¿Se siente un poco triste, amigo?
No tema, los siguientes ocho nutrientes (encontrados en fuentes de alimento muy comunes) no sólo son buenos para su bienestar físico — sino que también está científicamente comprobado que pueden hacerlo feliz…
1. Hierro
Si alguna vez ha sufrido una deficiencia de hierro, ya debe de conocer la sensación triste y paralizante que se produce cuando el transporte del oxígeno vital a través del cuerpo se ve comprometido. Las mujeres en edad fértil, así como quienes no obtienen suficientes proteínas de los animales en sus dietas (es decir, los veganos y vegetarianos) pueden ser especialmente susceptibles a tener niveles bajos de hierro. Una dieta rica en carne de pavo magra y/o cereales fortificados y lentejas (si no come carne) puede aliviar la depresión y la fatiga por falta de hierro.
2. Magnesio
Los niveles adecuados del mineral magnesio son necesarios para la liberación y recaptación de serotonina del cerebro (un derivado del triptófano). Esto significa que el magnesio bajo resultará en serotonina baja — y causará irritabilidad, fatiga, depresión, ansiedad e incluso paranoia y confusión mental. Para mantener su estado de ánimo regulado, consuma fuentes ricas en magnesio como las espinacas, los cacahuetes, las almendras, los anacardos y los frijoles de soya.
3. Ácidos grasos omega 3
Probablemente ya sepa que los alimentos ricos en omega 3, un tipo de ácido graso esencial, son buenos para su salud. Sin embargo, las semillas de chía y el pescado (es decir, arenque, trucha y salmón del Atlántico), son alimentos necesarios para evitar la irritabilidad, la energía baja, la depresión e incluso los pensamientos suicidas provocados porque el cuerpo no produce naturalmente su propio omega 3.
4. Calcio
Le sorprendería aprender que no necesita consumir lácteos a diario para obtener las cantidades adecuadas de calcio. Puede apoyar la salud de sus huesos y vasos sanguíneos, reducir el riesgo de diabetes tipo 2 y regular su estado de ánimo y niveles hormonales (estrógenos) al consumir alimentos como la col rizada, las acelgas y las fuentes típicas de lácteos como la leche, el queso y el yogurt.
5. Cromo
Este mineral poco mencionado tiene un efecto importante en nuestros cerebros. Ayuda a metabolizar la comida, a regular los niveles de azúcar de la insulina y a mantener un ánimo equilibrado, lo cual es la razón por la que sus niveles bajos a menudo se detectan en pacientes que sufren de depresión. Sin embargo, puede aumentar la ingesta de cromo mediante el consumo de brócoli, de patatas y de pechuga de pavo sin grasa.
6. Vitamina D
La vitamina D, conocida como la “vitamina feliz”, a menudo está ligada al TAE (trastorno afectivo estacional), el cual ocurre a menudo debido a una exposición limitada al sol y a un estilo de vida sedentario e interior. Sin embargo, además de impulsar el estado de ánimo, una buena dosis de vitamina D diaria fortalece el sistema inmunológico y apoya los huesos (cuando se consume con calcio). Aunque la vitamina D más potente es obtenida de la exposición al sol, podrá encontrar fuentes de vitamina D en la yema de huevos, en los hongos y en ciertos tipos de pescado como el salmón y el pez espada.
7. Vitamina B12
Si es vegetariano o vegano (o si simplemente no come mucha carne), corre el riesgo de sufrir deficiencia de B12, ya que este nutriente prevalece en subproductos animales (es decir, carne, pescado, queso y huevos). Una deficiencia de B12 puede causar fatiga, depresión y cambios en el humor debido a que regula la función neurológica y nerviosa.
8. Vitamina B6
Al igual que la deficiencia de B12, la deficiencia de vitamina B6 puede causar depresión junto con anemia temporal – lo cual disminuye la energía y puede debilitar el sistema inmune. Las mujeres son más susceptibles a la deficiencia de B6 y los médicos a menudo recomiendan suplementos junto con un aumento de la vitamina B6 en la dieta proveniente de fuentes como el salmón, el atún de aleta amarilla, la pechuga de pollo y los garbanzos, los cuales regulan el estado de ánimo y previenen la depresión premenstrual.