Después de un ataque, a menudo es difícil encontrar la causa. Después de todo, las convulsiones son bastante impredecibles y pueden ser desencadenadas por múltiples factores incontrolables. Sin embargo, si puedes hallar un factor común, podrás ser capaz de evitarlo y controlar la cantidad y seriedad de las convulsiones.
Aquí hay siete factores desencadenantes comunes de los ataques…
1. No tomar los medicamentos
Sea intencionada o desintoncionadamente, no tomar o cambiar los medicamentos puede ser un desencadenante de graves convulsiones. Es decir, añadir un nuevo medicamento o dejar de tomar un suplemento, puede desencadenar convulsiones y debe realizarse bajo la supervisión estricta y gradual de un médico.
2. Privación del sueño
Tus ciclos de sueño también pueden influir en una convulsión; especialmente cuando has sido privado de sueño, de descanso y no has dormido bien durante toda la noche. Muchos ataques ocurren cuando el paciente está fatigado o experimentando insomnio.
3. Las Hormonas
Las fluctuaciones hormonales también pueden provocar ataques. Este factor es extremadamente peligroso para las mujeres que están experimentando cambios hormonales drásticos por estar embarazadas, con la menstruación o pasando por la menopausia.
4. Las drogas y Alcohol
El uso excesivo de estimulantes, como las drogas o el alcohol — puede desencadenar una convulsión. Esto ocurre a menudo cuando un usuario frecuente de drogas o alcohol está pasando por un periodo de abstinencia.
5. Estrés emocional extremo
El estrés emocional es otra fuente primaria de ataques. Generalmente, se presentan convulsiones cuando un individuo está sometido a grandes cantidades de preocupación, ansiedad o incluso ira.
6. Bajadas de azúcar en la sangre
Una dieta bien equilibrada basada en comidas regulares es importante para aquellos propensos a convulsiones. Los pacientes a menudo hacen un seguimiento del inicio de un ataque por saltarse una comida o por un bajón de azúcar en la sangre después de un esfuerzo físico sin haber comido.
7. Luces brillantes
Varios estudios médicos relacionan las convulsiones a los estímulos ambientales; particularmente las luces brillantes o intermitentes. En el caso del “Reflejo de Epilepsia” una convulsión responderá como un reflejo directo a una fuente de foto-sensibilidad (es decir, luces parpadeantes).
