Si su apéndice se rompiera (reventara), ¡seguro se daría cuenta! La apendicitis es una enfermedad que puede provocar la rotura de este órgano en forma de morral. El apéndice sobresale de la primera sección del intestino grueso (intestino ciego) y se le atribuye la producción de gérmenes beneficiosos para el sistema digestivo -aunque se cree que este órgano ha perdido su función a lo largo de la evolución humana-.
La rotura del apéndice puede poner en peligro la vida y los médicos deben extirparlo inmediatamente para evitar la toxicidad. El signo más evidente de un ataque de apendicitis es el dolor en la parte inferior derecha del abdomen, pero estas otras 13 señales también pueden acompañar al síntoma de dolor abdominal…
1. Dolor que se intensifica
La mayoría de la gente sabe que la apendicitis causa dolor, pero no está necesariamente familiarizada con la patología específica de este dolor. Aunque el dolor de apendicitis puede llegar a ser intenso, en aproximadamente el 50 por ciento de los casos comienza como un dolor sordo que parece originarse en la zona del ombligo. La característica definitiva del dolor de apendicitis es que aumentará de intensidad muy rápidamente, pasando de ser ligeramente molesto a ser debilitante y grave, en el espacio de unas pocas horas.
No hay que confundir este tipo de dolor. Las madres suelen compararlo con el tipo de dolor que experimentan durante el parto. Si no se trata, este dolor se volverá rápidamente tan intenso que no podrá realizar las actividades normales. Si la apendicitis se dispara mientras duerme, el dolor será tan intenso que lo despertará y le impedirá volver a dormir. Debe considerar esta situación como una emergencia médica y buscar tratamiento inmediato.
2. Dolor abdominal
Como ya hemos dicho, cuando comienza, el dolor de la apendicitis suele localizarse alrededor del ombligo, pero a medida que se intensifica, el dolor parece migrar desde las zonas aledañas al ombligo hacia la parte inferior derecha del abdomen (donde se encuentra el apéndice). Este dolor está causado por la hinchazón y el aumento de tamaño del órgano a medida que la infección empeora.
En algunos casos, el dolor de la apendicitis se presenta de forma totalmente diferente. Algunos pacientes se quejan de un dolor que no está localizado alrededor del apéndice, sino que parece afectar a toda la zona del bajo vientre, o del recto. Este dolor también puede aparecer en la parte baja de la espalda. Puede ser una situación peligrosa porque es posible que usted no asocie inmediatamente el dolor con una infección interna (del apéndice). Cuando el dolor se desarrolla como resultado de esta patología, puede no ser agudo o abrumador; puede ser simplemente sordo (pero constante), y puede, o no, aumentar en intensidad.
3. Náuseas
Las náuseas son otro síntoma revelador de la apendicitis. Pueden, incluso, preceder a la aparición del dolor abdominal. Los vómitos también pueden aparecer de forma espontánea, y también pueden ocurrir antes que cualquier tipo de molestia estomacal. En la gran mayoría de los casos de apendicitis, el dolor abdominal agudo y repentino aparecerá poco después de las náuseas y los vómitos, pero esto no siempre ocurre así.
Si las náuseas y los vómitos van acompañados de un dolor generalizado o localizado que aumenta de intensidad y parece centrarse en la zona abdominal inferior derecha, debe sospechar que la causa probable es la apendicitis y buscar atención médica inmediata. De lo contrario, deje pasar un tiempo para ver si sus síntomas desaparecen por sí solos. Si sigue sintiéndose mal o vomitando 24 horas después de la aparición de los síntomas, acuda a su servicio de urgencias local. Si estos síntomas remiten, es probable que hayan sido causados por algo distinto a la apendicitis.
4. Fiebre y escalofríos
En las fases iniciales, los síntomas de la apendicitis pueden parecerse a los de una simple gripe estomacal. Es probable que sienta un malestar general y que tenga un dolor de estómago leve, o agudo, y que experimente escalofríos. En la mayoría de los casos, a los escalofríos se les sumará pronto una fiebre baja que lo hará sudar, o alternar entre una sensación de calor y frío.
En el transcurso de unas horas, es probable que su temperatura corporal supere los 100 grados Fahrenheit (37.8 grados Celsius). A medida que la fiebre se intensifique, también lo harán los demás síntomas. La fiebre y los escalofríos acompañados de dolor abdominal agudo -o que se intensifica-, dolor lumbar o dolor rectal pueden indicar apendicitis. Nunca hay que subestimar o descartar la fiebre y, desde luego, hay que tratarla como un problema potencialmente grave siempre que aparezca de repente, sobre todo si va acompañada de otros síntomas.
5. Gases e hinchazón
Los gases y la hinchazón son algo bastante común después de haber comido mucho o haber ingerido un gran volumen de agua. Sin embargo, en estos casos, el exceso de gases suele desaparecer del estómago con bastante rapidez, y en poco tiempo se verá y se sentirá normal. En los días previos a un caso agudo de apendicitis, puede notar gases e hinchazón que no desaparecen. También notará que no es capaz de eliminar los gases del abdomen con la misma eficacia o facilidad que de costumbre, si es que puede hacerlo.
Estos síntomas generalmente se intensifican en el transcurso de unos días y culminan con dificultad para defecar y estreñimiento. La mayoría de las personas ni siquiera son conscientes de que hay un problema con el apéndice cuando se presentan estos síntomas. Sólo cuando aparecen las náuseas, los vómitos y el dolor abdominal, “suman dos y dos” y se dan cuenta de que el apéndice puede estar inflamado o infectado.
6. Movimiento doloroso
Más pronto que tarde, el dolor asociado a la apendicitis será tan intenso que inhibirá sus movimientos y hará que las acciones cotidianas (como estornudar o toser) sean insoportables. Si alguna vez ha sufrido una lesión en la caja torácica, sabe lo doloroso que puede ser estornudar o toser de repente; esto es exactamente lo que ocurre con la apendicitis.
El dolor también puede producirse con el movimiento cinético. Por ejemplo, es posible que caminar o girar el torso le provoque un dolor repentino y agudo en el abdomen, probablemente en la parte inferior derecha. En el transcurso de un día, más o menos, este tipo de dolor también se hará más intenso, y puede extenderse desde el abdomen hasta las piernas. En este punto, es casi seguro que experimentará otros síntomas, los que, probablemente, serán lo suficientemente graves como para justificar una visita a la sala de emergencias.
7. Sensibilidad abdominal
En una pequeña minoría de casos, el dolor abdominal causado por la apendicitis no es terriblemente grave. Sin embargo, incluso en estos casos, es probable que experimente un fenómeno conocido como “sensibilidad de rebote”. Para comprobar si tiene sensibilidad de rebote, presione la parte inferior derecha del abdomen con la mayor firmeza que pueda tolerar y mantenga la presión durante unos segundos antes de soltar la mano.
Una vez que se quita la presión notará una intensificación del dolor: pasará de ser un dolor sordo a un dolor de tipo punzante antes de que la intensidad vuelva a ser un dolor sordo. La sensibilidad de rebote suele observarse en las primeras fases de la apendicitis, antes de que se desarrollen otros síntomas preocupantes. A partir de ahí, el dolor suele seguir la patología típica de gravedad creciente, junto con la migración a la parte inferior derecha del abdomen.
8. Diarrea
La apendicitis es una de esas afecciones complicadas que a veces se presentan con síntomas contradictorios. Algunos individuos sufren un terrible caso de diarrea. Al igual que otros síntomas, la diarrea suele empezar de forma leve antes de ir empeorando, hasta el punto de que puede correr el riesgo de deshidratarse peligrosamente. No debe preocuparse demasiado si, ocasionalmente, tiene deposiciones sueltas o con un contenido de líquido inusualmente alto. Sin embargo, si la condición empeora y/o persiste durante más de 24 horas y no mejora con medicinas paliativas sin receta, podría ser señal de algo más serio.
Debe sospechar, especialmente, si nota la presencia de mucosidad en las deposiciones. Cuando este síntoma se presenta en personas con apendicitis, las deposiciones suelen aumentar en frecuencia hasta que el paciente siente la necesidad de ir al baño cada hora o incluso con más frecuencia. Dado que puede perder mucha agua a través de la diarrea, debe tener cuidado de mantenerse hidratado mientras acude al médico.
9. Alivio al defecar
Existe un término médico para el alivio que se siente después de evacuar el intestino. Este fenómeno se conoce como “tenesmo”, y es una parte perfectamente normal del proceso. Sin embargo, hay un par de cosas inusuales sobre el tenesmo que se siente después de defecar, si está sufriendo un caso de apendicitis.
En primer lugar, es probable que el tenesmo se intensifique notablemente con respecto a lo que sentiría normalmente, en parte porque la urgencia de las propias deposiciones también se amplifica. En segundo lugar, sentirá tenesmo aunque no haya evacuado completamente -algo que ocurre a menudo dada la naturaleza de la alteración abdominal causada por la apendicitis-. Si se encuentra con la necesidad de defecar con una frecuencia inusual -aunque se haya sentido totalmente aliviado después de la última deposición-, puede ser una señal de que algo va mal. Debe estar muy atento a otros síntomas. Los siguientes síntomas que pueden aparecer son los gases estomacales, la hinchazón, las náuseas y el dolor abdominal.
10. Hinchazón abdominal
La hinchazón abdominal es diferente del abotagamiento. Cuando una persona tiene una acumulación de gases en el estómago, esta irá acompañada de una incómoda sensación de llenura. En otras palabras, sentirá que los gases están ahí y, probablemente, expulsará los gases poco a poco, sin poder eliminarlos del todo.
La hinchazón abdominal causada por la apendicitis no va acompañada de una sensación de presión o llenura en el interior del estómago. En cambio, es el resultado de la ampliación física real de su apéndice, el cual ejerce una mayor presión sobre los tejidos circundantes. La parte inferior derecha del abdomen aparecerá inflada y será extremadamente sensible al tacto. El dolor que sentirá en este punto también será extremadamente intenso, y permanecerá presente incluso si no ejerce ninguna presión sobre la zona afectada. Este es un síntoma grave y constituye una emergencia médica.
11. Pérdida de apetito
La pérdida de apetito es otro síntoma que suele aparecer con la apendicitis. De hecho, Prevention dice que “está presente en alrededor del 74 al 78 por ciento de los pacientes”. Así que, si usted es normalmente un comedor constante y de repente no puede ser molestado con la comida, la apendicitis puede ser la culpable.
La pérdida de apetito rara vez es el único síntoma de la apendicitis, en cambio, suele ir acompañada de otros síntomas mencionados en esta lista, como el dolor intenso y la sensibilidad abdominal. Experimentar estos síntomas tiende a desviar la atención de otras cosas que podrían empeorar estos síntomas, tales como la sensación de saciedad.
12. Dolor al orinar
El dolor y la dificultad al orinar suelen ser signos reveladores de una infección de la vejiga, pero esta no es la única afección que puede provocar estos síntomas. En algunos casos, estos cambios en la micción pueden ser el resultado de una apendicitis.
La dificultad para orinar, por ejemplo, puede deberse a una obstrucción causada por la infección o la inflamación asociada a la apendicitis, la cual dificulta la excreción de residuos del cuerpo. El dolor al orinar puede ser el resultado de una infección que se extiende, o del esfuerzo del cuerpo para mover la orina alrededor de una obstrucción. Si experimenta alguno de estos síntomas urinarios, asegúrese de concertar una cita con su médico, ya que él le puede ordenar análisis para confirmar la causa subyacente.
13. Fatiga
Una afección como la apendicitis es dura para el cuerpo, y puede hacer que sienta una gran fatiga mientras lucha contra la enfermedad. La fatiga también puede ser un síntoma de apendicitis. Por ejemplo, debido al dolor y a las molestias en el abdomen, es posible que no duerma bien por la noche, lo que hace que experimente fatiga durante todo el día.
Además, como ya se ha mencionado, la apendicitis suele causar pérdida de apetito, y no consumir suficientes alimentos nutritivos puede provocar falta de energía y fatiga. Incluso si consigue ingerir algo de comida y agua, es posible que no permanezca en su sistema el tiempo suficiente para que su cuerpo absorba lo que necesita, debido a los vómitos y la diarrea.