Una hernia puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, las áreas más comunes del cuerpo afectadas son la ingle interior (hernia inguinal), la ingle exterior (hernia femoral), la zona cerca del ombligo (hernia umbilical), la parte superior del abdomen (hernia de hiatol), o el sitio de una reciente cicatriz quirúrgica (hernia incisional).
Las hernias son protuberancias causadas cuando ocurre un debilitamiento de las paredes del músculo y el tejido graso presiona a través del tejido conectivo. Se forman, generalmente, cuando un órgano interno (por lo general el intestino o la vejiga) o una parte del intestino empuja hacia fuera a través del músculo circundante. Desde leves hasta extremadamente dolorosas cuando se exponen, las hernias generalmente desaparecen al presionar sobre ellas o al acostarse, pero pueden agravarse por la tos o los estornudos. Si no se disipan por sí solas, puedes necesitar una cirugía para prevenir que empeoren.
A continuación enumeramos diez signos y síntomas comunes de una hernia…
1. Bulto visible
El primer signo de una hernia será una inflamación bajo la piel, lo que probablemente se convertirá en una protuberancia visible. Esta protuberancia notable puede o no causar dolor al principio, pero es importante cuando notes un bulto que vayas a tu médico, ya que puede significar otro tipo de crecimiento anormal o un tumor canceroso.
2. Dolor
El dolor de hernia puede variar desde una incomodidad leve a un dolor severo, especialmente cuanto más tiempo se deja sin tratar. La mayoría de las veces una hernia nueva será indolora. Sin embargo, si la hernia se ha estrangulado (el suministro de sangre se interrumpe) el dolor será insoportable y requerirás atención médica inmediata.
3. Sensación de saciedad
La sensación de pesadez, distensión, hinchazón o incomodidad intestinal es común entre quienes tienen hernia umbilical o hernia de hiato, en la zona abdominal. Mientras que la hernia inguinal o la hernia femoral producen una sensación de tracción en el área de la ingle. Esta sensación aparecerá cada vez que te sientes o te inclines para recoger un objeto.
4. Malestar estomacal
Los problemas de la barriga -incluidas las dificultades para digerir las comidas, malestar digestivo persistente y problemas intestinales, como estreñimiento- pueden ocurrir con hernias ubicadas en la ingle o en el área del abdomen.
5. Suministro reducido de sangre
Si una hernia aumenta de tamaño y se “estrangula”, un término que se refiere a un crecimiento tan grande que se queda atascado en el interior de las paredes debilitadas de los músculos, experimentarás una falta de flujo sanguíneo en la zona principal, así como en todo el cuerpo. Si ocurre un “estrangulamiento” necesitarás una cirugía de emergencia inmediata.
6. Malestar nervioso
Al padecer de un dolor persistente en la hernia, puedes experimentar molestias en otras zonas del cuerpo que están vinculadas con la misma cadena de nervios. Esto ocurre cuando la hernia irrita los nervios, y el dolor se desplaza a lo largo de la raíz del nervio. Por ejemplo, si una hernia inguinal (que se encuentra en el interior de la ingle) ejerce presión sobre los nervios circundantes, puede causar dolor en las piernas, el escroto (en los hombres) o los labios vaginales (en las mujeres).
7. Vómitos
Cuando una hernia comienza a causar náuseas y vómitos, esto es una señal de preocupación. Por lo general se refiere a un órgano, como el intestino, que queda atrapado, o “encarcelado” fuera del abdomen, lo que puede causar una obstrucción intestinal peligrosa. Una hernia “encarcelada” requiere de atención médica inmediata.
8. Debilidad muscular
Al igual que la presión de los nervios, las hernias localizadas también pueden causar fatiga o presión sobre la zona de origen. Por ejemplo, una hernia inguinal de la ingle interior ejercerá presión sobre los músculos circundantes de la ingle y de la pierna.
9. Dolor al moverse
Posiblemente, al principio no sientas dolor al moverte, pero una hernia que crece el dolor aumentará al realizar movimientos bruscos, por ejemplo en caso de que toser, reír o estornudar, o incluso agacharse bruscamente para levantar un objeto. Una hernia de hiato aumentará de tamaño cuando se ejerce presión sobre el abdomen.
10. Dificultad con las actividades diarias
Obviamente, a medida que la hernia crece y empeora el dolor, la calidad de tu vida diaria puede verse afectada. Por ejemplo, el dolor puede hacer que las actividades comunes-tales como el trabajo, las actividades sociales, el ejercicio, e incluso el sexo-se vuelvan difíciles e incómodas.