Un bostezo repentino, un ataque de hipo o un sacudón muscular antes de dormir—todos hemos experimentado alguna de estas curiosidades a lo largo de nuestra vida. Ya sabe, me refiero a esos momentos en los que nuestro cuerpo hace algo totalmente inesperado y de forma involuntaria. Bostezos, hemorragias nasales, sonambulismo… todos pueden ocurrir de forma inesperada pero, créame, existe una explicación científica detrás de todos estos comportamientos inusuales…
1. Bostezos contagiosos
Seguro bostezará si alguien más lo hace primero…es inevitable. Es probable que no sepa qué provoca el famoso efecto dominó. No, no son las leyes del Universo o una reacción empática como se creyó en algún momento, según un estudio realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke en Carolina del Norte.
La investigación, que fue publicada en la revista PLOS ONE, controló los bostezos de 328 participantes en perfecto estado de salud y descubrió que 222 bostezaban después de ver a otra persona hacer lo mismo. los resultados demostraron que este tipo de bostezo contagioso —- que descarta los que son provocados por la falta de sueño o por niveles bajos de energía — dependía en mayor parte de la edad. Los participantes más jóvenes resultaron ser más propensos a este tipo de comportamiento.
2. Sonambulismo
Alrededor del 15% de los individuos camina dormido, según la National Sleep Foundation; y, en su mayoría, los afectados son niños menores de 7 años. El sonambulismo (término médico para referirse a este tipo de comportamiento) puede incluir actitudes extrañas al dormir— como sentarse en la cama, moverse por la habitación, caminar, salir de la casa y hasta manejar o conducir.
Por fortuna, caminar dormido no está vinculado con problemas psicológicos subyacentes. No obstante, puede ser ocasionado por la falta de sueño, por la ingesta de sedantes o bebidas alcohólicas, por fiebre alta o por apnea de sueño infantil. El sonambulismo, al igual que el trastorno de terror nocturno, tienen un significado genético. El mito de que no se puede despertar a un sonámbulo es falso, ya que no hacerlo puede exponer al individuo afectado a sufrir diferentes tipos de lesiones.
3. Hemorragias nasales repentinas
Confuso, vergonzoso y aterrador son los primeros tres adjetivos que se me vienen a la mente a la hora de describir las hemorragias nasales. Por fortuna, según un grupo de expertos de WebMD, el sangrado es aún más abrumador que la razón de este suceso.
El principal motivo del sangrado es la falta de humedad en las cavidades nasales por la presencia de alergias o resfriados, al uso excesivo de aerosoles nasales o simplemente por picarse la nariz. Para detener la hemorragia, agache su cabeza y presione el hueso nasal por 5 ó 10 minutos. Si no obtiene resultados después de este procedimiento, diríjase de inmediato al hospital más cercano.
4. Sacudidas involuntarias
Muchos lo describen como una sensación de estar cayéndose momentos antes de dormirse profundamente. Por lo general, es bastante difícil volver a dormir después de estos episodios. Los expertos utilizan el término ‘sacudidas hipnagógicas’ o ‘sacudidas hípnicas’ para referirse a este tipo de comportamiento y un grupo de médicos de la Neurology and Sleep Medicine Clinic de Nueva York aseguran que estas sacudidas son sólo contracciones musculares espontáneas.
Son fenómenos bastante comunes y afectan aproximadamente al 70% de los individuos. Ocurren cuando el cerebro le indica al cuerpo que pase de un estado de alerta a una fase de descanso. Por fortuna, no es algo por lo que deba preocuparse.
5. Espasmos musculares
Un músculo que late en su pierna, en su brazo o, muchas veces, en su párpado, resulta bastante extraño. Sin embargo, son causados por una serie de contracciones mínimas que se concentran en una zona del cuerpo. A veces, son provocadas por estrés, por falta de actividad física o por falta de sueño.
Esta sensación desaparecerá al cabo de horas o días. No obstante, de acuerdo con los resultados de cierta investigación realizada por el National Institute of Neurological Disorders and Stroke, si estos espasmos vienen acompañados de debilidad muscular, pueden ser ocasionados por alguna medicación — en particular, antidepresivos — o por enfermedades autoinmunes.
6. ¡Hipo…hipo!
El hipo es tan molesto…¡y, por lo general, aparece en los peores momentos! Según WebMD, se produce por el exceso de aire al contraerse la parte superior del pecho y al cerrarse su caja de voz y resulta en una especie de jadeo.
Por fortuna, es algo completamente inofensivo y también suele producirse por comer, mascar goma de mascar o beber bebidas gaseosas demasiado rápido. La respiración lenta y profunda acompañada de un poco de agua ayuda a relajar los músculos del diafragma y a acabar con los espasmos.
7. Estornudos fóticos
Mi mejor amiga solía estornudar durante todo el trayecto hacia la escuela en los días fríos de invierno. Si sufre de sensibilidad a la luz o estornuda cada vez que se expone a ciertos tipos de luces (como el reflejo del sol en la nieve o los flashes de las cámaras fotográficas, quédese tranquilo; no está solo.
Según el Dr. Nicolas Langer, un investigador del área de neuropsicología de la Universidad de Zúrich, aproximadamente del 18 al 35 por ciento de los humanos experimenta este fenómeno conocido como estornudo fótico cuando se enfrenta a ciertas luces brillantes. Esto sucede porque el cerebro confunde la luz con un factor de irritación nasal. Entre otra de las causas comunes se encuentra la transmisión por medio de la genética.