Todos nos sentimos ansiosos en algún momento de nuestras vidas. Puede deberse a un examen o un nuevo trabajo, a un evento importante o a una cita con el dentista. Las personas tienden a sentirse ansiosas en momentos de estrés. Es algo normal y predecible. Una vez que el estrés se acaba, los sentimientos de ansiedad desaparecen.
Sin embargo, algunos individuos se sienten atormentados por la ansiedad incluso en momentos en los que no hay nada de qué preocuparse. Se vuelven incapaces de controlar las reacciones corporales y les cuesta muchísimo llevar a cabo sus tareas cotidianas. Echémosles un vistazo a los síntomas típicos de los trastornos de ansiedad…
1. Exceso de preocupaciones
A las personas que padecen trastornos de ansiedad generalizada les afecta muchísimo el exceso de preocupaciones; sobre todo cuando no se asocian con algo en particular. Les cuesta tanto alejar esos pensamientos dañinos que hasta hacen que se vuelvan más potentes e inmanejables.
Estos individuos tienden a ahogarse en un vaso de agua. No pueden dejar de sentirse alterados y son incapaces de frenar las preocupaciones que los agobian. Esto les genera aún más angustia que, a su vez, se transforma en preocupación. Se trata de un trastorno autoperpetuante y, en poco tiempo, puede hacer que el paciente afectado no pueda llevar a cabo tareas cotidianas.
2. Problemas para dormir
Muchas personas con problemas de ansiedad aseguran tener problemas para dormir, ya que les cuesta dominar sus pensamientos hasta el punto de quedarse despiertos toda la noche en casos más extremos. Incluso si lograsen dormir, lo más probable es que se despierten en reiteradas ocasiones por la noche o tengan pesadillas que impidan concretar el descanso profundo.
Por lo general, los individuos afectados se sienten agotados todo el tiempo. La falta de sueño los vuelve más propensos a desarrollar problemas físicos, debilita su sistema inmunológico e interfiere en su desempeño cognitivo, lo que los pone en desventaja a la hora de trabajar o tomar decisiones.
3. Ataques de pánico
Aquellos con ansiedad extrema también experimentan lo que se conoce como “ataques de pánico”. Estos son episodios en los que el individuo padece los mismos síntomas que los de un paro cardiaco.
Sus frecuencias respiratoria y cardiaca se incrementan, por lo que les cuesta respirar y sienten como si una gran carga se depositara sobre su pecho. Además, la visión se vuelve borrosa y los pacientes transpiran en exceso. Los análisis médicos en estos casos suelen descartar problemas cardiacos.
4. Náuseas y vómitos
Las personas con problemas de ansiedad suelen sentir náuseas y vómitos provocados por una respuesta exagerada ante el estrés. Esto tiende a empeorar cuando intentan comer mientras están ansiosos.
Al reaccionar ante el estrés, el organismo envía la sangre oxigenada desde los órganos, entre ellos el estómago, hacia los músculos principales del cuerpo para activar lo que se conoce como respuesta “pelea o escape”, un mecanismo de defensa primitivo.
5.Tensión muscular
Los músculos de aquellos que experimentan ansiedad extrema tienden a estar en tensión todo el tiempo. Esto es causado por torcer las manos, apretar la mandíbula, tensionar el cuello o sonarse los nudillos con frecuencia. Durante el momento de “pelea o escape,” el cuerpo se prepara para luchar contra los supuestos peligros que lo acechan o para alejarse de ellos.
Por lo tanto, los músculos se contraen para entrar en acción. Ciertas técnicas de relajación, combinadas con actividad física regular, son formas efectivas de aliviar las molestias musculares causadas por la ansiedad.
6. Flashbacks
Algunos pacientes tienen flashes de eventos o situaciones que les provocaron ansiedad extrema en el pasado. En casos más severos, suele desarrollarse lo que se conoce como trastorno de estrés postraumático (TEP).
El TEP se parece bastante a los trastornos de ansiedad, aunque no son la misma cosa. Ciertas investigaciones llevadas a cabo en 2006 que han sido publicadas en la revista Journal of Anxiety Disorders han revelado que los pacientes con ansiedad generalizada experimentan flashbacks parecidos a los que suelen darse en individuos con TEP.
7. Ansiedad social
Algunas personas sienten ansiedad en entornos sociales como reuniones de oficina y en sitios demasiado concurridos como parques de diversiones o atracciones, centros comerciales y supermercados. Esta forma de ansiedad es muy incapacitante y puede impactar de forma negativa en muchas áreas importantes de la vida del paciente afectado.
Cuando estos individuos están rodeados de multitudes, su respuesta al estrés se exacerba tanto que tienden a perder el control de sus emociones y sufriendo ataques de pánico. El tratamiento de este tipo de complicaciones incluye ansiolíticos, terapias cognitivo-conductuales o de desensibilización, en las que la persona se introduce de a poco a entornos sociales por periodos prolongados.
8. Pánico escénico
El miedo a hablar en público es uno de los más comunes entre los adultos; incluso más que el miedo a volar, a estar en bancarrota, a enfermarse o a morir. Incluso los artistas experimentados pueden sufrir este tipo de trastornos. Otros, hasta pierden la posibilidad de tener un ascenso o de leer un discurso de despedida en el funeral de un ser querido.
El pánico escénico puede controlarse y hasta dominarse. Las terapias cognitivo-conductuales son sumamente efectivas para dejar de evadir determinadas situaciones por miedo. Los medicamentos y las terapias alternativas también hacen lo suyo. Para obtener mejores resultados, le sugiero que combine todos estos recursos.