A pesar del título chistoso, el dolor pélvico no tiene nada de gracioso. De hecho, el dolor crónico en las zonas bajas ha disuadido a las mujeres de usar pantalones ajustados, de tener relaciones sexuales, de tener ganas de orinar o hasta incluso de sentarse.
El dolor pélvico crónico es tan difícil de diagnosticar porque el malestar puede indicar a menudo más de un problema de salud. Sin embargo, ser consciente de los culpables más comunes del dolor pélvico — por ejemplo, quistes y endometriosis — puede aliviar las preocupaciones y ayudar a detectar la causa de este en las etapas tempranas.
1. Enfermedad pélvica inflamatoria
La PID ataca a millones de mujeres estadounidenses cada año. Esta infección de transmisión sexual se contagia durante las relaciones sexuales con una pareja — ya sea infectada con la PID, gonorrea o clamidia. La PID también puede ser contraída después de un parto, un aborto o un procedimiento pélvico si hay bacterias que entran por el cuello uterino y migran hacia el útero, cuello uterino y/o las trompas de falopio. Los casos de PID pueden ser tratados con eficacia si se detecta temprano. Es por esta razón que es importante estar alerta de los síntomas como dolor abdominal, escalofríos, descarga vaginal, frecuencia cardíaca rápida y dolor de espalda.
2. Endometriosis
Aproximadamente 5 millones de mujeres sufren de endometriosis, una enfermedad crónica en la cual las células crecen y se diseminan por fuera del útero y se descomponen dolorosamente cuando el revestimiento del útero se derrama durante el período menstrual. Los síntomas de la endometriosis incluyen dolorosos calambres abdominales, así como dolor en la espalda y las piernas.
3. Síndrome de congestión pélvica
¿Se siente pesada ahí abajo — en el suelo pélvico? Si lo hace, puede ser una desafortunada receptora del síndrome de congestión pélvica, una enfermedad que favorece la formación de venas varicosas en la pelvis, lo cual resulta en un charco de sangre doloroso y en fuerte presión pélvica.
4. Cistitis
La cistitis intersticial afecta a aproximadamente 3 millones de mujeres con síntomas de dolor de la vejiga que a menudo se describen como ardor o un punzante dolor que asoma se manifiesta como la peor infección del tracto urinario — ¡en la tierra! Esta enfermedad es causada cuando la mucina, las células protectoras que protegen la vejiga del ácido, se desgastan y causan así la dolorosa necesidad de orinar hasta 50 veces por día.
5. Vaginosis bacterial
La infección vaginal crónica más común entre las mujeres en edad de procrear es la vaginosis bacterial (o BV), la cual afecta a aproximadamente al 16% de todas las mujeres con síntomas como sensaciones de ardor o picazón alrededor y en exterior de la vagina, así como una descarga sucia, maloliente y grisácea que puede confundirse con una infección por levaduras.
6. Mialgia y tensión en el suelo pélvico
Un parto vaginal intenso puede causar una enfermedad llamada mialgia o tensión del piso pélvico o tensión crónica en los músculos del suelo pélvico. Si eso no la tiene practicando los ejercicios de Kegal (una serie de contracciones y técnicas de relajación para alinear los músculos del suelo pélvico), la sensación de peso, ardor, picazón y dolor en la vagina podrían ameritar una consulta con un profesional.
7. Quistes en los ovarios
Principalmente un tormento para las mujeres en edad fértil, los quistes ováricos son sacos similares a una ampolla, llenos de líquido, que se desarrollan en los ovarios. Son más a menudo inofensivos en su naturaleza y se romperán cada vez que se libere un óvulo durante la ovulación. Los quistes ováricos son a menudo indoloros; sin embargo, durante o después de las relaciones sexuales una mujer puede sentir un dolor sordo, dolores agudos, o sentir presión en la zona abdominal. Aunque los quistes ováricos no presentan peligros, pueden convertirse en poliquistosis ovárica si tienen una naturaleza anormal y las hormonas estrógeno y progesterona siguen estando desequilibradas.
8. Vulvodinia
Si su vagina está deprimida, no se sienta sola. Más de 6 millones de mujeres sufren un triste vag-jay-jay — alias vulvodinia — o dolor vulvar crónico. Una enfermedad que es estimulada por una serie de infecciones sexuales, por levadura o por una experiencia de parto difícil; la vulvodinia resulta en un persistente y ardiente dolor en la entrada vaginal, en los muslos y en las nalgas.