensación de asfixia o un como si un elefante estuviese sentado en su pecho. Muchas causas de dificultad para respirar son inocentes, como el ejercicio extenuante, las grandes altitudes, las temperaturas extremas y el mal acondicionamiento (estar fuera de forma). Con la excepción de los ejemplos anteriores, la dificultad para respirar probablemente representa un problema médico y debe ser evaluada por un doctor.

Aquí hay doce causas de dificultad para respirar …

1. Neumonía

La neumonía representa una infección del pulmón. Los microorganismos como bacterias, virus u hongos pueden ser la causa de la neumonía. Su impacto en los seres humanos puede ser leve o potencialmente mortal. La neumonía tiende a ser más grave en las edades extremas, niños menores de 2 años y adultos mayores de 65. También tiende a ser más devastadora en personas con problemas de salud preexistentes o sistemas inmunológicos debilitados. Las personas que fuman o abusan del alcohol tienen un incremento en el riesgo de desarrollar neumonía.

Los síntomas de la neumonía pueden incluir tos, fiebre, dificultad para respirar, fatiga, dolor de pecho, náuseas, vómitos y diarrea. El diagnóstico de la neumonía se puede realizar con una radiografía de tórax. El agente que lo causa se puede determinar con un análisis de sangre o un análisis de flema. La neumonía puede estar confinada a una parte del pulmón (neumonía lobular) o diseminarse de manera difusa por todo el pulmón (bronconeumonía). Las complicaciones de la neumonía pueden incluir absceso pulmonar, bacterias en la sangre o acumulación de líquido alrededor de los pulmones.

2. Asma

El asma es una enfermedad pulmonar crónica caracterizada por inflamación y estrechamiento intermitente de las vías respiratorias. La inflamación de las vías respiratorias desencadena la producción de exceso de mucosidad. El endurecimiento de los músculos que rodean las vías respiratorias causa el estrechamiento de las vías respiratorias o broncoconstricción. Ambos mecanismos resultan en una disminución en el flujo de aire hacia los pulmones. La gravedad del asma se puede clasificar como intermitente, persistentemente leve, persistentemente moderada o persistentemente grave. Las personas en cualquiera de estas categorías pueden experimentar un brote que pueden ser leve, moderado o grave.

Los síntomas del asma pueden incluir la tos, sibilancias, dificultad para respirar y opresión en el pecho. El diagnóstico de asma se puede establecer mediante pruebas para medir la función pulmonar. Las pruebas se realizan antes y después de recibir un medicamento para abrir las vías respiratorias (broncodilatador). No hay cura para el asma, pero se puede manejar eficazmente con medicamentos. A la mayoría de las personas con asma se les recetan medicamentos para un alivio rápido y medicamentos para el control a largo plazo de sus síntomas.

3. Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o EPOC, es una enfermedad pulmonar progresiva que dificulta la entrada y salida de aire de los pulmones. Que sea progresiva, se refiere a la aparición gradual de síntomas que tienden a empeorar con el tiempo. El tabaquismo es la principal causa de EPOC. La enfermedad comprende dos diagnósticos principales—enfisema y la bronquitis crónica. La mayoría de las personas tienen componentes de ambos diagnósticos, por lo que se utiliza el término general EPOC. Los brotes de EPOC pueden ser ocasionales o frecuentes.

Los síntomas de la EPOC pueden incluir tos con grandes cantidades de mucosidad, opresión en el pecho, dificultad para respirar, sibilancias, fatiga y pérdida de peso. La enfermedad se puede diagnosticar mediante pruebas para medir la función pulmonar, radiografía de tórax y análisis de gases en sangre arterial. No existe cura para la EPOC, pero los síntomas pueden tratarse eficazmente mediante el abandono del hábito de fumar y la medicación. Las personas con enfermedad grave pueden ser candidatas a una cirugía para reducir el volumen pulmonar o un trasplante de pulmón.

4. Cáncer de Pulmón

El cáncer de pulmón representa el crecimiento incontrolado de células anormales en el tejido pulmonar. Es la principal causa de muerte por cáncer en los Estados Unidos. El tabaquismo causa la mayor parte de los cánceres de pulmón. Hay dos tipos principales de cáncer de pulmón: de células no microcítico (CPNM) y de células microcíticas (CPM). La mayor parte del cáncer de pulmón (85 por ciento) es de células pequeñas e incluye adenocarcinoma, carcinoma de células escamosas y carcinoma de células grandes. El adenocarcinoma es la forma más común de cáncer de pulmón.

Los síntomas del cáncer de pulmón pueden incluir la dificultad para respirar, tos persistente, sibilancias, dolor de pecho, ronquera, tos con sangre, dolor de huesos y pérdida de peso. El diagnóstico de cáncer de pulmón se puede realizar mediante estudios por imágenes (radiografía de tórax, tomografía computarizada (CT)) y la obtención de muestras de tejido mediante una broncoscopia (mediante un tubo iluminado que se pasa por la garganta hasta los pulmones). El tratamiento puede incluir una o más opciones que incluyen la cirugía, quimioterapia o radioterapia.

5. Neumotórax

El neumotórax se refiere a la presencia anormal de aire en el espacio entre el pulmón y la pared torácica. La condición provoca el colapso parcial o completo del pulmón. El neumotórax puede ser causado por una lesión en el pecho (contundente o penetrante), rotura de pústulas (ampollas de aire), enfermedad pulmonar o ventilación mecánica (necesitando ayuda para respirar). Las personas que fuman cigarros y las personas diagnosticadas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) tienen un mayor riesgo de desarrollar neumotórax.

Los síntomas del neumotórax pueden incluir la dificultad para respirar, sudoración excesiva y dolor repentino en el pecho. El diagnóstico de la condición se puede realizar con una radiografía de tórax o una tomografía computarizada (CT). El tratamiento puede implicar observación, inserción de un tubo torácico para eliminar el aire o cirugía para sellar la fuga de aire. Las personas diagnosticadas con neumotórax deben evitar viajar en avión o bucear en aguas profundas hasta la resolución completa del episodio. La prevención se puede lograr mediante el abandono del hábito de fumar en los individuos adecuados.

6. Embolia Pulmonar

La embolia pulmonar se define como un coágulo de sangre en los pulmones. El coágulo de sangre causa un bloqueo en una de las arterias pulmonares que irrigan el tejido pulmonar. La causa principal de embolia pulmonar es la trombosis venosa profunda (TVP), que son coágulos de sangre que se desarrollan en la profundidad de las extremidades inferiores. Los factores de riesgo para el desarrollo de TVP y, por lo tanto, de embolia pulmonar incluyen cáncer, cirugía mayor, fracturas de cadera o pierna, obesidad e inmovilidad prolongada.

Los síntomas de la embolia pulmonar pueden incluir la dificultad para respirar, ansiedad, dolor en el pecho, piel pegajosa, tos con sangre e hinchazón en las pantorrillas. La embolia pulmonar puede poner en peligro la vida y se considera una emergencia médica. El diagnóstico de la enfermedad a menudo es difícil y puede incluir una serie de pruebas como sangre, radiografía de tórax, tomografía computarizada (CT) o resonancia magnética y angiograma pulmonar (inyección de un tinte en las arterias de los pulmones). El tratamiento incluye anticoagulantes para prevenir la formación de nuevos coágulos, mientras el cuerpo descompone el coágulo original.

7. Anemia

La anemia se define como una deficiencia de los glóbulos rojos normales en la sangre. El sangrado, la disminución de la producción o el aumento de la destrucción pueden causar la deficiencia de glóbulos rojos. La función de los glóbulos rojos es transportar oxígeno a las células y tejidos del cuerpo. Los efectos de la anemia pueden ser leves o graves y su duración puede ser temporal o prolongada. La anemia por deficiencia de hierro es el tipo más común de anemia.

Los síntomas de la anemia pueden incluir dificultad para respirar, fatiga, mareos, piel pálida y dolor en el pecho. Algunas personas con anemia tienen antojos inusuales de comer hielo, tierra o barro, lo que se denomina pica (alotriofagia). La anemia se puede diagnosticar con análisis de sangre simples. La anemia tiene una variedad de causas que pueden incluir hemorragias, desnutrición, deficiencia de hierro, enfermedad renal y trastornos genéticos. Cada causa tiene su propio tratamiento específico. La anemia es muy tratable, pero puede ser fatal si se deja sin tratamiento.

8. Insuficiencia Cardíaca Congestiva

La insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) se refiere a la incapacidad del corazón para bombear una cantidad suficiente de sangre para apoyar el funcionamiento adecuado del cuerpo. Puede ser aguda (de corta duración) o crónica (de larga duración). La causa más común de ICC es la enfermedad de las arterias coronarias, que es causada por el estrechamiento y endurecimiento de las arterias que suministran sangre al músculo cardíaco. Otras causas pueden ser ataques cardíacos, presión arterial alta, válvulas cardíacas dañadas, enfermedad pulmonar, diabetes y ritmos cardíacos anormales.

Los síntomas de la insuficiencia cardíaca congestiva pueden ser dificultad para respirar, fatiga, hinchazón de las extremidades inferiores, tos, dolor en el pecho, aumento repentino de peso y taquicardia. El diagnóstico se puede realizar con un ecocardiograma, que utiliza ondas sonoras para producir una imagen del corazón. Es una prueba importante y puede revelar información valiosa sobre el corazón, como su tamaño, estado de las válvulas y fracción de eyección (un indicador de la capacidad de bombeo). La ICC se puede tratar adecuadamente con medicamentos y cirugía o dispositivos médicos si es necesario.

9. Trastorno de Ansiedad Generalizada

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es una condición psiquiátrica caracterizada por una ansiedad o preocupación excesiva y continua que interfiere con las actividades de la vida diaria. A menudo se desarrolla gradualmente y los niveles de ansiedad o preocupación pueden fluctuar. El estrés tiende a empeorar el curso de la condición. Nadie conoce realmente la causa del TAG. Los factores de riesgo de TAG pueden ser una personalidad tímida, antecedentes familiares de TAG y ser del sexo femenino.

Los síntomas del TAG pueden ser preocupación excesiva, dificultad para respirar, irritabilidad, fatiga, dificultad para dormir, náuseas, vómitos y diarrea. Un psiquiatra que esté familiarizado con los criterios para el TAG como se describen en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (DSM-5), puede hacer el diagnóstico. La condición puede tratarse adecuadamente con medicamentos contra la ansiedad y psicoterapia.

10. Pleuritis

La pleuritis se define como la inflamación de la pleura, una doble membrana que recubre el interior de la cavidad torácica y rodea los pulmones. También se conoce como pleuritis. Las causas de la pleuritis varían y pueden incluir infecciones, cánceres, insuficiencia cardíaca congestiva, embolia pulmonar, ciertos medicamentos, neumotórax y enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, lupus). Una complicación común es la acumulación de exceso de líquido entre las capas de la pleura, denominada derrame pleural.

El síntoma principal de la pleuritis es un dolor torácico agudo que empeora con la respiración. Otros síntomas pueden incluir dificultad para respirar, tos, fiebre y dolor de hombros o espalda. El diagnóstico es evidente por la presencia de un roce pleural, que suena como frotar papel de lija sobre una superficie, al examinarlo con un estetoscopio. Los derrames pleurales se pueden diagnosticar con una radiografía de tórax, una tomografía computarizada (CT) o una ecografía. El tratamiento de la pleuritis se centra en la causa subyacente.

11. Sarcoidosis

La sarcoidosis se caracteriza por el crecimiento de granulomas, o grupos de células inflamatorias, en varios órganos del cuerpo humano. La enfermedad puede afectar a cualquier órgano, pero con mayor frecuencia afecta a los pulmones. Se desconoce la causa exacta de la sarcoidosis, pero los investigadores creen que puede deberse a que el sistema inmunológico del cuerpo responde a sustancias extrañas. Los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar sarcoidosis incluyen el sexo femenino, la ascendencia afroamericana y los antecedentes familiares de la enfermedad.

Los síntomas de la sarcoidosis pueden incluir tos, dificultad para respirar, sibilancias, fiebre, fatiga, pérdida de peso, dolor en las articulaciones, erupciones cutáneas, dolor en el pecho, convulsiones y pérdida de la visión. La enfermedad puede ser difícil de diagnosticar y puede incluir análisis de sangre, radiografía de tórax, tomografía computarizada (CT) y biopsia (una muestra de tejido) para identificar granulomas. No existe cura para la sarcoidosis. Los casos pueden tratarse de manera eficaz con medicamentos diseñados para reducir la inflamación. Se puede considerar el trasplante en casos de órganos gravemente dañados.

12. Tuberculosis

La tuberculosis (TB) es una enfermedad altamente infecciosa que afecta principalmente a los pulmones. El agente causal es la bacteria Mycobacterium Tuberculosis. La bacteria se transmite de una persona a otra a través de pequeñas gotas (rocío) que se liberan al aire al toser y estornudar. Aunque la tuberculosis afecta principalmente a los pulmones, puede afectar a otros órganos como el cerebro, los riñones o la columna. Los casos de tuberculosis farmacorresistente están aumentando en todo el mundo.

Las personas con TB latente o inactiva no presentan síntomas. Las personas con TB activa pueden experimentar síntomas como fiebre, fatiga, dificultad para respirar, tos con sangre, sudores nocturnos y pérdida de peso. Se puede usar una prueba cutánea simple para determinar si una persona ha estado expuesta a la tuberculosis. Las personas que dan positivo son remitidas a una radiografía de tórax para determinar si tienen TB activa. Las personas con TB latente o inactiva se tratan con un antibiótico durante 9 meses. Las personas con TB activa se tratan con múltiples antibióticos durante 12 meses o más.

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